Breve Análisis de Derechos Humanos contenidos en la Convención sobre los Derechos del Niño

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INTRODUCCIÓN

        La adolescencia es un periodo de desarrollo humano que se construye sobre las experiencias del desarrollo de la niñez y sienta fuertes bases para la adultez. El y la adolescente enfrenta un proceso del desarrollo en diferentes esferas de su vida: cambios físico y fisiológicos, transformaciones psicológicas y modificaciones de orden social.

        Estos proceso hacen que quienes transiten por la adolescencia descubran además un espacio social y la construcción de su quehacer en la acción social: establecer replanteamientos a sus límites y roles, así como afrontar la emergencia de un protagonismo en los espacios sociales que han hecho situarse y posicionarse progresivamente como actores principales en la promoción de sus derechos y en los aportes que pueden hacer al orden social.

        Para el caso concreto de los derechos que asisten a los y las adolescentes se aspira, desde mi punto de vista, que la educación en este sentido ofrezca sus aportes para el conocimiento, cumplimiento y respeto de los Derechos Humanos. Todo ello en un marco que considere el reconocimiento de su identidad y dignidad humana, las libertades fundamentales y la promoción de su participación como ciudadanos y ciudadanas activos de cara al desafío de todos en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.

        Desde la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño y la reforma del 2008 en México, la construcción del nuevo sistema de justicia para adolescentes se presenta como un reto para el país, pues se sigue emprendiendo la tarea de que este sistema integral cumpla con los lineamientos de este tratado internacional y sus normativas complementarias, así como las recomendaciones emitidas por el Comité de Derechos del Niño.

        El contenido que presenta este trabajo es de carácter informativo en los temas de adolescencia y Derechos Humanos que puede ser ampliado con la bibliografía que se ofrece al final. Se ha tratado que en la estructura de todos los temas aparezca el  desarrollo adolescente con derechos humanos para facilitar la comprensión de los contenidos porque ofrecen la posibilidad de materializarlos en acciones concretas.

LA EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE DERECHOS HUMANOS

        La “primera generación de Derechos Humanos” tenía como fin limitar el poder del Estado y reconocer como valor fundamental la libertad, clasificada por Bobbio en libertad personal; de pensamiento; de asociación y de reunión. En esta primera generación quedan comprendidos los llamados Derechos civiles y políticos, que se concretan en la vida, honor, libertad de conciencia, pensamiento y expresión, las garantías procesales (proceso legal, presunción de inocencia, derecho de defensa), la seguridad jurídica, el derecho de la propiedad, así como el derecho al voto y a la participación política.^[1]

        En esta primera generación de Derechos Humanos quedaban excluidos los no ciudadanos, extranjeros, mujeres y niños. Mujeres y niños compartían en cierta forma el status jurídico en las primera declaraciones de derechos: pertenecer a la esfera de inmunidad de la familia que suponía el poder absoluto de decisión del padre.

        La segunda generación de Derechos Humanos incluyó a los Derechos económicos, sociales y culturales y la tercera al desarrollo y derecho a la paz. Por otra parte, el concepto de Derechos Humanos se fue transformando también en relación con los titulares, pues se extendió su atribución a todos los seres humanos (generalización), y posteriormente se fueron creando derechos concretos para ciertos grupos que habían sido tradicionalmente discriminados.

        Se puede decir que los niños se incorporan al discurso de los Derechos Humanos al generalizarse su titularidad, y en un momento posterior se les atribuye los Derechos específicos en razón de la vulnerabilidad vinculada a la etapa de desarrollo. Es en este contexto en el que podemos situar el surgimiento de los diversos instrumentos internacionales sobre Derechos del niño,^[2] que culmina con la Convención sobre Derechos del Niño, que enumera los derechos humanos propios de la etapa infantil y adolescente.

LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES COMO SUJETOS DE DERECHOS HUMANOS 

En el ámbito internacional, han surgido una serie de instrumentos que los Estados Unidos Mexicanos ha ratificado en uso de su soberanía, instrumentos que marcan la base a la cual la legislación interna del Estado debe adecuarse y los estándares de protección de Derechos que el Estado se encuentra obligado a respetar. Estos estándares mínimos de Derechos Humanos en general, y de Derechos Humanos de niños, niñas y adolescentes, en particular, surgen de tratados internacionales como ya lo mencionamos, algunos de los cuales en nuestro país tienen jerarquía constitucional conforme el artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

La protección integral de las y los adolescentes implica el respeto por los principios enunciados en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) , la protección de todos sus derechos y la incorporación de una visión de desarrollo integral.

        Protección integral se puede definir como el conjunto de políticas, acciones, planes y programas que con prioridad absoluta, se dictan y ejecutan desde el Estado con la firme participación y solidaridad de la familia y la sociedad, para garantizar que todos los niños, niñas y adolescentes gocen de manera efectiva y sin discriminación de los Derechos Humanos.

        Cuatro principios (Derechos) están integrados en la Convención sobre los Derechos del Niño, los cuales son:

1. No discriminación: “Los Estados parte asegurarán su aplicación (de la CDN) a cada niño sujeto a su jurisdicción sin distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o representantes legales. ( Art. 2 CDN, 1989)

1. Interés superior de Niños, Niñas y Adolescentes: “En todas las medidas concernientes a los niños, que tomen las Instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a la que se atenderá será el interés superior de niños, niñas y adolescentes”. (Art. 3 CDN, 1989)

1. Prioridad absoluta: “Los Estados partes dispondrán recursos hasta el máximo que dispongan, y cuando sea necesario, dentro del marco de la cooperación internacional”. (Art. 4 CDN, 1989)

1. Corresponsabilidad/Participación: “Los Estados partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes de los padres, o en su caso, de los miembros de la familia ampliada o de la comunidad, según establezca la costumbre local, de los tutores u otras personas encargadas legalmente del niño, de impartirle en consonancia con la evolución de sus facultades, dirección y orientación apropiadas para que el niño ejerza los Derechos reconocidos en la presente Convención”. (Art. 5 CDN, 1989)

Los Derechos se pueden definir como los atributos de toda persona inherentes a su dignidad, que el Estado está en el deber de respetar, garantizar y satisfacer. La Convención sobre los Derechos de los Niños reconoce los Derechos Humanos de los niñas, niñas y adolescentes menores de 18 años,^[3] conformando categorías que facilitan la programación y definición de políticas, planes y acciones a favor de la niñez y la adolescencia con visión de integridad. Estas categorías son: Supervivencia; Desarrollo; Participación y Protección. Después de esta Convención, se integraron a la doctrina de la protección integral:

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