Asesinos Por Naturaleza - Película

Indudablemente, sería ingenuo si se llegara a pensar que la televisión no impone un patrón colectivo de ideas con fines amarillistas, para todos aquellos sedientos de morbosidad y “entretenimiento” a cuesta de otros.

La televisión ha estado convirtiendo, mediante la evolución tecnológica y humana, la vida de todo aquel ser vivo desgraciado, en un espectáculo que alimenta la sed vampírica de las televisoras por el poder del rating.

La preocupación de las televisoras no es el contenido y si este tiene fines en pro a la sociedad en la que se desenvuelve, sino el hecho primordial es: si este contenido saciará a mis televidentes, ganando yo así más.

Una política ridícula, pobre y falta de moral, pero quien ha hecho de la televisión un circo somos nosotros mismos, como consumidores y como productores de basura. Fieles seguidores del sensacionalismo.

Oliver Stone, director y guionista estadounidense, dirigió en el 94 Natural Born Killers, una película inspirada en la historia de Charles Starkweather y Caril Ann Fugate, una pareja que asesinó a 11 personas entre Nebraska y Wyoming a finales de los 50’s. El filme tuvo diversas críticas, pero el cometido del director fue exitoso: aturdir.

Natural Born Killers, usa como base la historia de los asesinos antes mencionados, pero aderezando la historia con más dramatismo, con más amarillismo y con más morbosidad. Un uso de colores extravagantes que perturban volviéndolo como un juego brusco y que a la vez va muy de la mano de aquella historia que no es más retorcida que la propia realidad en la que nos desenvolvemos. Protagonizado por Woody Harrelson y Juliette Lewis, que dan vida a Mickey y Mallory Knox, futuros objetos de la prensa estadounidense.

Una frase maquiavélicamente correcta es aquella que menciona el personaje de Mickey: “Nunca vas a entender, Wayne. Tú y yo, no somos de la misma especie. Yo solía ser como tú, pero finalmente yo he evolucionado, mientras que tú sigues siendo un hombre (…) ¿Asesinato? Es puro. Tú eres el que lo convirtió en impuro, ya que sólo estás comprando y vendiendo miedo."

Actualmente el trabajo de un diligente en medios es informar sobre asuntos mórbidos que llamen la atención, en lugar de darle al televidente asuntos relevantes o importantes que le pueda ser útil a la sociedad para que esta crezca y no se estanque en mezquindad. Un sistema que estanca la evolución cognitiva del ser humano, por el simple placer de sentirse mejor ante la miseria de los demás.

A pesar de la evolución histórica y tecnológica, el pensamiento del hombre sigue siendo el mismo: mediocridad y frivolidad humana mezcladas con orgullo y egocentrismo, en dónde el poder lo es todo y el bienestar individual es el fin de todas las cosas.

El hombre se envicia con el poder individual y no colectivo.

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