Como Formamos Los Profesionales Hoy En Chile
Enviado por titinova • 6 de Marzo de 2014 • 3.455 Palabras (14 Páginas) • 358 Visitas
“FORMACIÓN PROFESIONAL Y DOCENTE EN CHILE”.
“¿CÓMO FORMAMOS LOS PROFESIONALES, HOY?”
CRISTINA IVANOVA MELIAN NICETICH.
SANTIAGO – CHILE
2011
Resumen
Hoy, en el contexto que vive nuestro país, podemos señalar que la educación superior está en la palestra. Cada día que pasa, vamos viendo y percibiendo que la sensación es que la formación tanto profesional como docente, no calza con las necesidades reales de la sociedad y del mercado.
Los estudios y las investigaciones apuntan a la formación de calidad y a la entrega de herramientas que permitan establecer el uso correcto de las habilidades y competencias para el mundo laboral y para el nivel de objetivos que la sociedad continuamente, plantea.
La formación docente ha sido modificada, de acuerdo al contexto social que ha ido viviendo nuestro país, y las escuelas iniciales y básicas no están ajenas a esta situación, pero junto a las modificaciones curriculares, debe existir un convencimiento de mejorar por parte del cuerpo magisterial.
El desafío, entonces, nos compete a todos los que formamos la sociedad del conocimiento.
Introducción
Para contextualizar la realidad educacional, la formación profesional y docente de nuestro país. Es importante destacar, los cambios realizados hace 30 años en nuestro país. Se inicia por tanto, un profundo cambio en sus instituciones económicas y sociales. Generando de este modo, un sostenido progreso económico y social. Pero, de igual modo, persisten las brechas de desigualdad social y empleos inestables. En este contexto, caben algunos cuestionamientos. ¿Estamos formando profesionales, para el contexto que vivimos?; ¿Los docentes universitarios, estamos preparados para este desafío?; ¿Qué pide el sistema educativo a los docentes?; entre otras. Estamos pues, frente a un tema cuyo desarrollo es continuo, activo y demandante socialmente.
Debemos señalar, que dentro de los desafíos planteados por la GLOBALIZACION, se encuentra la Glocalización, situación que se pone frente a la encrucijada legislativa y ejecutiva, DEL PAIS QUE QUEREMOS.
Esto nos lleva a dar mayor relevancia a los conceptos adquiridos, tales como: HABILIDADES, COMPETENCIAS, CALIDAD, EQUIDAD, IGUALDAD.
Para definir cada concepto, debemos contextualizar su uso y el contexto sociocultural en el que queremos se inserten. Por ejemplo, habilidades para la vida, adquiere el significado de que cada individuo pueda enfrentar las situaciones con resilencia y con capacidad de resolver de la mejor forma los desafíos y conflictos que pudiese enfrentar en una situación laboral, familiar o social.
Competencias, nos habla de generar destrezas y habilidades profesionales requeridas por el mercado. Que, además, nos ayuden a suplir las necesidades y demandas sociales específicas. Por otro lado, calidad del punto de vista académico, nos pide determinar si son suficientes o insuficientes los conocimientos en un examen o ejercicio académico probatorio. (San Martin, 2002).Equidad en educación, de acuerdo a la UNESCO es educar de acuerdo a las diferencias y necesidades individuales. Por otro lado, la Igualdad se puede definir como; la oportunidad de educar a los individuos, independiente de su condición social, económica y/ o política.
Formación Profesional en Chile.
La educación postsecundaria considera el profesionalismo en su nivel más elevado, y por esto tiene en su plan de estudio configurado el método de instrucción y retorica. Pero, según el BID (2000), es “cuasiprofesional”, puesto que forma titulados que no encuentran trabajo en sus campos de estudios directos.
Para aclarar, el término “cuasiprofesional”, es importante señalar que las escuelas profesionales han generado un superávit, es decir, un exceso de oferta. Esto es dirigido especialmente en algunas profesiones, por ejemplo: psicología, periodismo, administración pública, economía y sociología. (San Martin, 2002).
Ahora, también el área de la salud, en estos últimos 5 años ha generado un sin número de escuelas formadoras de Kinesiólogos, Terapeutas Ocupacionales y Fonoaudiólogos, entre otros.
Me pregunto, entonces: ¿Estaremos como sociedad, en condiciones de seguir hablando de profesionales de salud, en 5 años más o deberemos nominarlos “cuasi profesionales”, según BID?
Entonces, ¿De qué manera podemos delimitar el “mercado de profesionales”?, una forma inmediata es acreditar los programas de estudio, no las instituciones.
Creo que efectivamente, es un tema que aun no se aclara tanto en los mecanismos de evaluación, de acreditación y de autoevaluación.
Lo más discutible, desde la perspectiva formación integral, es que los profesionales acreditados que egresan de las instituciones de educación superior de nuestro país, son profesionales carentes de competencias.
Esta dura afirmación se puede hacer basada en estudios del BID, UNESCO y OCDE. El primero de estos nos indica que los profesionales acreditados, suelen carecer de destrezas y habilidades para aplicar el conocimiento en tareas practicas, que su campo de especialización suele no poseer una demanda social especifica, y por lo tanto de comienzan a desprofesionalizar, aceptando cualquier sueldo por su acción, conllevando a un descontento social y personal.
Según la OCDE, tenemos en nuestro país, una educación profesional de baja pertinencia, puesto que a pesar de tener una ley de acreditación, esta última no es suficiente.
No ha habido mucha discusión acerca del significado de estándar, calidad y excelencia en la educación superior. (Bravo, 2010)
Como vimos en la introducción de este trabajo, calidad tiene definición y podemos adaptar a la educación superior los estándares que quisiéramos, pero para esto tenemos que entender que al pedir calidad estamos señalando que hay un diseño, un producto y un consumidor. Por tanto, ¿Quién es el consumidor en la formación profesional? En este contexto, nacen variadas respuestas, como por ejemplo: Los estudiantes, es lo que creemos los que trabajamos en puestos de administración dentro de las entidades de Educación Superior y que transmitimos a la sociedad entera. Sin embargo, debemos considerar al empleador, como el consumidor final.
En este contexto , se produce la dicotomía puesto que por un lado, estamos tratando de satisfacer al estudiante considerando programas de estudios que tengan relación con sistemas de aprendizajes que manejen o puedan llegar a manejar; olvidando por completo lo que los empleadores señalan como demandas profesionales.
Es por esto, que podemos
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