AUTOBIOGRAFIA

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En el municipio de Misantla Ver. Noches antes de mi nacimiento tal vez esperada muy ansiosa en el vientre de mi mama, pues ya estaba por conocer el mundo del que todos me hablaban donde al principio sin saber todavía que yo era una linda niña, me invitaban a que un futuro fuera una gran doctora, pues mi abuelita y mi madre así lo quería, desde ahí empecé a programarme para ser alguien muy importante en ese mundo y así todos m me hablaban y me invitaban a conocer el mundo exterior y me llenaba de felicidad. Las últimas horas de la noche ese lunes 30 de julio de 1990, empecé a anunciar mi llegada, dándole a mi mama avisos de que ya era hora, que ya iba a empezar mi trayectoria por el mundo, mi mamá le aviso a mi papá y él se apresuró a decirle a mi abuelito quien nos trajo a la ciudad de Xalapa durante el camino se veía el sin fin de mañanitas a las madres en todas las comunidades donde pasábamos por todos lados se entonaban “estas son las mañanitas…” esto a mi madre la ponía muy nerviosa, pero pudo aguantar dos horas de viaje y de música, a las 10:10 de la mañana en el Hospital atendida por la doctora Adriana Pérez, Salí del vientre de mi madre y aunque fue triste por ya nunca más iba a volver a estar en este lugar tan maravilloso, pero por otro lado feliz porque eran tantas las personas que me esperaban para amarme y cuidarme.

Mi madre no podía creer que a su corta edad de 22 años, ya hubiera junto con mi papi tenido su segunda hija, mientas tanto mi hermano nos esperaba en casa de mis tíos; era lo más maravilloso que les había ocurrido y se sentían demasiado orgullosos de tener una niña; Mis padres decidieron ponerme Sara como mi mamá el apellido de mi padre, Aguirre y velasco el de mi mamá y así se formaba mi nombre: Sara Aguirre velasco, pero no les parecía que solo tuviera un solo nombre y después de tanto pensar decidieron combinar el Sara con Itzel , nombre de origen Maya. Vivíamos en casa de mi abuelita Emma (mamá de mi mamá) y mi abuelito willehado en Misantla, en un año mis papas ya habían construido nuestro nuevo hogar cerca de la casa de mis abuelitos.

Años después de dar mis primeros pasos y de decir mis primeras palabras me inscribieron al kínder Xochipilli con mi hermano que es dos años mayor que yo ahí solo hice dos años, recuerdo muy bien el primer día que ingrese al jardín iba con un vestido de blanco y zapatitos negros de charol cuando me metieron al salón de clases llore porque no quería estar ahí pegaba y pegaba en la puerta pero como nadie me hizo caso creo que me calme y me fui a sentar con mis compañeros. Solo tenía cuatro años, pero aunque pequeñita me empecé a relacionar mucho con los compañeritos y de tal modo conseguí más amiguitos, me acuerdo de manera especial de Dorely Santamaría que era vecina en ese entonces de mi abuelita, mayor que yo por dos años pero desde entonces empezó hacer mi inseparable amiga

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