Derecho Administrativo
Enviado por rbotello • 30 de Mayo de 2014 • 511 Palabras (3 Páginas) • 236 Visitas
¿Colombia, un país Corrupto?
Según el informe de transparencia internacional del año 2011, Colombia quedo en el puesto número 80, con un puntaje de 3.2, en una escala del 0 al 10, siendo 10 el menos corrupto y o el más corrupto, esta es la manera de cómo nos perciben a nivel mundial entre 183 países, donde se ocupó el puesto 80, compartiendo lugar con países como marruecos, Perú, el salvador, etc. (según informe mundial de CORRUPTION PERCEPTIONS INDEX 2011). Este indicador a pesar de que no hacemos parte de los países más corruptos, como Venezuela, Haití, cuba, sudan, etc., países con gobiernos dictatoriales y autoritarios, sigue siendo una cifra elevada y perjudicial para atraer inversión extranjera y mostrarnos como un país competitivo a nivel mundial.
La corrupción en Colombia por años no se le ha dado la importancia que merece, no ha sido percibida como uno de los grandes males existentes, al parecer el colombiano del común y los entes de control no dimensionan los daños y perjuicios que este problema ocasiona a la democracia, donde nuestras instituciones públicas, no hacen rendición de cuentas, por lo cual pierden legitimidad, efectividad y transparencia.
Los entes de control, llámese Contralorías, Fiscalía, personería, policía etc. Tienen claros los lineamientos a seguir frente a este problema, inclusive las leyes y normas están dadas para castigar severamente a los actores responsables de este flagelo, pero que hacer cuando la corrupción en algunos casos contamina a estas entidades, ya el problema se vuelve mayor e incontrolable y se genera un estado de impunidad.
Retos y Compromisos
Más que proponer unas formas de combatir la corrupción o castigarla, me inclino por incentivar a la sociedad civil al cuidado de los publico y motivar el ejercicio de control social existentes en nuestra leyes, es necesario crear conciencia en las personas del daño que causa la corrupción en Colombia, inclusive educar al individuo desde las escuelas a rechazar cualquier tipo de invitación apropiarse de recursos público, por más mínimo e insignificantes que sea, debemos remover de nuestra idiosincrasia la cultura de lo fácil, de la palanca, que por ahorrase algún tipo de trámite se recurre a la entrega de alguna dadiva en pro de conseguir un beneficio, por esta razón la responsabilidad no es solo del empleado público, es también de nosotros como ciudadanos los que de alguna manera incentivamos esta práctica, si evitamos a toda costa entregar soborno.
La flexibilización de los trámites ante el estado, como por ejemplo gobierno en línea, el cual a través de él se puede gestionar relaciones efectivas entre el ciudadano y el estado, generando que se disminuya la tramitología y por consiguiente evita tener que buscar la solución a través del “Atajo” o salida fácil.
En los planes de desarrollo de cada gobierno se debe incluir
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