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Competencia especifica de la práctica.


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2014  •  Síntesis  •  1.974 Palabras (8 Páginas)  •  352 Visitas

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Competencia especifica de la práctica.

Introducción.

Al inicio de la revolución industrial, muy pocos gerentes o dueños de empresa se preocupaban de las condiciones de trabajo y salarios de los obreros que se encontraban a su servicio. El salario que recibía un obrero, era de acuerdo a la estipulación de un precio para cada pieza u objeto que hubiera producido el obrero.

Antes de la revolución industrial, los bienes los producían los artesanos en el conocido sistema casero. En aquellos días la administración de las fábricas no era problema. Sin embargo, a medida que se desarrollaban nuevos aparatos y se descubrían nuevas fuentes de energía, se tuvo la necesidad práctica de organizar las fábricas para que pudieran aprovechar las innovaciones.

La Revolución Industrial dio pie al método de la Ingeniería Industrial, ya que el trabajo artesanal se ve reemplazado por las máquinas accionadas por la energía del agua, del viento o los animales, siendo, además, necesario mucho esfuerzo humano para la realización de todas las actividades propias de fabricación.

Como inicio de algunas personas que se interesan en el mejoramiento del trabajo y otros elementos del proceso productivo comienza la labor de la Ingeniería Industrial.

La historia de la civilización es en cierto modo, la de la ingeniería: largo y arduo esfuerzo para hacer que las fuerzas de la naturaleza trabajen en bien del hombre.

El hombre en sus inicios y a utilizaba la ingeniería para sus actividades esenciales; es decir, conseguir alimentos, pieles, artículos de defensa, etc.

El desarrollo de la ingeniería llegó junto con el del hombre, cuando este se convirtió en sedentario, y con el tiempo en esta civilización apareció la ciencia.

Nuestros antepasados desarrollaron sus habilidades debido a sus necesidades, con ello sucedió que los primeros ingenieros fueron arquitectos, ya que comenzaron a proteger sus ciudades con muros y empezaron a utilizar dichas técnicas de ingeniería en la construcción de primeros edificios. Así como en nuestra vida conforme nos aparecen obstáculos hay que ingeniárnosla para salir adelante.

Marco teórico.

Desde que se empezó a conocer fuentes de energía más potentes que las que estaban casi naturalmente a disposición del hombre, es decir, su fuerza muscular y de los animales, se pensó en la posibilidad de utilizar estas fuerzas para la locomoción. Ya en 1618 Roger Bacon escribía: “... Por la ciencia y el arte solamente será posible construir carros movidos con una celeridad maravillosa, sin la ayuda de animales de tiro.”

Con el descubrimiento de las posibilidades energéticas del vapor surgió inmediatamente la idea de aplicarlo a la locomoción. En 1759 el ingeniero Robinson elaboró un proyecto para la construcción de un carruaje movido por vapor. Incluso el mismo Watt describió en 1754 una máquina de vapor con este objetivo.

Pero el primero en realizar un modelo susceptible de recorrer una distancia por sus propios medios fue el ingeniero francés Nicolas Joseph Cugnot. Se trataba de un triciclo movido a vapor, en el que la rueda delantera era motriz. Estaba pensado para arrastrar piezas de artillería y podía desarrollar una velocidad de 6 Km./h. Se hicieron de él dos versiones, gracias al apoyo del mariscal de Sajonia, del general de Gribeauval y del duque de Choiseul, ministro de la Guerra de Luis XV. Esto ocurría en 1771, y años más tarde la Revolución haría abandonar el proyecto.

En resumen, hasta mediados de la segunda década del s..XX la industria automovilística trabajó fundamentalmente para la competición deportiva. La demanda privada de coches era muy escasa. Cabe atribuirlo, por una parte, al hecho de que la innovación chocaba con la rutina de los usuarios, como lo demuestran las leyes de circulación que se promulgaron en los primeros tiempos del automóvil. Por otra parte el estado de las carreteras no permitía una utilización de los automóviles en condiciones de comodidad. El coste elevado de los automóviles, consecuencia de las series reducidas, fue otro factor disuasorio, comotambi‚n las frecuentes averías' y la inexistencia de una red de servicios de reparación y mantenimiento. Un ultimo factor podría ser el escaso desarrollo de la tecnología del caucho que iba a permitir la fabricación de ruedas eficaces

Desarrollo de la práctica.

Henry Ford nació en una granja cerca de Dearborn, Michigan, el 30 de julio de 1863, y asistió a escuelas públicas. Hijo de unos pobres granjeros irlandeses emigrados en 1847, desde niño demostró una gran afición y dotes excepcionales para la mecánica. Buen estudiante, compaginó sus estudios secundarios en Dearbon con las labores agrícolas y ganaderas de la modesta granja familiar. En este período construyó ya su primer ingenio mecánico con pretensiones de tractor, al que el propio Henry Ford bautizó con el nombre de Fordson (el hijo de Ford).

Con apenas 16 años, en 1878, Henry Ford se fugó de su casa para dirigirse a pie a Detroit, con intención de trabajar como mecánico, lo que consiguió pronto al ser admitido en un pequeño taller de maquinaria, el Detroit Automobile Company. Al poco tiempo regresó a Dearbon con la experiencia necesaria para dedicarse a la reparación de máquinas de vapor y al estudio y composición de relojes. En 1888 contrajo matrimonio con Clara James Bryant, con la que estuvo casado toda su vida y tuvo un hijo, Edsel, hombre brillante e imaginativo en el campo de la dirección de empresas pero que siempre estuvo tapado por la gigantesca sombra de su padre. En 1891, Henry Ford regresó de nuevo a Detroit, donde comenzó a trabajar en la Edison Illuminating Co., en la que pronto pasó a desempeñar el puesto de ingeniero jefe de mecánicos.

Por aquel entonces, Henry Ford ocupaba la mayor parte de su tiempo libre, fundamentalmente las noches, en la construcción del que sería su primer coche sin caballos, que acabó en el pequeño taller que tenía en su casa en 1896. Se trataba de un vehículo de cuatro ruedas arrastrado por un motor de dos cilindros y de cuatro tiempos, refrigerado con agua y sin marcha atrás. Aunque no aportó ninguna novedad mecánica respecto a los autos que habían fabricado los alemanes Gottlieb

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