¿Como Medir La Calidad De Vida En Las Personas?
Enviado por milena111694 • 14 de Octubre de 2014 • 1.302 Palabras (6 Páginas) • 315 Visitas
Calidad de vida es la forma en que las personas llevan su vida de acuerdo a la economía que se lleva en su respectivo país. A causa de esto se puede ver claramente la calidad de vida que puede llevar una persona de cualquier nivel de vida, cualquier estrato.
La calidad de vida se evalúa analizando cinco áreas diferentes. Bienestar físico (con conceptos como salud, seguridad física), bienestar material (haciendo alusión a ingresos, pertenencias, vivienda, transporte.), bienestar social (relaciones personales, amistades, familia, comunidad), desarrollo (productividad, contribución, educación) y bienestar emocional (autoestima, mentalidad, inteligencia emocional, religión, espiritualidad).
En las economías capitalistas en las que vivimos, puede decirse que todas las decisiones de política económica, desde el empleo hasta el desarrollo cultural pasando por cualquier otra expresión de las necesidades humanas, están destinadas a lograr niveles de crecimiento económico sostenido, suficiente y equilibrado (esto último en el sentido de que no altere el cuadro de las variables macroeconómicas tradicionales).
El problema radica, sin embargo, en que el crecimiento económico se mide por la evolución de una variable que es muy poco representativa de los procesos reales que se producen en las economías y, en particular, muy poco significativa de aquellos que influyen verdaderamente sobre el bienestar humano, si este se toma desde una necesaria omnicomprensión.
Con diferentes matices esa variable es la que indica el volumen total de transacciones monetarias que se llevan a cabo en un país y durante un periodo determinado. Puede utilizarse para ello el Producto Interior Bruto, el Producto Nacional Bruto o la Renta Nacional pero todas ellas no son expresión sino de un quantum de actividad determinado.
Son muy variados los problemas que ello plantea.
En primer lugar, no se recoge de esa forma el trabajo no sujeto a transacción monetaria que se realiza dentro de los hogares, desde las propias tareas del hogar, hasta el cuidado de los niños e, incluso en algunos casos, ciertas actividades agrícolas. Como decía irónicamente P.A. Samuelson, si uno se casa con su ama de llaves desciende el Producto Nacional del país.
Al no contabilizarse estas actividades resulta que la magnitud que se toma como referencia del crecimiento económico infravalora la actividad productiva efectivamente realizada, muy especialmente de la que llevan a cabo las mujeres (WARING 1.989) o las que de forma muy generalizada realizan las familias en los países menos desarrollados.
La magnitud de esta limitación es enorme si se tiene en cuenta que diversas evaluaciones cifran el trabajo doméstico como una actividad que puede representar entre el 20% y el 40% del Producto Nacional Bruto incluso en países industrializados.
Además, tampoco se contabilizan actividades no sujetas a transacción monetaria realizadas fuera del hogar como el trabajo voluntario o las actividades colectivas de todo tipo que conllevan igualmente un volumen de recursos, de esfuerzo y tiempo en claro ascenso en todo el mundo, y por supuesto tampoco las que se realizan de forma ilegal o clandestina que en conjunto pueden llegar a representar el 20% del PNB.
Otro problema añadido es que el cómputo convencional del producto nacional no toma en consideración que los individuos no sólo obtienen beneficios en forma de ingresos (de flujos) sino también según cual sea su patrimonio actualizado (stocks). Salvo en el caso de la vivienda (cuya propiedad se imputa como renta del periodo), la contabilidad nacional convencional no toma en consideración el stocks de bienes de los que ha pasado a disponer cada individuo, lo que impide, por tanto, que se pueda considerar como una expresión real del grado de satisfacción que se ha generado en la sociedad.
También hay que tener en cuenta que el uso efectuado de los recursos sólo se contabiliza cuando se ha pagado por él, pero no cuando, como sucede generalmente con los recursos naturales, se encuentran a libre disposición de los individuos. Es evidente que, aunque no haya habido transacción monetaria el deterioro o la inutilización de esos recursos
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