Analizar con una mirada objetiva las distintas dimensiones de una institución
Enviado por estefy021 • 13 de Noviembre de 2015 • Trabajo • 16.613 Palabras (67 Páginas) • 338 Visitas
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo se confeccionó por alumnas del segundo año del Profesorado de Educación Inicial del Instituto Superior “Carlos Alberto Leguizamón” de la ciudad de Córdoba, cumplimentando lo requerido en el Seminario Práctica Docente II: Escuelas, Historias Documentadas y Cotidianeidad, en el marco vigente del Diseño Curricular de Formación Docente de la Provincia de Córdoba, a cargo de la profesora Andrea Coronda. Para ello fue necesario realizar actividades de observación y participación en el Jardín de Infantes “Girasolcitos – Mi lugar de sueños y juegos”; institución de gestión privada, ubicado en la calle: Arquitecto Thays 1161, en el barrio de Nueva Córdoba, desde el mes de junio hasta septiembre inclusive, cumplimentando los 20 días de asistencia exigidos por la currícula.
Nuestra investigación tiene como objetivo analizar con una mirada objetiva las distintas dimensiones de una institución; Será de tipo etnográfica, partiendo principalmente de la observación del ambiente escolar, para ir desglosando poco a poco los conocimientos obtenidos a partir de la observación y entrelazarlos con los contenidos de los distintos autores que nos proponen para analizar una institución, es decir contraponer el material teórico trabajado con las prácticas en el Jardín y de esta manera construir saberes significativos para nuestra identidad personal y formación profesional.
Motivos de la Elección: La elección de la institución fue más que nada azarosa, aclarando que entendemos a una institución como “los establecimientos educacionales, organizaciones observables en espacio y tiempo, expresada en leyes, normas, pautas y códigos. El establecimiento, con su organización seria el escenario concreto donde la institución toma cuerpo”[1]. Era junio y debíamos comenzar las prácticas y todavía no lográbamos encontrar una que nos autorice a llevarlas a cabo ahí. Buscando, encontramos el Jardín Maternal y Pre-jardín “Girasolcitos”, el cual nos abrió sus puertas para poder cumplir con los objetivos requeridos, y al encontrarse en una zona céntrica y en cercanía con la facultad nos permitió asistir a todas las integrantes del grupo. Toda institución educativa “tiene una función humana y social, presente en todo grupo o sociedad, posibilitando su continuación y cambio a partir de la socialización. Para un individuo la educación es el proceso que le posibilita, o no, su humanización que lo convierte en un sujeto social, donde se identifica con su grupo y cultura”[2].
El jardín brinda educación formal, posee una historia y se aferra a una cultura en particular, es decir, que se moldea a la cultura o sociedad que la rodea, pensamiento justificado con los aportes de Lucia Garay. A la vez podemos destacar que también con nuestras observaciones pudimos encontrar aplicado el término de institucionalización, proveniente de dicho texto, en donde la autora nos define a la misma como “produce, y es producida, por luchas de fuerzas, por movimientos, por mutaciones y transformaciones de sus características”[3]. Dentro de la institución se encuentran los actores y cada cual cumple un rol fundamental para el funcionamiento de la misma, y llevan a cabo el proceso de la educación.
Finalmente destacamos que la comunicación establecida para el desarrollo del consiguiente trabajo hacia el interior de la Institución se efectuó principalmente con la directora, que fue quién nos proporcionó la mayor parte de la información, aunque hubo también charlas con maestras y niños que resultaron muy enriquecedoras.
ESTRATEGIA METODOLÓGICA
Proceso de entrada y contrato
Luego que decidiéramos realizar las prácticas en el Jardín “Girasolcitos” nos dirigimos al mismo para conversar con la Directora, ya que el primer contacto había sido telefónicamente. Nos hizo pasar a la dirección para conversar todas juntas y ponernos de acuerdo entre lo que nosotras como practicantes necesitábamos y lo que el Jardín podía ofrecernos y viceversa.
Se llevó a cabo un acuerdo personal entre cada alumna y la directora, fijando los días que cada una iba a asistir con jornada completa de 4 hs y cumpliendo el horario que las maestras realizaban, ya sea turno mañana o tarde. Así mismo, se especificó que íbamos a realizar actividades de observación y participando en las actividades requeridas por la docente a cargo de la sala donde cada alumna interviniese.
El próximo paso era la firma del contrato y el ingreso a la Institución. Para la firma acordamos otro día, en donde una compañera llevó los papeles y se los dejó para las firmas correspondientes. Una vez autorizadas por el seguro, la profesora Andrea nos informó que ya estábamos habilitadas para comenzar nuestras intervenciones en el Jardín.
El primer día propiamente dicho, nos presentamos con cada actor institucional, conocimos el establecimiento y formamos parte de cada momento que se compartía. El resto de esa jornada y las jornadas que llevamos a cabo en el establecimiento, nos manejamos con soltura y participando junto con los chicos en todas las actividades, logrando día a día un mejor vínculo con todos.
Hemos recolectado información a través de la observación directa de la vida cotidiana de la institución, teniendo en cuenta las características de sus miembros, como por ejemplo detenernos en las docentes a cargo de las salas, en la directora y en las docentes de materias especiales. Además hemos tomado datos de las particularidades de sus ambientes y los recursos con los que cuenta; lo que se traduce a una forma única de institución que la caracteriza.
Reflexión sobre la implicancia de nuestra presencia en la institución “Girasolcitos”:
En un primer momento, observamos que la mayoría de los chicos tenían una sonrisa y se mostraban alegres, suponemos que el motivo era que se sentían cómodos con nuestra presencia, aunque otros un poco inhibidos al ser nuevas en el jardín y no conocernos. Situación que cambió favorablemente en el paso de los días, ya que empezaron a identificarnos como nuevos actores institucionales perteneciente al jardín, llegando a llamarnos “Seños”.
Cuando un sujeto, se incorpora a un establecimiento, como dice la autora Lucía Garay, “se incorpora, de algún modo, a una triple relación: la del individuo con la institución; la del individuo con el o los grupos y una relación, menos evidente, el individuo con el grupo en la institución”[4]. Con esto, aludimos que cada una de nosotras al momento de ingresar al jardín, nos encontramos relacionadas de diferentes maneras. En primer lugar con la institución, generando un vínculo de compromiso y respeto hacia la misma, donde las normas, funciones y obligaciones de cada actor ya viene determinadas, es decir que viene con una cultura e historia propiamente dicho. También, generamos relaciones con los grupos de trabajo, refiriéndonos a las maestras y personas que trabajan ahí. Como así también con los niños que concurren al jardín y con sus padres, que de una manera menos evidente, también nos reconocen como parte de la misma, al observarnos con un vestimenta particular (guardapolvo) y al estar informados por la Directora, que nosotras estamos cumpliendo nuestras prácticas en el lugar donde sus hijos asisten.
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