Autobiografía de un triunfador

              Autobiografía de un triunfador

     Nicola Iacocca hombre el cual se aventuró a América, era inmigrante italiano  procedente de San marco a unos treinta y siete kilómetros al noroeste de Nápoles que con muy poca edad, pobre y solo piso suelo americano donde sabía que podía ser libre y convertirse en lo que él quisiera,  deseándolo con toda sus fuerzas  y dispuesto a trabajar en lo hiciera falta, se devolvió a su país natal y en su segunda travesía llevaba consigo su madre, su joven esposa (una muchacha de diecisiete años,  hija de un zapatero) y un monto de ilusiones.

Tuvo su familia  y la vio crecer en américa los hacían sentir  importantes y objeto de una especial atención siempre saco su rato para dedicárselo a sus hijos aunque tuviera mucho trabajo , su hijo en 1970, cuando fue nombrado presidente de la compañía Ford, no sé quién de los dos estaba más entusiasmado, si él o su hijo. Era un hombre inquieto e imaginativo que andaba siempre experimentando con las cosas más dispares,  También fue el primero del pueblo en tener una moto se trataba de una vieja Harley Davidson con la que circulaba por las polvorientas calles de la pequeña comunidad donde residían. Por desgracia, Nicola  y la moto no se llevaban bien ya que sufrió de muchas caídas y decidió confiar solo en los automóviles, Era un enamorado de su patria adoptiva y persiguió tenazmente el «sueño americano» al estallar la primera guerra mundial se incorporó voluntario a filas, en parte por patriotismo y  según confesó posteriormente, para estar en mejor situación de obtener un buen destino porque le había costado mucho hacerse de su ciudadanía.

A lo largo de los años, ya trabajando para la Ford, bastantes periodistas han informado (o repetido) que mis padres pasaron la luna de miel en la playa del Lido, en Venecia, y que a mí me pusieron el nombre de Lido en recuerdo de aquella feliz semana, que fue más que una simple noticia que perjudico en nada a nuestra familia al pasa los años mi padre me inculcó dos cosas importantes: la primera, no meterse nunca en negocios que requieran gran aportación de capital, la segunda, estar en el negocio de la alimentación en época de vacas flacas, porque por mal que vaya la economía, la gente no puede pasar sin comer;  Esto sucedió bastante antes de que McDonald's fuese siquiera un pensamiento en la mente de Ray Kroc, y a veces me he preguntado si dejé escapar lo que era mi auténtica vocación en esta vida.

Para cuando ya tenía 15 mi padre se había incorporado el negocio de alquiler de automóviles, mi padre además era buen amigo de un tal Charley Charles, cuyo hijo, Edward Charles, trabajaba en una concesionaria de la Ford. Con el tiempo, Eddie compró su propio establecimiento de venta de coches, y allí me introdujo en el fascinante mundo de la venta de automóviles al por menor y ya estaba más que convencido a dedicarme a este negocio. En los siguientes años a partir de 1920 la familia pasaba un gran momento económico mi padre empezó a ganar mucho dinero sin dejar de lado los demás negocios que manejaba durante esos años se puede decir que pasamos unos años muy buenos nos hacía falta nada, hasta que llego la regresión económica de los años treinta.

Nadie podrá borrar esa época de la memoria, mi padre perdió todo su dinero y por poco nos quedamos sin vivienda; Durante esos años mi madre dio prueba de ser una muy inteligente y sabia mujer que hacía que la comida que preparaba era deliciosa como la sopa de huesos de cerdo con solo  cinco centavos era para chuparse los dedos , aunque fuese un mal momento mi padre siempre estaba de buen humor tan malos era aquellos días que rezábamos a todas horas, a pesar de la situación se pasaba bien nos divertíamos en aquel entonces no había televisión por lo tanto la gente tenía más contacto personal con amigos y vecinos lo cual hacia pasar un momento agradable y olvidar por un momento la situación en que estábamos.

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