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¿Cómo Lograr Que Los Estudiantes Tengan Una Cultura Lectora?


Enviado por   •  26 de Enero de 2013  •  1.523 Palabras (7 Páginas)  •  525 Visitas

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¿Cómo lograr que los estudiantes tengan una cultura lectora?

Desde hace algunos años es bien sabido que en nuestra sociedad latinoamericana se habla de que nuestros estudiantes carecen de una cultura lectora que les permita desarrollarse en el ámbito educativo, personal, profesional, etc. Los que han investigado el asunto alegan que son múltiples los factores que determinan la veracidad de ésta afirmación: falta de tiempo, poca motivación, déficit en la comprensión de la lectura, ausencia de un hábito arraigado y profundo en tal actividad, la llegada de la tecnología, entre otros, forman parte de las excusas y argumentos que ha proscrito a nuestra población estudiantil actual como la generación que menos lee.

Algunos piensan que el fracaso o la situación radica en la ausencia de programas para tal fin, o peor aun, que teniéndolos el resultado es el poco impacto de estos programas para obtener el incremento de una población lectora aquí en Venezuela y en Latinoamérica.

Por lo tanto, resulta imperante elaborar y llevar a cabo acciones que sean más

efectivas, que produzcan formas concretas de medir el efecto de estos programas en

la población.

Aunado a esto, es necesario concentrar esfuerzos para el fomento de la lectura por placer y recreación en los espacios educativos donde se ha desvirtuado este valor porque tiende a concebirse el acto de leer como una obligación para el estudio. Es necesario deslindar esta actividad de las obligaciones y tareas académicas, ya que “… cuando avanzamos en la escolaridad obligatoria la lectura deviene un instrumento para los aprendizajes” (Solé, 1995, p. 5). Y agrega lo siguiente:

…Tiene todo el sentido que en la escuela se promueva esta dimensión trascendente y evasora, quizá la más genuina de la lectura. Añadamos aún que muchos alumnos quizá no tengan muchas oportunidades, fuera de la escuela, para familiarizarse con la lectura; tal vez no vean a muchos adultos leyendo, quizá nadie les lee libros con frecuencia. La escuela no puede compensar las injusticias y las desigualdades sociales que nos asolan, pero puede hacer mucho por evitar que se incrementen en su seno. Ayudar a los alumnos a leer, interesarlos por la lectura, es dotarles de un instrumento de culturización y de toma de conciencia cuya funcionalidad escapa a los límites de la institución (p. 4).

Ante tal realidad surge otra interrogante, ¿las estrategias metacognitivas y el uso de las TICS ayudarían a establecer una anhelada cultura lectora en nuestros estudiantes?

La metacognición puede ser entendida como el conocimiento y el autocontrol que una persona tiene sobre su propia cognición y actividades de aprendizaje; ello implica tener conciencia de su estilo de pensamiento (procesos y eventos cognitivos), el contenido de los mismos (estructuras) y la habilidad para controlar estos procesos, con el propósito de organizarlos, revisarlos y modificarlos en función de los resultados del aprendizaje (Weinstein y Mayer, 1986; Flavell, 1987). Es decir, en este constructo se pueden identificar dos componentes, a saber: la autoconciencia y la autorregulación. La metacognición es un constructo reciente en la literatura psicológica. Para muchos investigadores, su partida de nacimiento se inscribe en los trabajos pioneros de Flavell (1970), en sus estudios sobre la memoria infantil. Él utilizó el término metamemoria en sus investigaciones sobre la conciencia que los niños tienen de su propia memoria.

La metacognición es un constructo psicológico complejo que ha tenido un gran desarrollo en la literatura especializada, particularmente a partir de la década de los años 80, por el interés que ha suscitado en las diferentes áreas del desempeño humano. De allí la motivación reciente de algunos investigadores en desarrollar programas de intervención orientados a mejorar la habilidad metacognitiva de las personas a objeto de potenciar su ejecución en diferentes tipos de tareas. En tal sentido, por ejemplo una de las áreas en las que la investigación académica ha enfatizado en el estudio de la metacognición, es la comprensión de la lectura.

Comprender lo que se lee implica establecer conexiones lógicas entre las ideas del texto y poder expresarlas con las propias palabras del lector. En tal sentido, las inferencias son actos fundamentales de comprensión, ya que permiten dar sentido a diferentes palabras, unir proposiciones y frases y completar las partes de información ausente (Johnston, 1992). Es decir, la comprensión de un texto escrito puede ser entendida como la reconstrucción de significado, por parte del lector, mediante la ejecución de operaciones mentales, con el propósito de darle sentido a las ideas expuestas por el autor.

La metacognición aplicada al proceso de la lectura recibe

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