Arquitectura Pop
Enviado por EdgarLpz • 7 de Octubre de 2013 • 2.402 Palabras (10 Páginas) • 347 Visitas
INTRODUCCION
Durante la década del 60, Estados unidos es sede de variados movimientos en lo que los jóvenes son protagonistas; estos movimientos se dan en respuesta y como protesta a las guerras (Vietnam), la discriminación (racial, sexual, étnica) y al fuerte consumo. Es también centro de una revolución tecnológica cuyo principal icono fue la televisión. Este auge de la tecnología cambió de modo radical la relación del individuo con el mundo, creando una nueva realidad, la de la cultura de masas.
La vida cotidiana pasó a estar modulada por el mercado y la moda. La sociedad se volvió el blanco sobre el cual el mercado impulsaba o creaba falsas necesidades. La sociedad de consumo se correspondió con esta etapa avanzada del desarrollo industrial capitalista, que se caracterizó por el consumo masivo de bienes y servicios. La imitación y las nuevas tendencias de la demanda, que conllevaron a la sustitución del valor funcional por el valor “atractivo” y el fenómeno de la moda. Los sujetos no están dispuestos a consumir estándares, se vive un gusto global por la diferenciación. Esto conlleva a la inestabilidad en los volúmenes de producción, la constante entrada de mercaderías nuevas y la influencia de círculos sociales o estatales en la demanda.
En el ámbito artístico aparecen serias reflexiones sobre esta cultura de masas que dan nacimiento al Pop Art. Este se presenta como un arte propio de Estados Unidos, en el que la comunicación es uno de los temas principales y, cargado de ironías, hace una crítica al consumo masivo (ya sea de objetos, comidas o personajes famosos).
Recíprocamente, en este período se desarrolló una revisión negativa a la arquitectura producida hasta el momento, comenzando una búsqueda de estrategias que hagan a la disciplina más consciente, atenta y visualmente significativa de su propia historia, del contexto físico donde se desarrolla y del contexto social, cultural y político que motiva su existencia. Se entraba en discusión si el objetivo de la Arquitectura era optimizar o satisfacer. Surgieron críticas hacia la arquitectura del Movimiento Moderno sobre el uso del lenguaje de edificios funcionalistas que resolvían la forma de cualquier tipo de arquitectura volviéndola incapaz de transmitir algún significado o valor simbólico. Se considera que los problemas reales de la arquitectura no consisten en discutir paradigmas funcionales y tecnológicos, sino que es necesario indagar sobre paradigmas formales. Lo importante es el proceso intelectual.
En este contexto, emergen en Estados Unidos dos vertientes que se van a manifestar a través del experimentalismo y una arquitectura basada en la forma por sí misma. Una de ellas era conocida como “Los Grises”, los cuales personificaban la búsqueda de estrategias que hagan a la arquitectura más consciente, atenta y visualmente significativa de su propia historia, del contexto físico donde la obra se desarrolla, y del contexto social, cultural y político que motiva su existencia. Podemos encontrar en sus obras el uso del ornamento, la utilización consciente y ecléctica de estrategias del modernismo ortodoxo pero también de periodos anteriores, transgrediéndolas e ironizándolas como hace el Pop Art como reacción artística. Por otro lado aparecen “Los Blancos” los cuales intentan desarrollar temas compositivos formales como entidades independientes, liberadas de connotaciones culturales. Se caracterizan por revivir la arquitectura de los años 20 y 30 del Movimiento Moderno y las invenciones plásticas y espaciales del Cubismo, reconociendo que estas generaron grandes revoluciones del pensamiento y profundos descubrimientos visuales y que resultan tan elocuentes hoy como lo fueron ayer; queriendo lograr era construir un nuevo significado sin dejar de lado estas raíces.
Estas dos corrientes se abocaron a establecer fuertes relaciones entre arquitectura y lenguaje, y junto a la Tendenza italiana, fueron identificadas como Neovanguardias planteando distintos núcleos problemáticos. En estas tendencias neovanguardistas nadie buscaba la verdad, cualquiera era bienvenido, todos trabajaban de manera autónoma. No se quería cambiar la forma de hacer arquitectura, solo era una reflexión de la nueva disciplina que se enfrentaba al medio sociocultural.
“El proyecto en los tres casos quedaba sometido desde desarrollos teóricos donde la arquitectura era entendida como un sistema formal autónomo.”
Silvia Pampinella
En este período Robert Venturi se impulsará a una arquitectura que acepte la pluralidad, la ambigüedad, la ironía, la “complejidad y contradicción”, una arquitectura que promueva elementos híbridos, comprometidos, distorsionados, convencionales, tergiversados, integradores, redundantes, reminiscentes, irregulares y equívocos.
Venturi plantea una búsqueda de valores permanentes e inmutables, el consumo de la “no novedad”. A diferencia de la arquitectura que privilegia la imagen publicitaria y que se expresa a partir de los edificios más avanzados, su arquitectura busca las formas arquetípicas que remiten a la cultura. Toma como referencia la ciudad de las Vegas para marcar el grado de consumo publicitario y arquitectónico que se hace en esa ciudad como un fenómeno de comunicación arquitectónica.
Desde las artes plásticas, el Pop Art, quiere lograr una postura estética o crítica de una sociedad vacía de contenido que tan solo elogiaba lo superficial y la apariencia. Como su nombre lo indica “Arte Popular”, toma del pueblo los intereses y la temática. Es la manifestación plástica de una cultura caracterizada por la tecnología, la democracia, la moda y el consumo, donde los productos dejan de ser únicos para producirse en serie. Se sirve de los objetos industriales, de los carteles y de los anuncios publicitarios. Surge como un estilo desnudo y mecanizado, de series reproducidas que enlazan directamente con el mundo del consumo y el bienestar.
El Arte Pop eleva los objetos de la vida diaria moderna a obras de arte, y con la frialdad del distanciamiento, amplía los motivos pasándolos a primer plano o multiplicándolos a lo largo de la superficie pictórica. La expresividad queda desplazada a un segundo plano, siendo un estilo impersonal que retrata su contemporaneidad con sutil conformismo, cargado de ironía y ambigüedad. Se apela a colores puros, brillantes y fluorescentes, inspirados en los empleados en la industria y objetos de consumo.
Andy Warhol fue el encargado de realizar las primeras serigrafías, obras en la que el artista pinta sobre una impresión fotográfica en la tela. En estas creaciones ya no es posible distinguir la mano del artista, puesto que se aplica un proceso industrial como base: la fotografía. Los creadores del pop minan así el propio concepto de originalidad
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