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Blancanieves


Enviado por   •  8 de Febrero de 2015  •  2.735 Palabras (11 Páginas)  •  275 Visitas

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BLANCANIEVES

ES ESPECIAL

BLANCANIEVES

PRIMER ACTO

(Salón de un castillo. El rey está sentado en el trono)

Rey: Estoy arruinado tengo que hacer algo para conseguir dinero porque sino tendré que vender el castillo y mi hija Blancanieves no tendrá para llevarse a la boca ni un pepinillo.

(Da dos palmadas y entra un cocinero por la izquierda)

Rey: Traedme la cena

Cocinero: Como mandéis (se vuelve )

(Se va y se vuelva por la izquierda. Lleva una gran bandeja en la cual sólo hay una cebolla)

Rey (indignado) ¿Cómo? ¿Es esto mi cena?

Cocinero: Los precios han subido y el dinero no nos llega. La carne está por las nubes. Y el pescado no digamos.

Rey (amenazador) ¡Fuera! No quiero veros.

(El cocinero se retiran al extremo de la izquierda)

Rey: Llamaré a mi tesorero ¡Venid, don José, venid!

(Entra el tesorero por la derecha. Lleva un gran rollo de pergamino)

Tesorero: ¿Llamabais, Majestad?

Rey: Sí. Quiero saber como están las cuentas.

Tesorero: Bien. Si atendemos a la evolución del IPC, a las recomendaciones de la UE y consideramos las directrices del FMI...

Rey (le interrumpe furioso): Déjate de tanta monserga. Has de saber que sólo puedo cenar una cebolla. ¿A qué se debe eso?

Tesorero (desenrolla el pergamino): Empezaré por los gastos. En banquetes, cien mil euros, otros diez mil en bailes, ocho mil en peluquero, sesenta mil en sastre, doscientos mil euros en viajes en primera clase...

Rey: Son los gastos del gobierno como en todos los países. No me aburráis más, pasemos a los ingresos.

Tesorero: Bien fácil es esta cuenta, pues los ingresos son cero.

Rey: ¿No se obedeció mi orden de crear nuevos impuestos y bajar sueldos a los soldados?

Tesorero: El pueblo ya no tiene qué comer. Ni donde trabajar y los soldados solo cobran lo que comen.

Rey: Entonces, ¿quién tiene dinero?

Tesorero: Sólo la nobleza es rica.

Rey: Retiraos. ¡Conde Filiberto!, Ante mí acudid presto.

(Se retira el tesorero por la derecha. Por el mismo lugar entran el conde Filiberto. Porta una espada y Se inclinan profundamente ante el rey.

Filiberto: ¿Un dragón devasta el reino? ¿O es que la fiera corrupta devora gente de nuevo? Contad para exterminarlo Con la espada de Fililberto.

Rey: No. Nada de eso Sólo quiero que me deis un poquito de dinero.

Filiberto: Mandadme conquistar Constantinopla o, si preferís, la Mongolia. Os juré fidelidad, mas mis riquezas son mías, las amo más que a mí vida.

Pero si queréis un consejo sin dudar os lo daré, pues eso es gratis, señor. ¡Majestad, debéis casaros. !

Filiberto: La duquesa Federica, nuestra muy querida hermana, está soltera y es rica. Como la más linda flor, así es su cara de hermosa y ligera que parece una mariposa.

Tesorero (aparte): Pues yo más la considero pesada como una osa y arisca como un zarzal.

Filiberto: Es fiel y buena compañera.

Tesorero (aparte): Es mandona y es grosera y además es vanidosa.

Filiberto: Señor, si os casáis con ella cenaréis carne y pescado y jamás os faltará dinero para el asado y la princesa tendrá una madre muy amorosa.

Tesorero (aparte): Este rey es un becerro, se la están dando con queso.

Rey: Buena idea Filiberto me casaré con ella y así tendré dinero, una Madrastra para mi hija Blancanieves y para cenar buen puchero.

SEGUNDO ACTO

(Salón del castillo. Federica está sentada en el trono. Junto a éste hay un gran espejo)

Madrastra: La boda se ha celebrado y, puesto que el rey es memo, tengo en mis manos el reino, yo lo gobierno a mi antojo, todos hacen lo que quiero y si alguno no obedece, en la cárcel yo lo encierro.

(Entran una dama por la izquierda)

Dama 1ª: ¡Qué hermosa estáis, Majestad! Nunca se vio tanta belleza.

Madrastra: Muchas gracias, Genoveva.

Dama 1ª: Dicen algunos malvados que la princesa Blancanieves es más bella.

Madrastra (enfurecida): ¿Blancanieves más hermosa? Quien lo diga lo encierro por traición y perjurio, o es que será corto de vista o tendrá muy poco seso. Mas para salir de dudas, consultaré con mi espejo.

Dama 1ª: ¡Muy bien dicho, Majestad! Habláis con autoridad!

(Madrastra se acerca al espejo, se mira de frente, de costado, se da la vuelta, levanta los brazos, pone las manos en la cintura)

Madrastra: Espejito, espejito, tú que eres el más listo, dime si acaso es verdad que una estúpida princesa me supera en belleza.

Espejo: Te conozco, Majestad y te quisiera engañar, pero en algo te equivocas, además de ser más bella, Blancanieves te aventaja también en inteligencia y no digamos en bondad...

Madrastra (fuera de sí): ¡Basta maldito espejo! Y pensar que por ti di mas de mil euros, mi sortija de rubí y un ramito de alhelí.

(Madrastra se quita el zapato y golpea al espejo, que huye despavorido por la derecha)

Dama 1ª:¡Qué espejo más descarado! Y maleducado.

Madrastra: ¿Es más bella la princesa? Pues será por poco tiempo. Ven aquí, mi buen Filiberto.

(Entra Filiberto por la derecha. Lleva un arco en una mano y unas flechas en la otra. Saluda con una reverencia)

Filiberto: Que quieres hermana ¿Queréis que vaya a cazar una liebre o un conejo? ¿O preferís un gran ciervo? ¿Qué queréis para cenar?

Madrastra: Algo te mando matar, pero no para cenar, tampoco para almorzar...

Filiberto:¿Aperitivo quizá? ¿Una paloma torcaz?

Federica: Todos los hombres son tontos, Éste supera a mi esposo. Quiero que vayas al bosque, que lleves a la princesa, y cuando huela las flores o cuando recoja setas, con puñal o con ballesta, la sacudas un buen golpe y en el suelo quede muerta.

Filiberto (horrorizado) ¡Majestad...!

Madrastra:¿Cómo? ¿Vacilas? Obedece y te daré para el fútbol un abono, una casa en Torrevieja y hasta un saquito de oro. Mas si no cumples haré que las pirañas del foso te devoren todo entero y que no quede ni el gorro.

Dama 1ª: ¡Muy bien dicho, Majestad! Sois igual que vuestra madre que nos mandó envenenar al pobre de vuestro padre.

TERCER ACTO

(Bosque. Árboles, flores, setas, en el centro una pequeña casa con una silla delante de la puerta. Por la derecha entran Gilberto y Blancanieves).

Blancanieves: ¡Qué flores tan olorosas! ¡Ay, qué fresas tan sabrosas! ¡Qué setas más venenosas!

(Blancanieves se agacha para coger flores. Filiberto saca el puñal)

Filiberto: Aprovecho que no mira y le clavo la puntilla.

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