Cartas - Resumen.

16 de agosto de 2011

Cuando empezamos con nuestro noviazgo, era toda una sensación de entusiasmo e intereses por lo mucho que estaba por descubrir a tu lado, de verdad para mí, pocas cosas son las que recuerdo con tanta ilusión como todos aquellos días.

Poco a poco sin saber hasta donde iba a llegar, te fuiste adentrando en mi ser hasta convertirte en algo realmente  valioso para mi vida.

Te escogí entre todo lo que tenía frente a mi, por tu físico, tu espíritu, tu fortaleza, tu calidez y tu amor. Junto a ti me sentía segura, querida, admirada, respetada, por no decir soñada.

Con toda mi ilusión me casé contigo sabiendo que los dos sentíamos lo mismo uno por el otro, jamás tuve duda de que así sería y que las dificultades que forzosamente habrían de llegar, tendríamos suficiente amor para enfrentarlas juntos y de manera exitosa.

Toda mi persona en cualquier aspecto que tu quieras, evolucionó de niña a mujer a tu lado y merecidamente debo decir con tu ayuda.

No podré olvidar nunca la sensación de la primera vez que nos vimos a los ojos siendo ya novios, o la primera vez que me tomaste de la mano, o cuando me diste el primer beso, yo era muy tonta, muy niña de verdad a los 16 años, cada día nuevo representaba un panorama amplio por lo que me esperaba descubrir a tu lado. Con todo y eso los dolores también llegaron y la primera vez que dudé que me siguieran queriendo, fue muy tiste, eran días muy angustiosos pero con el aliciente de esperar a que todo fuera un mal entendido y nuevamente la sensación reconfortante, entusiasta y amorosa llegara a mi.

Mi sexualidad, fue realmente descubierta por ti, nunca nadie, absolutamente nadie, en mi persona, despertó la pasión que poco a poco sembraste en mí y que si tu quieres con dudas y temores pero fue totalmente tuya en el momento que tu lo quisiste y que igualmente, yo quise que así fuera.

Sin indagar mas en lo que tu ya habías vivido, creí entonces que igual que en mi, pasaba en tu cuerpo, mucho tiempo así lo creí, ahora con la madurez y el paso de los años creo que es iluso de mi parte pensar que así como yo te puedo asegurar que en mi jamás un hombre ha despertado lo que tu, en mi ser, por muy rutinario que esto haya sido ya en nuesto matrimonio, tu lo puedas decir.

¿Te imaginas todo lo que puedo narrar en 30 años de tu presencia en mi vida? ¿Todo lo que alrededor de la formación de nuestra familia, Dios nos a permitido vivir?

A veces hace falta recordarlo, traerlo al presente para darnos cuenta de que está hecho nuestro amor, la rutina y la propia vida suele, en ocasiones ensombrecer lo hermoso , lo realmente valioso de nuestra vida y lucha, el ir viviendo enfrentando y solucionando problemas puede ser como una venda en los ojos que no deja ver la escencia de lo que realmente nos ha hecho diferentes como familia, como esposos e incluso como novios.

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