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COSTA.


Enviado por   •  22 de Agosto de 2014  •  Síntesis  •  11.808 Palabras (48 Páginas)  •  286 Visitas

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Generalidades. La división de los territorios (nacionales o estatales) en regiones constituye hoy en día –y desde hace más de medio siglo– una forma importante de abordar el conocimiento de las grandes unidades geopolíticas donde vivimos. Los primeros estudios pusieron el énfasis en las características del medio geográfico y, por lo tanto, en la acción de las leyes de la naturaleza; los esfuerzos más recientes, en cambio, han destacado el múltiple papel del ser humano sobre su entorno y los efectos que produce su acción transformadora.

En todo caso, sea cual fuere el propósito que se persiga con la división por regiones, cada una de éstas constituye “una síntesis de elementos y relaciones siempre en movimiento, con una dinámica propia y ritmos relativamente estables, que mantiene una identidad consigo misma y está articulada a contextos más amplios” (Hernández Elizondo, Roberto, 1998). Una región, en consecuencia, es mucho más que una porción acotada del espacio geográfico, es mucho más que una mera fracción o parte del todo; su conceptualización implica interdependencia, vinculación entre sus componentes y de éstos con la estructura que los unifica e integra.

Una región es, en sí misma, una totalidad, un ente unitario que supera “la fragmentación y el empirismo de algunos enfoques”, y a partir del cual se generan posibilidades reales de crecimiento económico, de rescate y fortalecimiento de los valores culturales, de políticas públicas encaminadas al desarrollo sustentable, de acciones en general que propicien cambios positivos en la calidad de vida.

Por otra parte, cada región es una construcción histórica y cultural, sobre un espacio determinado, que genera procesos de pertenencia, de identidad específicos. Así entendidas, las regiones no existen de por sí, no están predeterminadas, sino que son la consecuencia de la práctica social (Arellano Sánchez, José, 1998). Al estudiarlas, se reconoce la trascendencia del escenario físico; sin embargo, el acento se pone en las relaciones que ahí se producen: sociales, económicas, políticas, culturales, educativas... Es decir, el enfoque regional que actualmente se propone coloca a las personas en el centro de la preocupación y del análisis.

En el estado de Guerrero los estudios sobre regionalización arrojan planteamientos distintos. Así, hacia 1942, el general Héctor F. López Mena, al escribir el Diccionario geográfico, histórico, biográfico y lingüístico del estado de Guerrero, dividió a nuestra entidad en tres regiones: Sierra, Cuenca del Balsas o Tierra Caliente, y Costas (Grande y Chica). En 1949, en su estudio Guerrero económico (tomo I), don Moisés T. de la Peña propuso tres regiones geográficas: Costa, Tierra Caliente y La Montaña, y Sierra. Al escribir la Geografía ilustrada, histórica escolar del estado de Guerrero, el profesor Gonzalo N. Ramírez definió siete regiones naturales: Costa Grande, Costa Chica, Mixteco–Tlapaneca, Centro, Sierra, Tierra Caliente y Norte (hay aquí un salto cualitativo importante. Escrito antes de 1949, el texto ofrece un punto de vista muy cercano a la división regional que hoy conocemos).

Don Alejandro W. Paucic, en la Geografía general del estado de Guerrero, publicada en 1980, consignó cinco regiones geoeconómicas: Tierra Caliente, Norte, Oriental, Central y Costa (Grande y Chica). La Secretaría de Planeación y Presupuesto del estado de Guerrero, al publicar en 1985 la Geografía física del estado de Guerrero, delimitó seis regiones físicas: Norte, Tierra Caliente, La Montaña, Centro, Costa Grande y Costa Chica (a esta última pertenecía Acapulco, aun cuando para efectos de planeación económica desde 1983 se le consideraba por separado). Los autores de Guerrero, sur amate de mar y montaña –importante documento impulsado por la Secretaría de Educación Pública– dieron el nombre de regiones geoculturales a los seis espacios en que dividieron el territorio estatal: Norte, Tierra Caliente, Valles Centrales o región Centro, La Montaña, Costa Grande y Costa Chica. El Centro Nacional de Estudios Municipales –dependencia de la Secretaría de Gobernación– estableció en 1988 la división en siete regiones geoeconómicas: Norte, Tierra Caliente, Centro, La Montaña, Costa Grande, Costa Chica y Acapulco; (es el criterio vigente).

Como puede apreciarse, el nombre de las regiones difiere según el autor del documento: geográficas, naturales, físicas, geoeconómicas, geoculturales, o simplemente regiones. El Centro de Investigación y Cultura de la Zona de La Montaña, al publicar el número 19 del periódico mural Así somos..., se refiere, a falta de un concepto integrador, a seis regiones geográficas, históricas, climatológicas.

topográficas, económicas y de evolución. Finalmente, los elaboradores del libro de texto Guerrero, historia y geografía, editado en 1998 y dirigido a los niños que cursan el tercer grado de educación primaria, no adjetivan el nombre; es decir, sólo hablan de regiones (las siete mencionadas al final del párrafo anterior).

Esta diversidad de designaciones y de puntos de vista no es asunto intrascendente. En nuestra opinión debiera abrirse un debate que permitiera, a partir de argumentaciones fundamentadas, arribar a un consenso.

Desde Guerrero Cultural Siglo XXI, A. C., queremos apuntar que algunos trabajos recientes sobre regionalización han otorgado relevancia a la interacción de tres elementos: el poder estatal, la vida sociopolítica y la división territorial. Uno de los supuestos es que el área geográfica, por sí misma, no es condición suficiente para delimitar una región; otro es que “... sobre las relaciones económicas y los rasgos geográficos, hay elementos sociales e institucionales que hacen operar el espacio regional.” (Cedeño del Olmo, Manuel, 1998).

Hoy en día hay evidencias muy claras de que el mapa regional de Guerrero se ha ido consolidando a partir de decisiones e interrelaciones políticas muy precisas. Algunas de éstas son:

Los planes de desarrollo integral que a lo largo de los últimos 15 años se han diseñado para enfrentar la problemática de las regiones, constituyen una resolución de gobierno que rebasa el mero enfoque económico.

La determinación de operar múltiples tareas de la administración pública considerando a la región como la circunscripción territorial base es también una medida que involucra población, espacio y ejercicio del poder.

La relación que existe entre municipio y región rebasa lo específicamente natural, económico y/o cultural. Se trata de un vínculo esencialmente político.

La decisión gubernamental, a partir de los 80 del siglo pasado, de establecer una séptima

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