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Aproximación sobre participación y representación


Enviado por   •  11 de Febrero de 2016  •  Trabajo  •  6.309 Palabras (26 Páginas)  •  268 Visitas

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APROXIMACIÓN A LA IDEA DE PARTICIPACION Y REPRESENTACION POLITICA

INDICE

  1. Introducción
  2. Marco conceptual
  1. El concepto de democracia
  2. El concepto de representación y participación política
  1. Consideraciones sobre la cuestión
  2. A modo de conclusión
  3. Bibliografía

APROXIMACIÓN A LA IDEA DE PARTICIPACION Y REPRESENTACION POLITICA

Algunas consideraciones sobre la participación ciudadana, la representación política y su importancia en la calidad de la democracia

  1. INTRODUCCIÓN

Este trabajo quiere ampliar el pequeño ensayo que se presentó durante el curso, incidiendo fundamentalmente, en la idea de representación política y participación ciudadana en la democracia, como objeto de estudio.

En la actualidad estamos viviendo la gestación de una nueva forma de hacer política, donde se incorporan nuevos actores y se abren nuevas perspectivas en nuestro sistema político, aunque aún incipientes, esto puede presentar nuevos modelos de participación ciudadana que inciden directamente en las formas de representación política y que abren grandes posibilidades de mejora de la calidad de nuestra democracia. Por ello, consideramos pertinente hacer una reflexión abierta y sincera, tal vez poco profunda, pero sincera y sensata sobre la relación existente entre estos dos elementos fundamentales del sistema democrático.

En principio, desde un enfoque conceptual y prescriptivo, se tiene la intención de poder acotar sencillamente, el concepto de democracia, pues es un término complejo y con multitud de concepciones. En segundo lugar, partimos de la defensa de la idea básica que dice, a más participación hay más democracia, por lo que la idea de la concepción liberal de “democracia mínima”, se queda un poco fuera de la concepción que actualmente consideramos como la más aceptada. Es preciso entender el concepto de participación, de la misma forma, como un concepto complejo en el que intervienen factores económicos, sociales o psicológicos. Por último, consideramos la participación ciudadana como forma de involucrar a los individuos en el espacio público y en los procesos  políticos. Y, en ese sentido, observar la influencia de las nuevas tecnologías en la vida de los ciudadanos.

Entre los objetivos, en primer lugar, analizaremos brevemente los conceptos de democracia, la representación política y la participación ciudadana. Lo que se pretende es observar si la participación política puede incidir directamente en el mejoramiento de la calidad de las democracias, y por ende, en el mejor entendimiento entre la sociedad y el poder político, como mecanismo para el desarrollo de mayores grados de libertad e igualdad entre los ciudadanos que componen una comunidad política, y a través del entendimiento, la participación, el debate y la deliberación, intentar resolver de la mejor forma posible los conflictos que se generan en su interior. Por último, nuestro objetivo es intentar responder o no, a las siguientes cuestiones: ¿Puede haber relación entre el sorteo, la elección y la deliberación? ¿Qué relación existe entre la participación política y la calidad de la democracia? y ¿La participación ciudadana refuerza o debilita la idea de representación política?

Queremos comprobar si “a más participación política mejor calidad de la democracia” y también, si “la mayor utilización de mecanismo de participación refuerza la idea de representación”.

     

  1. MARCO CONCEPTUAL

  1. El concepto de democracia

Con el término “democracia”, Bobbio, entiende “la forma de gobierno en el que el poder político es ejercido por el pueblo” (Bobbio, 1989:188)[1]. Es la idea con la que se pretende alcanzar los mayores grados de libertad e igualdad de todos los ciudadanos. Hay diversos modelos de democracia: la representativa, en la que el ciudadano delega su capacidad de decidir a los representantes; directa, en la que el ciudadano participa directamente en la toma de decisiones; y participativa, en la que el ciudadano influye en la toma de decisiones políticas con su participación. En estos modelos se mezclan diversas visiones como la liberal, la republicana o la deliberativa, que al entremezclan, ofrece una gran complejidad a la hora de entender el concepto de forma clara.  

Aunque la democracia tiene más que ver con la participación, es partir de los gobiernos representativos cuando la democracia se relaciona con la representación política y evoluciona hacia la democracia no solamente representativa, sino, también deliberativa y participativa.

No vendría mal hacer algunas consideraciones conceptuales acerca de la idea de democracia deliberativa, que entendemos como la “toma de decisiones a través de la discusión entre ciudadanos libres e iguales”, es decir, deliberación pública, idea que se nos trasmite en la “Oración fúnebre de Pericles” ya en el siglo V a. C. Hemos de decir que, inicialmente, la democracia deliberativa no pretende persuadir a la asamblea sino al interlocutor, pero ha pasado un largo proceso, en el que surgen reflexiones que apoyan esa idea deliberativa, aportando una serie de claves necesaria para esa deliberación, como es la discusión entre todos los afectados o sus representantes, utilizando argumentos lógicos, racionales e imparciales que tengan como objetivo la toma de decisiones, acercándonos a la teoría de la acción comunicativa de Habermas. Por tanto aunque no es una idea innovadora, si es una idea renovadora.

  1. El concepto de la representación y participación política

El concepto de representación, aunque es un término complejo con significados diversos en la ciencia política, tiene que ver con el acto mediante el cual un representante actúa en nombre de un representado, y esto le confiere un carácter multidimensional. En palabras de Andrew Rehfeld, diremos que para que haya representación, hay algo que debe ser representado y algo que lo representa (el representante). Parece como si con la idea de “democracia representativa”, que constituye gobiernos representativos, quisiera desplazar la idea de la democracia misma considerada “peligrosa”, al sustituir esa democracia misma por gobierno representativo. En un principio, Burke, rechaza la idea de mandato imperativo y aboga por el mandato representativo, cuando entendiendo que el representante no puede quedar reducido a la defensa de los intereses de sus representados, pues un representante, una vez elegido, forma parte, dice Burke, del Parlamento que es “la asamblea deliberativa de una única nación, con un solo interés, el de la comunidad...en ella no deben prevalecer los objetivos ni los prejuicios locales ni estamentales sino el bien general que deriva de la razón general”[2]. Y en tanto que representante como parte gobernante, tiene cualidad de una aristocracia natural, y es seleccionado de los más aptos para ello. Aunque Herbert Spencer se pregunta si el proceso de elección de los mejores tendría éxito. Lo cierto es que, desde Stuart Mill, Sieyès, a Madison o Jefferson, se viene a convenir, que la democracia sólo puede tener una forma, la democracia representativa, constituyendo una distinción entre la aristocracia gobernante y el pueblo representado. Algunos teóricos consideran que la representación política no es una verdadera representación, al relacionarla con el campo de lo jurídico-privado; mientras otros, consideran que si se habla de representación política, no se puede tratar de una relación juridirizada. Sartori considera que la representación puede tener una perspectiva jurídica, en cuanto que el representado otorga al representante la capacidad de representarle; una perspectiva sociológica, en cuanto a que se relaciona con la idea de identidad, donde el representado se ve reflejado en el representante; y por último la representación política, tiene que ver tanto con elementos de la representación sociológica como con elementos de la jurídica.

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