CÓMO FORMAR EN CALIDAD Y EJERCER LA PROFESIÓN DOCENTE EN EL CONTEXTO DE LOS AÑOS VENIDEROS
Enviado por jeivcuga • 12 de Septiembre de 2011 • 1.474 Palabras (6 Páginas) • 783 Visitas
CÓMO FORMAR EN CALIDAD Y EJERCER LA PROFESIÓN DOCENTE EN EL CONTEXTO DE LOS AÑOS VENIDEROS.
“Los profesores no saben enseñar”. Este juicio cortante y otros semejantes son muy frecuentes y parten de diferentes actores de la comunidad académica, de operadores de los Estados y de distintos sectores de la sociedad, y son bastante divulgados por la prensa. En efecto, cuando las cosas no andan bien en la política, en la economía o en la sociedad, es frecuente atribuir la culpa a la educación y, sobre todo, a los profesores. En casi toda parte, los profesores han perdido su importancia social, la autoridad intelectual y educativa y han dejado de ser una referencia moral.
El lugar que actualmente tiene el maestro le asigna la labor definitiva de formar a las jóvenes generaciones, razón que pone al orden del día la función social de sus acciones. Sabemos que esta responsabilidad social se ha vuelto compleja, por cuanto requiere que se apropie de los conocimientos de un campo disciplinar y sea capaz de enfrentarse a los retos que exige una sociedad como la de hoy. Cuando se piensa que un maestro es un formador de seres humanos y que muchas veces es el profesional que pasa más tiempo con los niños y jóvenes, se hace evidente la importancia social de su trabajo y las diversas responsabilidades de su profesión. El maestro contemporáneo se enfrenta a retos que le impone su disciplina, y a otros que le demanda la sociedad. Hoy en día, requiere de competencias diferentes para solucionar con creatividad los primeros, y participar así en la solución de los segundos.
Según una idea comúnmente difundida, un buen profesor sería un conocedor de la materia que debe ser repasada a los alumnos, con claridad y sin cuestionamientos, con buena sistematización y organización, dominio de las metodologías apropiadas, capacidad de comunicación y disciplina. Por su parte, el alumno debería estar preparado para alcanzar un buen desempeño en las pruebas de su cotidiano escolar y en exámenes nacionales, cumplir disciplinadamente las tareas, demostrar interés por las actividades de la clase y por la futura profesión. Para solventar las deficiencias operativas de los maestros, muchas iniciativas son puestas en marcha: cursos de capacitación, cambios en los materiales de instrucción, introducción de nuevas tecnologías, evaluación y premiación de maestros y escuelas más eficaces, etc.
Si los profesores no saben enseñar, cabe la pregunta: ¿Qué es saber enseñar? A primera vista, decir que los profesores no saben enseñar revela una relación mecánica entre enseñanza y aprendizaje, según la cual si los profesores enseñan, los estudiantes han de aprender; si los alumnos no aprenden es por que los profesores no enseñan bien. Además de conocer su disciplina y los medios para lograr su comprensión y aprendizaje, el maestro necesita saber comunicarse, oír de manera activa y respetuosa las diferentes posturas, incluir y valorar las diferencias, así como despertar curiosidad por el conocimiento, de acuerdo con las etapas de desarrollo de cada estudiante. El maestro identifica sus emociones y las de los estudiantes y las encauza de manera constructiva. En su práctica cotidiana, el maestro se enfrenta a sus estudiantes y sus expectativas, tan disímiles como el número de aprendices en el aula, y se compromete con las particularidades de cada uno. No sólo el saber de cada estudiante es diverso sino sus modos y fuentes de motivación hacia el aprendizaje. Es importante, entonces, que conozca estas diferencias para procurar el aprendizaje de todos y cada uno. A partir de esas particularidades, los maestros diseñan sus clases y adaptan los materiales de acuerdo con las necesidades y los retos pedagógicos a los que se enfrentan.
La reiterada manifestación de la “mala calidad de la educación” viene asociada con la siempre repetida representación de la mala calidad de los profesores. Pero, ¿qué es calidad en educación? Esta no es una cuestión simple y que pudiera ser respondida de modo sencillo. La literatura del área de educación acumula muchos y diferentes conceptos de calidad que, en general, corresponden a distintos grupos de interés. Mencionan logro, eficiencia, eficacia, adecuación, planificación, satisfacción del usuario, calidad total, etc. Cada definición identifica algunos elementos de comprensión, pero ningún alcanza la complejidad del fenómeno que pudiera satisfacer a todas las personas. La mayoría tiene una vertiente pragmática, instrumental, funcional, operativa.
En la perspectiva de los centros mundiales tercermundistas, los criterios de calidad no necesitarían considerar las dimensiones políticas y sociales de los sistemas educativos, ni las dimensiones de carácter cualitativo, como las actitudes morales y los valores
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