Desigualdad educacional

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La desigualdad educativa influye en el crecimiento de cada país pues la educación es la base para el desarrollo económico, social y cultural y mientras no se generen las mismas oportunidades para cada sector de la población el crecimiento va a seguir provocando el estancamiento de los países en vías de desarrollo. Esto también influye directamente en el desarrollo de cada persona pues las personas con mayor nivel educativo tienen mayores posibilidades de desarrollo pues esto les permite mejorar su nivel de vida, mientras que las personas que no tienen acceso a una educación de calidad quedan excluidas socialmente, por lo que no pueden aspirar a la mejora de su calidad de vida.

La mayoría de los niños latinoamericanos no están recibiendo una educación relevante y de alto nivel. En consecuencia, cada vez más jóvenes de la región forman parte de una fuerza laboral sin las habilidades necesarias para encontrar un trabajo digno y participar en la economía globalizada, cada vez más competitiva y con mayor información.

“La desigualdad escolar se replica y se intensifica durante tiempos de pandemia, donde la educación a distancia derivada de la cuarentena es posible para algunos que tienen los recursos tecnológicos necesarios y se vuelve imposible para otros que carecen de esos recursos, profundizando las desigualdades iníciales”. Inhibe la movilidad social y reduce significativamente la probabilidad de que los estudiantes de minorías y de bajos ingresos puedan alcanzar su máximo potencial en la vida. También tiene un impacto negativo en su potencial de ingresos, así como en su capacidad de contribuir positivamente a la sociedad. Por ejemplo, “La desigualdad en nuestro país se expresa de forma brutal y se refleja en la segregación escolar: los ricos estudian con los ricos, los medios con los medios y los pobres con los pobres, provocando que la educación pierda uno de sus principales objetivos: La integración social”.

Se ve exacerbada por las disparidades socioeconómicas y estas disparidades a menudo se perpetuán a través de la pobreza generacional y las desigualdades en la financiación.

En primer lugar hay que abordar las disparidades socioeconómicas. Esto se debe a que las disparidades socioeconómicas suelen ser la causa principal de la desigualdad educativa. Para reducir las disparidades socioeconómicas, debemos abordar las causas profundas de la pobreza y la desigualdad. En segundo lugar Esto significa que debemos invertir en escuelas y sistemas educativos que funcionen mejor para los estudiantes, y debemos brindarles los recursos que necesitan para alcanzar su máximo potencial. En tercer lugar, debemos asegurarnos de que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad. Esto significa que debemos asegurarnos de que todas las escuelas cuenten con los fondos adecuados y que ofrezcan el nivel adecuado de instrucción para todos los estudiantes. Finalmente debemos asegurarnos de que nuestra sociedad sea habitable y acogedora para todos sus miembros.

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