Autobiografia

AUTOBIOGRAFIA

Y así pase mi niñez…

Muchos de mis recuerdos no los conozco por conciencia propia, casi todos son contados por familiares y así en ocasiones logro recordar datos o imágenes muy borrosas en mi memoria, a diferencia de cuando empiezo a tener recuerdos a partir de los 8 años que son más claros y mi memoria al parecer mejoro mucho.

Pero bueno para saber quién soy yo rimero debo decir quien es mi familia, ya que gran parte de lo que soy hoy día es por su apoyo y en primera instancia están mis padres que son las personas que a pesar de todos mis fallos me siguen apoyando e especial mi madre que me hizo entender gran parte de mi infancia a regaños, porque yo era muy necio (aun lo soy) para hacer tareas y trabajos que me dejaban desde el kínder, antes de esa época todos los relatos que conozco de mí son contados en especial por mi abuela materna que siempre me cuenta como me traía y llevaba de un lado a otro ya que mi mamá trabajaba y prácticamente pase a ser un hijo más de mi abuela, quien me cuidaba me daba de comer me cambiaba pañales aunque no sé exactamente hasta que edad deje de usar pañales, ellos me dicen que fue muy pronto porque usaba pañales de tela y al parecer son más incomodos cuando estos se ensucian que los pañales desechables de ahora que al parecer son muy resistentes y tienen olores bonitos y figurines para que los bebés los vean bonitos. Algo que a diferencia de esto me tarde mucho en aprender o por lo menos en darlo a conocer fue el habla hable cerca de los 2 años mi mamá llego a pensar que iba a tener que cargar con un hijo mudo cosa que quizás después hubiera preferido ya que cuando empecé no deje de hablar y a partir de ese momento aprendí muchas cosas mi habla no era tan mala como aquellos niños que aprenden a hablar casi a los meses de nacidos pero teniendo 7 años siguen hablando igual o peor que cuando emprendieron esta tarea; todos mis tíos también formaron una parte destacable en mi crecimiento de ellos aprendí mucho ya que no tenía hermanos ni mayores ni menores, mientras uno me enseñaba los planetas con otro aprendía a decir majaderías y otra me daba dulces mientras que alguien más me enseñaba a hacer algo nuevo, bien recuerdo que desde chico yo tengo algo muy plasmado en mí y que me ha costado trabajo quitarme y es el miedo al error propio casi siempre que emprendo en algo suelo observar y practicar en secreto o al menos donde yo sé que nadie se reirá de mi error hasta que no se note o tan siquiera sea muy mínimo, esto no quiere decir que sea un maestro ocultándolo todo al contrario mis papás me encontraron con “las manos en la masa”, más de una vez, y otras tantas me delataba yo solo tal es la ocasión cuando en una fiesta de un primo que es de mi edad menos dos meses, un payaso muy desagradable nos regaló a todos unos billetes de juguete de un tamaño muy real, esto paso en fechas cercanas a las vacaciones de verano ya que mi primo nació en el mes de junio, y al estar en vacaciones un niño sin primos, sin hermanos cerca y mucho menos amigos este niño se aburre a tal nivel que la imaginación empieza a volar y a recordar y uno de esos recuerdos fue justamente la pregunta “¿Dónde quedaron esos billetes?” así que me di a la faena de buscarlos por la habitación y encontré uno o eso pensé yo, aunque recordaba más felices los dibujos era un billete y quería jugar asi que tome unas tijeras y me puse a recortarlo por la orilla y cuando llegaran mis papás decirles “ya prendí a recortar”, y así fue el problema es que no se debe aprender a recortar con billetes de 500 pesos o tendrás una reprendida de 500 pesos. Pero bueno las experiencias son como la gente vienen y van unas se quedan para formarte y otras simplemente son tan inútiles como una persona regañando a un sordo por no escuchar el clackson de un auto que lo iba a atropellar; y esas personas que se quedan siempre las recuerdas con un cierto aire de grandeza sin importar como los vean la sociedad en general, y tal es el caso de mi vecino de enfrente de la casa de mis abuelos (casa donde viví mi infancia) mi vecino era como todos algo enojón, me contaba todas las cosas que veía pasar, como eran las personas que ya las había visto pasar

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