Cuento. Existía hace años en una ciudad como cualquiera una supuesta vecindad donde se presumía que era la mejo

Cuento                                                                            04/12/2015

Existía hace años en una ciudad como cualquiera una supuesta vecindad donde se presumía que era la mejor, pues estaba conformada por doctores por doctores, arquitectos, maestros, deportistas, grandes actrices etc.
Lo único malo decían ellos era la casa número #23 y no se referían a la casa si no a la persona que lo habitaba pues lo llamaban el señor “DON NADIE” pues se sabía que se dedicaba a escribir pero no cualquier escrito se rumoraba que no hablaba de amor, ni cuentos infantiles, ni poemas, ni cosas bellas ¡ NO ! el escribía desenmascarando la verdad y haciendo abrir sus ojos de sus leyentes a la realidad. Pareciese que su apariencia y sus letras espantaban a la gente.

Existía un joven que por una desgracia de la vida había perdido la vista para su mala suerte hace años que vivía solo no tenía ni la ayuda ni el apoyo de sus padres parecía estar perdido, de pronto la esperanza parecía volver en el pues recordó que vivía en la supuesta mejor vecindad así que tomo el teléfono y marco al mejor doctor de la vecindad.

El joven le pidió de favor que si podía venir por el puesto que padecía de ceguera a lo cual el doctor accedió. Así fue como el doctor paso por el joven y al llegar el joven a su consultorio le explico su situación en el cual le pedía que le enseñara a como caminar sin la ayuda de su vista. El doctor dijo: mmm veamos es un proceso muy largo necesitarías rehabilitaciones e incluso caminar con bastón o con un perro guía pero cobramos por cita y por el material que se te brinde. El doctor en cuanto el joven le comento que no tenía dinero para pagar todo eso muy molesto lo corrió y le dijo que no podía ayudarlo. El joven salió del consultorio y aun así le dio las gracias.

Al salir no sabía dónde se encontraba, así que pidió ayuda pues escuchaba los pasos de la gente que iba pasando se espantó al ver que nadie le hacía caso y en ese momento creyó haberse salvado pues había escuchado la voz del mejor maestro de esa vecindad grito como desesperado –profe profe ayúdeme por favor no sé dónde me encuentro. Lamentablemente el maestro lo tomo de a loco se dio la vuelta y dijo tengo cosas más importantes.

Aquel joven siguió caminando por horas y por horas sin poder saber dónde se encontraba y para su mala suerte el hambre lo estaba matando. Había pasado ya un largo tiempo hasta que dijo no puedo más y cayo inconsciente sobre el piso.

Al recobrar el conocimiento creyó estar muerto pues se sentía en medio de un campo de flores y escucho una voz a lo cual de inmediato reacciono y dijo -¿Dios eres tú?

Aquella voz dijo -claro que no (dijo riendo) estas en un lugar seguro, un poco más y entonces si hubieses conocido a Dios ¡Valla es un milagro que sigas con vida! Ten come un poco de comida eso te hará sentir mejor

El joven comió como si nunca hubiese comido devoro todo tan rápido que había olvidado sus problemas por un rato.

Aquella voz dijo bien ahora dime ¿Cuál es tu nombre? –Me llamo Gerardo (dijo tímido) y ¿Quién es usted?

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