Descubrir Es Vivir
Enviado por diegof8a • 25 de Octubre de 2013 • 554 Palabras (3 Páginas) • 191 Visitas
DESCUBRIR ES… VIVIR!
Para los días Santos, es decir, del jueves al sábado, me dirigí a un pueblo llamado Chinú, fui de vacaciones con unos amigos, el pueblo es pequeño, muy campestre y carismático, es decir, es chévere ir a descansar allá o quizás porque yo estaba con mis amigos y fue muy divertido.
Cuando tomé confianza en la casa de la tía del amigo que nos invitó, le pregunté a la señora que si anteriormente la semana santa se celebraba de la misma manera que ahora, le expliqué que en Cartagena mucho, pero mucho tiempo atrás la semana era semana de reflexión, de culto a Dios y de respeto, pero que ahora todo ha cambiado, aunque hay personas que asisten a la iglesias y hacen actividades muy conservadoras, ahora es más “parranda santa”.
La señora, se rió y me dijo que es lo mismo, me dijo que antes, cuando ella era aún una niña de 11 0 12 años, su mamá les decías que tenían que hacer los oficios entre lunes y miércoles de la semana santa, puesto que los días jueves a domingo, era para compartir con la vecindad, repartiendo dulces, jugando con sus amigas y amigos, que tenían que bañarse temprano para que el agua no saliera como sangre y no convertirse en burro, me dio mucha risa lo último, ella me dijo: “era así antes, mijito”, además de eso, en esa semana, cuando caía la noche ningún niño podía estar en la calle a altas hora de la noche porque el diablo estaba suelto, a lo que yo le dije: Discúlpeme, ¿Pero el diablo no está suelto siempre?. Ella se volvió a reír, y me dijo: “vuelvo y te repito; antes era así”
Tomó un vaso de agua y continuó diciéndome, actualmente, ves que esos mitos han desaparecido y que ustedes como nueva generación están tejiendo su propia historia y todo cambia y no me puedo imaginar cómo será tu primera generación a lo que yo le contesté: “ni yo puedo imaginarlo”
Ver como el mundo ha cambiado ha sido muy sorprendente, y cada municipio tiene sus propias costumbres y mitos y descubrir esos matices regionales es muy chévere, pues nos da una visión de lo que fue, para compáralo con lo que es y tratar de imaginarse lo que será.
Debido a que es un pueblo tan pequeño, creería yo que es como la mitad de Cartagena, todos con todos se conoces y escuchar a alguien cuando va por la calle decir “Adiós” es un momento de convivencia en su máxima expresión, dónde tienes un caballo para montar para recorrer el pueblo, donde puedes manejar la bicicleta libre de que un carro te atropelle, de que puedes estar hablando tarde con tu vecino del frente porque estas libre, bueno, casi libre de ser víctima de un atraco, de poner ordeñar una vaca si quieres, misión que no pude lograr, de escuchar cuentos de miedo diferente al de la llorona, al de la pata sola, entre otros de hacer muchas actividades fuera de la rutina citadina es muy gratificante, como dice el comercial de la tarjeta Master Card,
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