Ciudadanía Y Democracia
Enviado por samybet • 3 de Julio de 2011 • 1.947 Palabras (8 Páginas) • 1.626 Visitas
Ciudadanía y democracia
La palabra democracia se usa con frecuencia para expresar
una exigencia, una demanda de que en la toma de decisiones
sociales se considere la opinión de todas las personas que son
o serán afectadas por dicha decisión. Si bien es un término
propio del ámbito político, su uso se ha extendido a otros
espacios, por lo que no es extraño que, cuando alguien toma
una decisión que afecta a otros sin consultarlos, se llegue a decir que dicha persona
es autoritaria y no democrática. Así, la palabra democracia y su negación se han
vuelto adjetivos utilizados no sólo para las autoridades políticas, sino en general para
cualquier persona que toma una decisión que tiene
consecuencias en otros.
Es importante conocer la definición de democracia y cómo está
íntimamente ligada al Estado de Derecho y a la defensa de los
derechos humanos, a la participación ciudadana y al pluralismo,
y que, a pesar de ser hasta ahora la mejor forma de gobierno
conocida, también tiene sus problemas.
Formas de gobierno. El concepto de democracia se usa propiamente
para una determinada estructura de poder político, es decir, una forma
de gobierno. Ya desde la antigua Grecia se distinguían diversas
maneras de gobernar y una de ellas era, precisamente, la politeia,
democracia. Tomando en cuenta el número de personas que ejercen el
poder, Aristóteles planteó tres formas de gobierno: la monarquía,
cuando una sola persona detenta el poder político; la aristocracia,
cuando un pequeño grupo tiene el poder político; y, por último, la
politeia, cuando muchos —la mayoría— ejercen el poder político.
Para Aristóteles no sólo era importante distinguir las formas de
gobierno de acuerdo con quiénes gobiernan (si uno, pocos o muchos),
sino también cómo lo hacen, es decir, si lo hacen bien o mal. ¿Cómo
hacer esta última distinción? Teniendo presente el fin que todo
gobierno debe tener: alcanzar el bien común. Así, el criterio para
distinguir cuándo una forma de gobierno es buena o mala se refiere al
tipo de interés que persigue el gobernante: el social o el individual. Las
formas buenas serían aquellas en las que el poder se aplica en la
búsqueda del interés común; las formas malas, aquellas en las que el
poder se ejerce para alcanzar intereses propios. Estas últimas son
En algunas ediciones,
el término politeia
implica la mezcla de
las tres formas de
gobierno; es decir, un
gobierno mixto, que
algunos autores lo
entienden como
República y que busca
el bien común.
consideradas formas corruptas o degeneradas porque van en contra del
fin que debe tener todo gobierno; en ellas el poder político se desvía de
su objetivo principal que debe ser, como dijimos, el bien común.
De esta manera, en Aristóteles, el gobierno de uno se llama
monarquía cuando es bueno, y tiranía cuando es malo, porque ve sólo
por los intereses del monarca; el gobierno de pocos se llama
aristocracia cuando es bueno, y oligarquía cuando es malo, porque
persigue sólo los intereses de unos pocos, que son los ricos; y, el
gobierno de muchos se llama politeia.
Si bien la clasificación aristotélica de las formas de gobierno ha sido una
de las más importantes, a lo largo de la historia se han elaborado otras
tipologías. Entre las propuestas contemporáneas es de mencionar la
clasificación hecha por Hans Kelsen, que comprende sólo dos tipos de
gobierno: la autocracia y la democracia. Para este jurista, el único
criterio riguroso para distinguir los tipos de gobierno es la manera en
que una constitución regula la producción y modificación del
ordenamiento jurídico que caracteriza a un Estado de Derecho. Sólo
existen dos maneras de producir dicho ordenamiento: desde “arriba” o
desde “abajo”. Decimos desde arriba cuando los destinatarios de las
normas no participan en su creación; y desde abajo, cuando sí lo hacen.
Para Kelsen, sólo en este último caso los miembros de una sociedad
son libres, porque son ellos mismos los que establecen el ordenamiento
social y lo que se debe hacer en él; en este sentido, lo que quieren y lo
que deben hacer coincide. A diferencia de la democracia, en donde el
orden legal del Estado se identifica con la voluntad de los miembros de
la sociedad, la autocracia se caracteriza por la servidumbre. Esto se
debe a que en una autocracia los miembros de la sociedad están
excluidos de la creación del ordenamiento jurídico, que fija lo que se
debe hacer sin importar qué es lo que ellos quieran.
Democracia. A pesar de sus diferencias, tanto en Aristóteles como en
Kelsen los tipos de gobierno dependen de quiénes pueden participar en
la toma de decisiones que afectan a toda la sociedad. Por eso, el
filósofo italiano Norberto Bobbio propuso, en su libro El futuro de la
democracia, la siguiente definición mínima de esta forma de gobierno:
“Por régimen democrático [se entiende primeramente] un conjunto de
reglas procesales para la toma de decisiones colectivas en el que está
¿Cuál es la diferencia
entre democracia y
demagogia?
prevista y propiciada la más amplia participación posible de los
interesados.” En este conjunto de reglas que caracteriza a la
democracia destacan las siguientes:
1. Todo ciudadano con mayoría de edad, sin ningún tipo de distinción,
tiene derecho, por medio del voto, de expresar su opinión o elegir a
quien la exprese por él.
2. El voto de todos los ciudadanos tiene el mismo peso.
3. Los ciudadanos tienen la libertad de votar según su opinión formada
lo más libremente posible, es decir, a partir de una competencia libre
entre grupos políticos organizados.
4. El voto debe ser una elección, es decir, debe haber alternativas
reales.
5. El principio de mayoría numérica rige para las deliberaciones
colectivas y para las elecciones.
6. Las decisiones tomadas por mayoría no deben limitar los
derechos de las minorías, principalmente el derecho de volverse,
bajo las mismas condiciones, mayoría.
Sobre estas reglas es importante hacer algunas observaciones. Con
relación a la primera,
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