Antología De Poemas
Enviado por Sharkey • 21 de Noviembre de 2012 • 3.798 Palabras (16 Páginas) • 717 Visitas
Presento a su consideración la siguiente “antología de poemas” del rey poeta Nezahualcóyotl, pertenecientes a la literatura náhuatl y de la “Decima Musa” Sor Juana Inés de la Cruz, a la literatura colonial mexicana.
Las personas deben conocer algunos de los poemas de la literatura náhuatl y de la literatura colonial mexicana y, al mismo tiempo, comprender la realidad y belleza de estos.
Esta antología esta hecha para que los lectores se den una idea de la forma de vida y la forma de pensar de esos tiempos, también esta hecha para que en momentos de tristeza, de alegría, de melancolía, etc., los lectores puedan acercarse a leer estos poemas.
Esta antología consta de una introducción, en la que se exponen los motivos de su realización; de un desarrollo, en el cual se presentan veinte poemas de los personajes ya mencionados; y por ultimo se encuentra la bibliografía, en donde se dan a conocer las fuentes consultadas.
Estimado lector lo invito a conocer los hermosos poemas de dos de los personajes más sobresalientes de su época.
NEZAHUALCÓYOTL
(Texcoco, México, 1402 - 1472) Soberano chichimeca de Texcoco. Nezahualcóyotl era hijo del sexto señor de los chichimecas Ixtlilxóchitlo "flor de pita", señor de la ciudad de Texcoco, y de la princesa mexica Matlalcihuatzin, hija del rey azteca Huitzilíhuitl, segundo señor de Tenochtitlán.
Al nacer, le fue impuesto el nombre de Acolmiztli o "puma fuerte", pero las tristes circunstancias que rodearon su adolescencia hicieron que se cambiara el nombre por el de Nezahualcóyotl que significa "coyote hambriento".
Cuando contaba dieciséis años de edad, el príncipe texcocano Nezahualcoyótl tuvo que hacer frente a la invasión tepaneca, encabezada por Tezozómoc, señor de Azcapotzalco, cuya intención era asesinar a su padre, el rey Ixtlilxóchitl, y a toda su familia para apoderarse del trono. El heredero del trono quiso luchar y repeler el ataque, pero su padre, que conocía la superioridad de los atacantes, prefirió huir y mantenerse oculto hasta conseguir la ayuda de otros pueblos. Así, mientras las huestes de Tezozómoc rastreaban los alrededores de la ciudad para encontrar al rey y al príncipe texcocanos, éstos se refugiaron en las cuevas de Cualhyacac y Tzinacanoztoc. No pudiendo ocultarse allí por mucho tiempo, Ixtlilxóchitl ordenó a su hijo que se adentrara en el bosque, mientras él y unos pocos hombres leales trataban de detener sin éxito el avance de sus captores.
Nezahualcóyotl logró escapar y se encaminó a Tlaxcala, ordenando a algunos de sus partidarios que abandonaran la resistencia mientras él veía la manera de liberarlos de la tiranía. Tezozómoc ofreció recompensas por su captura, pero, con su innegable astucia, consiguió burlar a sus perseguidores hasta que, en 1420, las esposas de los señores de México y Tlatelolco convencieron a Tezozómoc de que lo perdonara.
Maxtla, que había sucedido a Tezozómoc a la muerte de éste (1427), le tendió varias emboscadas, de las que consiguió zafarse. Con gran habilidad diplomática, consiguió atraerse los favores de otras ciudades descontentas con la tiranía tepaneca y organizó un frente común, cuyo peso principal recayó en los tlaxcaltecas y los huejotzincas. El ejército aliado de más de cien mil hombres logró la conquista de Otumba y de Acolman y tomó Texcoco. Pero ante el sitio de México y Tlatelolco por los tepanecas, liberó ambas ciudades y, en una cruenta batalla, destruyó Azcapotzalco después de un sitio de ciento catorce días. Maxtla murió a manos de Nezahualcóyotl, quien, dispuesto a inaugurar una época de esplendor en el valle de México, selló un pacto confederal, la Triple Alianza, con Itzcóatl, de Tenochtitlán, y Totoquiyauhtzin, señor de Tacuba.
Cuando en 1472 falleció Nezahualcóyotl, subió al trono su hijo Nezahualpilli, quien gobernó la ciudad hasta el año 1516, continuando la política expansiva emprendida por su antecesor.
“PONEOS DE PIE”
¡Amigos míos, poneos de pie!
Desamparados están los príncipes,
Yo soy Nezahualcóyotl,
Soy el cantor,
Soy papagayo de gran cabeza.
Toma ya tus flores y tu abanico
¡Con ellos ponte a bailar!
Tú eres mi hijo,
Tú ere Yoyontzin.
Toma ya tu cacao,
La flor del cacao,
¡que sea ya bebida!
¡Hágase el baile,
No es aquí nuestra casa,
No viviremos aquí
Tú de igual modo tendrás que marcharte.
“CANTO DE PRIMAVERA”
En la casa de las pinturas
Comienza a cantar,
Ensaya el canto,
Derrama flores,
Alegra el canto.
Resuena el canto,
Los cascabeles se hacen oír,
A ellos responden
Nuestras sonajas floridas.
Derrama flores,
Alegra el canto.
Sobre las flores canta
El hermoso faisán,
Su canto despliega
En el interior de las aguas.
A él responden
Variados pájaros rojos.
El hermoso pájaro rojo
Bellamente canta.
Libro de pinturas es tu corazón
Has venido a cantar,
Haces resonar tus tambores,
Tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera
Alegras a las gentes
Tú sólo repartes
Flores que embriagan
Flores preciosas.
Tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera,
Alegras a las gentes.
“ALEGRAOS”
Alegraos con las flores que embriagan,
Las que están en nuestras manos.
Que sean puestos ya
Los collares de flores.
Nuestras flores del tiempo de lluvia,
Fragantes flores,
Abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
Parlotea y canta,
Viene a conocer la casa de dios.
Sólo con nuestros cantos
Perece vuestra tristeza.
Oh señores, con esto,
Vuestro disgusto de disipa.
Las inventa el Dador de la vida,
Las ha hecho descender
El inventor de sí mismo,
Flores placenteras,
Con ellas vuestro disgusto se disipa.
“SOY RICO”
Soy rico,
Yo, el señor Nezahualcóyotl.
Reúno el collar,
Los anchos plumajes de quetzal,
Por experiencia
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