Criminologia
Enviado por alexmejia8989 • 6 de Marzo de 2013 • 4.245 Palabras (17 Páginas) • 263 Visitas
RESEÑA HISTORICA DE LA CRIMINOLOGIA.
La palabra Criminología deriva del latín criminis y del griego logos, que significa el tratado o estudio del crimen y el delito-delincuente.
La palabra Criminología se utiliza en 1879 por el antropólogo francés Pablo Toppinard. A partir de 1885, hay otros vocablos: en 1792 se habla de psicología criminal, en 1882 se habló de sociología criminal y en 1883 de biología criminal.
La criminología nace de la antropología, pero también nace de la psicología, de la biología y de la sociología. A partir de aquí se crea un núcleo de términos sólidos, será la ciencia que aglutinará el conocimiento de todas estas ciencias.
Las definiciones, incumbencias, divisiones y alcances de esta Ciencia, fueron variando de acuerdo a los distintos autores, criminólogos y lugar geográfico de nuestra tierra, según los diversos enfoques y encuadres teóricos, como asimismo de acuerdo a la época en las que fueron expresadas.
CONCEPTOS DE ALGUNOS PENSADORES DE LA ANTIGÜEDAD SOBRE LA CRIMINOLOGIA:
Con fundamento en las narraciones bíblicas que consignan la muerte de Abel por parte de su hermano Caín, se ha sostenido que el crimen es tan antiguo como la misma sociedad, y por ello no nos extrañarnos de que, para no contrariar los principios religiosos o no ir en contra de la concepción divina del bien y del mal, muchos pensadores pertenecientes al idealismo hayan elaborado sus propias manifestaciones, cuyo resumen exponemos a continuación, ya como contribución a la explicación dentro de este marco idealista del fenómeno, ya como aporte a lo relativo al derecho penal. Veamos:
ESOPO (siglo VI a.C.): “Los crímenes son proporcionados a la capacidad del que los comete, a mayor peligrosidad más terribles han de ser”.
ISÓCRATES (436-338 a.C.): “Ocultar el crimen es tener parte en él” (antecedente figura del encubrimiento).
PROTÁGORAS (485-415 a.C.): “Nadie castiga al malhechor porque ha hecho un mal, pues el mal solo lo hace la furia irrazonable de la bestia. El castigo debe ser racional y no emplear represalias por un mal pasado que ya no puede deshacerse”.
SÓCRATES (470-399 a.C.): “...Conócete a tí mismo... La virtud es la disposición última y radical del hombre, aquello para lo cual ha nacido, y esa virtud es ciencia. El hombre malo lo es por ignorancia, el que no sigue el bien (buen camino) es porque no lo conoce, por eso la virtud ha de enseñarse y aprenderse. “La justicia, entre otras virtudes, no es más que sabiduría. Debe enseñarse a los criminales cómo no cometer más infracciones, dándoles la instrucción y formación que les hace falta”.
HIPÓCRATES (460-377 a.C.): “Si las enfermedades proviniesen de los dioses los más enfermos serían los pobres, pues careciendo de medios no pueden hacer ofrendas, por el contrario, los ricos son quienes con mayor frecuencia enferman.
“Todo vicio es fruto de la locura y el crimen como vicio es también producto de la locura”. Su teoría de los humores:
1. Predominio sangre: carácter sanguíneo, impulsivo.
2. Predominio bilis: colérico.
3. Predominio flema: —moco— flemático, parco, reservado.
4. Bilis negra: melancólico.
Para HIPÓCRATES el clima ejercía influjo en los hombres:
a. Vientos fríos del norte, traen costumbres fieras.
b. Los de oriente, la ira.
e. Occidente, depravaciones.
d. Las variaciones del clima.., cólera...
PLATÓN (427-347 a.C.): Atribuía el crimen al medio ambiente. “...La pobreza y miseria son factores criminógenos. Hay que castigar no porque alguien delinquió, sino para que los demás no delincan...”. Principio fundamental de la penología, la prevención por medio del castigo.
ARISTÓTELES (384-322 a.C.): Conviene con PLATÓN en que la pobreza es un factor que influye en la criminalidad, pero le da mayor importancia a lo superfluo, lo innecesario, que para procurárnoslo recurrimos a la criminalidad. Agrega este pensador que las pasiones llevan al virtuoso a cometer delitos.
TOMÁS DE AQUINO (1225-1274): “...La miseria engendra rebelión y delito”, coincidiendo con los anteriores en que la pobreza es factor criminógeno. Aun cuando las tesis propuestas por cada uno de los filósofos de la época tenían gran validez, la explicación no satisfacía. Si la idea predominante era que “todos somos hijos de Dios”, ¿qué puede haber ocurrido para que se presente ese desequilibrio? ¿Cómo explicar que Dios cuida a unos y no a otros? Con base en tales premisas se erigen diversas teorías que pretenden explicar por qué el hombre delinque (LUIS RODRÍGUEZ MANZANERA, Criminología, 5 ed., México, Edit. Porrúa, S.A., 1986) LA DEMONOLOGÍA. De acuerdo con el comportamiento de cada quien, los seres van siendo colocados del lado del Dios bueno o del Dios malo; el Dios bueno protege al inocente, el malvado obra impulsado por el demonio. Tal la teoría prevalente en la Edad Media.
Cuando las personas son malas, el demonio se posesiona de ellas, por eso cometen crímenes. El concepto de maldad, desde luego, era el que el grupo dominante imponía: no creer en Dios, no amar al prójimo y sí demasiado a las mujeres (sinónimo de carne y diablo); por ello al infractor, en principio, se lo trata de ayudar a sacar el diablo, mediante el exorcismo, que consiste en rezos, baños de agua fría o caliente, golpizas que generalmente producían la muerte del exorcizado, aunque las más de las veces el infeliz terminaba en la hoguera.
El enfermo, o el que se tildaba de insano de la mente, era igualmente considerado como poseído por el demonio y se le aplicaban igualmente castigos bárbaros como las pedreas, y todos aquellos citados anteriormente (La Iglesia sostiene que un individuo sobrenatural y no una entidad abstracta, es el origen de todas las manifestaciones del mal: “Posesión Diabólica”, Lecturas Dominicales, El Tiempo, julio 6 de 1986, pág. 8)
La astrología. Al lado de los dioses también se les daba mucha importancia a los astros. Así, la conjunción de estos al momento del nacimiento, se interpretaba como una predestinación astral. Júpiter con Marte o Venus determinaban no solo el presente sino el futuro de las personas, llegándose a afirmar que el delincuente lo era desde la cuna por la influencia de los astros. Y aun cuando parezca mentira, miles de años después siguen en cierta forma vigentes estas teorías, al extremo de encontrar día a día en periódicos considerados como “serios” los famosos horóscopos, donde ya hay para
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