CAPÍTULO 8: DIEZ DESAFÍOS PARA LOS FORMADORES DE ENSEÑANTES
Enviado por bza77 • 30 de Octubre de 2015 • Síntesis • 5.543 Palabras (23 Páginas) • 2.069 Visitas
BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL FEDERALIZADA DE TAMAULIPAS
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA
Asignatura: Práctica Docente
ANÁLISIS DE BIBLIOGRAFÍA
- Perrenoud, P. (2010). Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. GRAO, México.
- Perrenoud, P. (2012). Cuando la escuela pretende preparar para la vida. GRAO, México.
- Villanueva G., Ó. (2010) De estudiantes a profesores transiciones y dilemas en la incorporación profesional. Porrúa, México.
- Álvarez, C. Enseñanza y desarrollo profesional docente. Pensar y vivir la educación. Madrid: La Muralla.
Alumna: Brianda Samira Zumaya Aguilar
SEPTIMO SEMESTRE
GRUPO “A”
Septiembre de 2015
LECTURA 1
Perrenoud, P. (2010). Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. GRAO, México. (págs. 163-210).
CAPÍTULO 8: DIEZ DESAFÍOS PARA LOS FORMADORES DE ENSEÑANTES
- Trabajar sobre el sentido y las finalidades de la escuela sin hacer de ello una misión
Este desafío no acerca a la idea de ser conscientes de lo que implica nuestro trabajo y de lo que nos demandan las instituciones, se trata de conocerlo, de reflexionarlo y no de seguirlo como credo, conscientes de que esto no deja de ser una normatividad, sin embargo en la práctica muchas veces es contradicho, y esto no está equivocado, sino que es parte de la misma naturaleza de una educación institucionalizada.
- Trabajar sobre la identidad sin encarnar un modelo de excelencia
Este es un tema muy común y en una situación en la que muchos de nuestros formadores y nosotros mismos caemos, en querer tener una imagen de excelencia en ser un ejemplo, sin embargo es esta profesión, tan humana, cabe recalcar que somos precisamente humanos, y que seamos un ejemplo no nos hace exentos de errores, y no nos hace finitos en la búsqueda de una identidad.
- Trabajar sobre las dimensiones no reflexionadas de la acción y sobre las rutinas sin descalificarlas
Hace referencia al hecho de manejarnos dentro de nuestras propias rutinas, al no reflexionar en el quehacer diario, aborda beneficios y riesgos, juzgando a primera vista la rutina sería algo a evitar, sin embargo al analizar esta rutia en la que podemos vernos involucrados nos daos cuenta que muchas veces nos es funcional, sin embargo este piloto automático es también un gran riesgo para docentes y discentes, este estado de aparente tranquilidad nos enajena de una realidad que es más cómodo no abordar, y nos pone muchas veces en situaciones en las cuales el alumno puede verse perjudicado seriamente y el docente puede ni siquiera notarlo. En nuestras manos estará el hecho de aceptar, notar y cambiar lo que sea necesario para beneficio de alumnos y de nosotros mismos.
- Trabajar sobre la persona y su relación con los demás sin convertirse en terapeuta
Para los formadores de enseñantes debe quedar claro que la herramienta principal de un enseñante es su persona, sin embargo es muy importante tener presente que el enseñante es un ser inacabado como cualquier otro, tiene manías, sus neurosis, tiene un bagaje personal, cultural, etc. que determina su vivir y su diario proceder, es tarea de un formador hacer saber que dentro de todas las contradicciones de la cuales seamos víctimas influenciados por nuestro interior y presionados por el exterior habrá siempre una conexión y dentro de esta reside el bien actuar y un sano equilibro entre lo que quiero y debo hacer, entre lo que soy y se me exige que sea.
- Trabajar sobre lo silenciado y las contradicciones del oficio y de la escuela sin decepcionar a todo el mundo
Como profesionistas en función al igual que en nuestra vida personal hay acciones y situaciones que no son del todo meditadas, justificadas, y desinteresadas, hay que saber tratar estos asuntos silenciados –silenciados por hacernos ver poco o nada profesionales- para hacerlos parte de un crecimiento, más que de un lado oculto, a fin de cuentas ante tales situaciones tendremos soluciones, soluciones que son parte de una capacidad y competencia a fin de cuentas profesional.
- Partir de la práctica y de la experiencia sin limitarse a ellas, para comparar, explicar y teorizar
No es más que reflexionar verdaderamente sobre la práctica, no solo expresarlo e identificarnos con ciertas situaciones, no solo compartir lo mejor y lo más difícil, sino de externar tanto para otros como para nosotros mismos que fue lo que hicimos, cuál fue el motivo y hacia donde me levar las decisiones y caminos tomados.
- Ayudar a construir competencias e impulsar la movilización de los saberes
Aprender a crear situaciones que nos ayuden a movilizar y a adquirir saberes de todo tipo, eso es lo que nos hace competentes, un formador debe caminar de nuestro lado mas no de nuestra mano, debe estar ahí para aconsejar, más no para caminar por nosotros, dejarnos recorrer el camino con nuestros saberes impulsando siempre la obtención de nuevo mediante experiencias que nos saquen de lo rutinario y cotidiano.
- Combatir las resistencias al cambio y a la formación sin menospreciarlas
Un formador en la extensión de la palabra debe de saber que el camino no es fácil, que no puede exigir a los formados resultados iguales a los de él, quien lleva tiempo, esfuerzo, dedicación, y practica dentro de lo que realiza, no hay que olvidarnos de nuestros inicios, puesto que no llegamos al mundo con conocimiento de causa, sino que trabajamos, erramos y pulimos a través de la práctica y el tiempo nuestros quehaceres.
- Trabajar sobre las dinámicas colectivas y las instituciones sin olvidar a las personas
Para llegar a una formación constante es necesario que se ejerza en el centro de la institución, que se haga de forma colectiva, sin embargo para llegar a una colectividad s necesario llegar a establecer un compromiso con cada uno de los individuos de la conforma, de otra manera la tarea no será imposible, pero sí más pesada, con resultados mediocres y sin llegar a las metas establecidas y sin la obtención de lo necesario.
- Articular enfoques transversales y didácticos y mantener una mirada sistémica
Una formación debe ser integral, si bien nos formamos dentro de un sistema parcelado en disciplinas estamos de acuerdo que una va de la mano de otra, y siempre por muy lejanas que parezcan tienen un punto de convergencia, tanto en la formación de docentes como en la docencia como tal es necesario tener la capacidad de asociar enfoques, disciplinas, saberes, para un aprendizaje más conciso, y significativo.
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