CONSTRUYENDO CULTURAS INCLUSIVAS

*Escrito individual de las aportaciones desde su función al fortalecimiento de las dimensiones inclusivas en el PETE.

Mi labor como docente inclusivo en la Escuela Secundaria Diurna N° 125 “Pablo Casals”, ha requerido de una persona que se atreva a asumir riesgos y pruebe nuevas formas de enseñanza; que reflexione sobre su práctica para transformarla y valore las diferencias como elemento de enriquecimiento profesional; que sea capaz de trabajar en colaboración con otros docentes, profesionales y familiares del alumno; que conozca bien a todos mis alumnos y esté preparada para diversificar y adaptar el currículo; que plantee diferentes situaciones y actividades de aprendizaje; que ofrezca múltiples oportunidades; que tenga altas expectativas con respecto al aprendizaje de todos mis alumnos, les brinde el apoyo que precisan y evalúe su progreso en relación con su punto de partida y no en comparación con otros, mismos riesgos que he enfrentado y que de alguna manera he sabido sobre llevar pero sin embargo considero también que me falta pulir algunas situaciones de enseñanza, pues sin tener conocimiento enteramente de lo que es la inclusión, he tratado problemáticas y barreras de aprendizaje que presentan mis alumnos pero también acepto y reconozco que éstas no ha sido suficientes ni del todo de calidad.

En éste sentido puedo decir que el movimiento inclusivo refiere a un proceso complejo donde no basta que los alumnos con necesidades educativas especiales (NEE) estén en las escuelas regulares, sino que deben participar de toda la vida escolar y social de las mismas, tarea de gran reto para el profesor, pues somos nosotros mismos quienes tenemos obligación de movilizar ésos saberes y hacer partícipe al alumno del momento educativo en el cual nos encontremos y a su vez comparta esos conocimientos con la comunidad escolar.

Esto significa que mi escuela y las escuelas deben estar preparadas para acoger y educar a todos los alumnos y no solamente a los considerados como "educables", asumiendo que la convivencia y el aprendizaje en grupo es la mejor forma de beneficiar a todos, no sólo a los niños etiquetados como diferentes

Este concepto me remite al trabajo colaborativo del que también hemos venido hablando a lo largo de éste curso, en el cual se ponen en juego sujetos, materiales y estrategias; es decir, la práctica educativa enfocada y centrada en el proceso de enseñanza–aprendizaje de los educandos, de ese otro que tiene tiempos distintos, que no lo hace de la misma manera, que su ritmo es diferente, que es más fuerte en esto y no en lo otro, lo que establece una disparidad o diferencia en el interior de la clase.

En conclusión puedo decir, que la intervención sobre aspectos clave del currículo provoca adaptación; la definición de los tiempos genera flexibilidad, misma que yo como profesora debo propiciar; el mutuo conocimiento, la empatía; y los intercambios

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