Creatividad Accion Y Servicio
Enviado por Jicasmen • 8 de Abril de 2015 • 488 Palabras (2 Páginas) • 192 Visitas
Hoy martes 31 de marzo, realimos nuestra segunda visita al albergue Marìa Araoz con mis compañeros. En esta ocasión el recibimiento fue con menos ancianitos, poco a poco iban llegando, a pesar de eso nosotros continuamos muy alegremente con nuestras actividades programadas para ellos.
Los chicos rápidamente comenzaron a sacar las mesas. Lo expectativo ese día para los abuelitos era el bailetòn , entre toras cosas como el origami y juegos de mesa. Comenzamos dividiéndonos en grupos, algunos se juntaban con sus compañeros para jugar un torneo de ludo, otros ancianitos se agrupaban para hacer clases de origami con mis amigas, había una mesa en especial en el que solo estaba mi compañero Perez esperando a que algún abuelito lo retara en un torneo de ajedrez, lo màs resaltante es que ninguno se intimidò y se acercaban a èl.
Por otro lado, mientras organizaba los grupos, ubicaba a los ancianos y repartía los implementos, me di cuenta que la señora Elvira a quien había atendido la semana pasada con muchos gusto y a quien había prometido verla este martes creyendo que no iba a volver, no estaba dentro de todo el grupo de los ancianitos. Verdaderamente me preocupé, recién la estoy conociendo pero sentía mucho su ausencia. Pero sabìa que en algún momento debía aparecerse.
Mientras tanto, seguì con mi labor, hasta que llego la hora del bailetòn, esperada por mucho de los abuelitos. Sacaron lka radio, buscamos una emisora que tengan puras canciones de salsa y asi los abuelitos se iba apareciendo en loa pista de baile moviendo sus brazitos, la cinturita y buscando a alguien con quien bailar. Así mismo un pequeño grupo de mis compañeros incluyéndome, nos unimos a ellos, formamos un cìrculo, hasta bailamos en parejas con los abuelitos y abuelitas. Poco después, ellos se iban cansando debido a que no tenìan muchas fuerzas en sus piernas. Así que los acompañaba a sentarse. En ese momento, encontrè a la señora Elvira, bien sentada ahí comiendo un bizcocho. La saludè y le tomó un tiempo reconocerme, me preguntò nuevamente mi nombre y llegó a la conclusión que me llamaba “Jimona”. Quizé volver a insisteirle con mi nombre pero traté de comprenderla. Además traté de convencerla para ir a bailar o hacer una clase de origami o jugar un torneo de ludo, pero no tenía ganas. Es así que empezamos a hablar un poco hasta que llegó la hora de irse. En la que muchos señores y señoras nos agradecieron por haberles llevado el bailetòn ese dìa y esperaban vernos la siguiente semana.
Esta vez, hemos estado mejor preparados, a pesar de que algunas personas se olvidaron de llevar algunos de juegos de mesa, nos las ingeniamos para que todos puedan participar. Lo único en lo que no pensamos fue en la bebida, ya que muchos ancianitos se morìan de sed luego de haber bailado. Esperamos que en las actividades siguientes más personas colaboren y propongan más ideas.
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