Desarrollo Humano
Enviado por norikimbrly • 5 de Octubre de 2014 • 5.652 Palabras (23 Páginas) • 126 Visitas
UNIDAD 1: DESARROLLO HUMANO
LOS 7 HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA
INTRODUCCIÓN
Básicamente, nuestro carácter está compuesto por nuestros hábitos. «Siembra un pensamiento, cosecha una acción; siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter; siembra un carácter, cosecha un destino», dice el proverbio.
Los hábitos son factores poderosos en nuestras vidas, expresan nuestro carácter y generan nuestra efectividad o inefectividad. Los hábitos no son irrompibles, pueden aprenderse y olvidarse.
Para nuestros fines, definiremos el hábito como una intersección de conocimiento, capacidad y deseo.
El conocimiento es el paradigma teórico, el qué hacer y el por qué, la capacidad es el cómo hacer. Y el deseo es la motivación, el querer hacer. Para convertir algo en un hábito de nuestra vida, necesitamos esos tres elementos.
Pero saber que necesito escuchar y saber cómo escuchar no basta- A menos que quiera escuchar, a menos que tenga ese deseo, no se convertirá en un hábito de mi vida. Para crear un hábito hay que trabajar en esas tres dimensiones.
PRIMER HABITO: SEA PROACTIVO
Durante 150 años la literatura se enfocaba en carácter y principios, a lo que el autor llama una “ética del carácter”
Atributos como: integridad, fidelidad, valores, compasión, contribución, responsabilidad, justicia, fueron los hallazgos para escribir los 7 hábitos. Debido a los cambios sociales el énfasis cambió la época de la “ética del carácter” a la “ética de la personalidad” que se enfoca más en las técnicas que en los principios, que se refieren a verse bien, sentirse bien, crear la imagen correcta
“Ética de la personalidad” se enfoca mas en como parecer que en como ser. Pero si no hay raíces en la ética del carácter y si no tienen sus raíces en principios no serán capaces de crear efectividad duradera…
¿Qué pasa si la gente aprende técnicas para influenciar a otros, que en el fondo son manipuladoras o se basan en engaños? Tratar de utilizar a los demás para construir el poder económico propio. Algunos solo así pueden desarrollar relaciones laborales fluidas y lograr sus propósitos personales, dinero, fama, etc… pero jamás se habrán preocupado por sus contribuciones, el valor de su acción, servicio, ayuda a los demás.
No se puede confiar en la gente que solo busca su beneficio. Ser proactivo y crear efectividad duradera tiene que ver con la ética de la personalidad. Técnicas que otros puedan ver para trabajar sobre ellas, ocurre no solo en organizaciones sino también en personas
Los programas cambian, las prácticas no cambian pero los principios no cambian.
Si se ayuda a adaptar principios entonces se sabrá como adaptar las prácticas para dirigir situaciones específicas, empezar con un cambio de adentro hacia afuera
SEGUNDO HABITO: EMPIECE CON UN FIN EN MENTE
Significa saber adónde se está yendo, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está, y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta.
El hábito de empezar con un fin en mente se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero un creación mental, y luego una creación física.
El liderazgo es la primera creación, y la administración es la segunda creación.
El liderazgo aborda el límite superior, determina si la escalera está o no apoyada en el lugar correcto; en cambio la administración se centra en el límite inferior y busca la eficiencia en el ascenso por la escalera del éxito.
Lo que haya en el centro de nuestra vida será fuente de seguridad, guía, sabiduría y poder.
• La seguridad es nuestra fuerza personal básica
• La guía es la fuente de dirección de la vida
• La sabiduría es nuestra perspectiva de la vida
• El poder es la capacidad o facultad de actuar.
Estos factores son interdependientes y cuando están juntos, armonizados y vivificados entre sí dan origen a la fuerza de una personalidad noble, un carácter equilibrado, un individuo hermosamente integrado.
Los centros o paradigmas típicos son:
Centrarse en el cónyuge: Su estado de ánimo depende de la conducta del cónyuge y de las cosas con las que puede tropezar el matrimonio (un nuevo hijo, parientes políticos, reveses económicos, éxitos sociales, etc. Cuando aparece una dificultad, se dan las diferencias y se tratan de mostrar los errores del otro y justificar los propios.
Centrarse en la familia: Las personas que se centran en la familia se vuelven vulnerables a un cambio de tradición o cultura de la familia y toda conducta que consideren impropia amenazará su seguridad. Tienden a condicionar el amor de sus hijos, con lo cual los hacen emocionalmente dependientes o contra dependientes.
Centrarse en el dinero: Cuando factores globales afectan nuestra situación económica podemos experimentar una preocupación e inquietud que no siempre emergen a la conciencia. Las personas que se centran en el dinero suelen dejar a un lado a su familia o a otras prioridades.
Centrarse en el trabajo: Una persona centrada en el trabajo puede convertirse en adicta y obsesiva, y forzarse a una producción salvaje sacrificando su salud, sus relaciones y otras importantes áreas de la vida.
Centrarse en las posesiones: Este centro es poco satisfactorio, ya que puede desvanecerse rápidamente y sufrir la influencia de innumerables fuerzas. Las personas centradas en las posesiones tienden a proteger y asegurar los bienes, propiedades, seguridades, posición o reputación.
Centrarse en el placer.- Los que se centran en el placer tienden a aburrirse de los niveles de diversión y desean más y más.
Centrarse en amigos o enemigos.- Estas personas tienden a poner suprema importancia a la aceptación.
Centrarse en la Iglesia.- Se puede ser mimbro activo de una Iglesia, pero inactivo en la práctica de su evangelio.
Centrarse en uno mismo.- La forma más obvia es el egoísmo, aunque viola los valores declarados de la mayoría de nosotros. En el limitado centro de uno mismo hay poca seguridad, guía, sabiduría o poder.
El mejor modo de identificar nuestro propio centro consiste en examinar atentamente los factores que sustenta nuestra vida.
Es por eso que al centrar nuestra vida en principios correctos, creamos una base sólida para el desarrollo de los cuatro factores sustentadores de la vida (seguridad, guía, sabiduría y poder). Cuanto más sabemos de los principios correctos, mayor es nuestra libertad personal para actuar con sabiduría.
TERCER HABITO: PON PRIMERO LO PRIMERO
El
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