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De La Jaula Al Laberinto


Enviado por   •  2 de Junio de 2014  •  4.310 Palabras (18 Páginas)  •  202 Visitas

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El mexicano, cuando hablamos de nosotros mismos nos creamos una imagen inmediatamente en nuestra cabeza, un estereotipo de hombre macho, fuerte, apasionado que no se raja ni le tiene miedo a nada, tomando tequila y conquistando a las jóvenes. Aquel sombrerudo de botas que prefiere “morir peleando que morir agachado”, ese hombre fiero que no le teme a la muerte y juega ruleta rusa solo por diversión sin importar poner su existencia en riesgo.

Desgraciada o afortunadamente ese es el mexicano que hemos concebido o que nos hemos hecho concebir, de esta manera nos aprecia el mundo, como los estoicos que no se caen ante cualquier circunstancia, aquellos que aun siendo los más jodidos tenemos para hacer fiestas y compartir con los demás, pero en realidad nos hemos puesto a pensar, actuamos de esta manera porque en verdad lo queremos o porque nos lo han hecho creer.

Por otra parte es bueno cuestionar porque el mexicano tiene tantas facetas y a que se debe, es que acaso no se ha encontrado asimismo o trata de ocultar algo que no le satisface en la vida, es mas es bueno preguntarse, ¿al mexicano le gusta la vida que lleva o solo la soporta?, son muchos los cuestionamientos que a diario nacen en la mente de los mexicanos, será por pereza o conformismo que no nos atrevemos a responder estas preguntas o quizá somos conscientes de nuestra existencia en este universo y no queremos revolverle más para toparnos con algo desagradable.

A que le tiras cuando sueñas mexicano, sería una frase buena para introducirnos en este texto, en verdad el mexicano tiene sueño o simplemente está lleno de ilusiones banas que se rompen u olvidan en los escombros del tiempo. Pero porque rayos siempre nos enfocamos en los y no en las mexicanas esas diosas aztecas de piel bronceada, madres abnegadas, hijas responsables, esposas estoicas criaturas que valen mucho y a la vez nada, en este mundo construido por hombres las mexicanas valen tanto como una vaca o un costal de maíz según el truque que se haya pactado.

Por último tendríamos algunas preguntas obligadas que responder como ¿en verdad vale la pena ser mexicano? O ¿para que se es mexicano?, quizá contestando ambas nos demos un marco de referencia y entendamos algunas cosas que suceden actualmente a nuestro alrededor.

El macho

Soy, como decía Nieztche:

Un animal humano demasiado

humano. García.

En México es costumbre que los hombre sean quienes lleven el sostén de la casa, las mujeres por lo regular tienen que atender al marido cada que llegue cansado al fin y al cabo para eso se casan. Pero que es lo que diferencia al macho mexicano del mundo, quizá sea su hombría, valentía o mejor dicho la cobardía.

En México el termino macho tiene una connotación de ser el más fuerte el mejor, pero no solo hay que creerlo hay que demostrarlo, quizá todos se preguntan cómo es que se llega a ser un autentico macho, la respuesta es simple adquiriendo poder, de esa manera el mexicano hace gala de su hombría.

El poder el hombre lo adquiere de distintas formas en varias partes del mundo, en México es muy diferente la situación aquí se gana el respeto, peleando ya sea con los puños o con palabras. Por lo regular las peleas son comunes para demostrar hombría. Pero las peleas verbales son mucho más enfrascadas. Estas disputas se llevan a cabo en un leguaje prosaico y retorcido llamado albures, que la mayoría de los jóvenes entiende. De esta manera los albures se utilizan para humillar, para dejar fuera del combate a tu contrincante con un juego de palabras que no pueda contestar.

Pero porque demostrar de esta manera su hombría, Octavio paz en su libro el laberinto de la soledad nos menciona que el mexicano tiende a ser de esta manera, vengativo, desgarrador, imponente e hiriente por el simple motivo de demostrar quién es en realidad y quien no es.

Todos los mexicanos cargamos una máscara que no nos permite ser quien realmente somos, tenemos un miedo arraigado de demostrar eso, ese es el motivo de nuestro comportamiento errante, al no tener una clara visión de que es lo que somos inventamos caretas tras las cuales refugiarnos. De esta manera el mexicano es mucho más frágil de lo que parece.

“Una de las cualidades de la conformación moral, mas celebrada por los mexicanos, es la valentía. Todo ser viviente que venciendo al miedo, hace aflorar el valor de que está dotado, es motivo de admiración por nosotros los mexicanos”. (Salgado, 2005, 231)

Vulvae mexicana

Aunque el macho mexicano es un estuche de monerías no dejemos de lado a la mujer mexicana. Que es lo que la convierte en un ser especial. Para empezar los mexicanos idolatramos a la madre, la tenemos en un pedestal y a diario nos la recordamos cada vez que nos exasperamos. El papel de la madre es la fundamental para el mexicano es el resguardo, el aliento y la fuerza y convicción para seguir.

Por otra parte como ya lo mencionamos en este mundo hombre la mujer solo es un punto mas no tiene voz ni voto para, es un simple conjunto de carne que a veces se utiliza para placer, consuelo o para cuidar niños.

“En un mundo hecho a la imagen de los hombres, la mujer es solo un reflejo de la voluntad y querer masculino” (Paz, 2004, 39).

En esta frase se refleja todo lo antes dicho sobre la mujer mexicana pero que es lo que le otorga su condición, por lo general dice paz el mexicano trata a la mujer mexicana como objeto de deseo, la cual debe de tener sus condiciones, es aquella que sabe algo pero a la vez nada, en su cuerpo contiene un secreto preparado para ser revelado a cualquier valiente que se acerque.

De esta manera las mujeres mexicanas, ante el escarceo erótico deben ser decentes y ante las adversidades sufridas. Pero a qué viene todo esto, como ya se menciono la mexicana porta una sensualidad en su cuerpo la cual debe ser liberada con prudencia, el macho valora demasiado la virtud de casarse con una mujer virgen, ningún hombre concibe la idea de que su mujer no sea virgen antes de casarse con ella, dentro y muy en el fondo de su ser las mujeres deben de conocer el recato, mientras que los hombres deciden tener sexo con otras mujeres sin descuidar lo que tiene en la casa.

La mujer mexicana por lo tanto no tiene voluntad ni de su cuerpo ni de sus acciones, ella simplemente es un ente que sirve a los hombres, ella nunca es pregunta, solo respuesta, ella es un ídolo, aunque se les trate con el menor respeto y menos libertad.

Finjamos que soy feliz,

Triste pensamiento, un rato;

Quizá podréis persuadirme

Aunque yo se lo contrario.

(Sor Juana Inés de la Cruz, 2005, 64).

Este extracto del

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