Didactica Magna

Resumen

Didáctica Magna se divide en tres partes: Didáctica General (capítulos I a IX), Didáctica Especial (capítulos X a XIV) y Organización Escolar (capítulos XV a XXXIII).

Comenio explica que el hombre, ser sabio y bueno, será conocedor de todas las cosas. Para ello, nace con una inteligencia que le permitirá percibir este mismo conocimiento de las cosas a de Dios, su búsqueda final. Además, estaría en búsqueda constante para aprender a ser felices y llegar a la perfección. Considera que un hombre es completo (“el hombre es hombre”) cuando realiza sus objetivos en esta vida, que se resumen en el ejercicio mental, la enseñanza y dar a cada persona lo que merece.

La infancia, según Comenio, es la etapa donde debe recibirse formación ya que aún no están estructurados los roles marcados por la sociedad que rodea al niño. No obstante, es en la adolescencia donde debe hacerse especial hincapié para asentar los aprendizajes anteriores. Otra razón por la que educar desde la infancia, es que el tiempo necesario para asimilar un aprendizaje varía entre un niño y otro. Estos aprendizajes estarán orientados a la vocación profesional del niño. Así mismo, considera que un buen aprendizaje contribuye a la realización personal del estudiante y debe transmitir los valores morales presentes en la sociedad de Comenio.

Tiene en cuenta, como variable importante a tener en cuenta durante la formación del niño, a los padres. Comenio explica que la educación de los hijos frente a la sociedad depende de ellos. Los maestros serán los principales moderadores primarios. Las materias que se enseñan en cada escuela deben ser las mismas para todas. Además, hay que “enseñar todo a todos”, porque el conocimiento debe estar accesible a todo ser humano, sin diferenciar estatus socioeconómico, sexo, ni capacidad intelectual, al ser el medio más importante para alcanzar la sabiduría.

La manera en que se transmiten estos conocimientos también es importante, ya que debe tener en cuenta las características individuales del alumno como, por ejemplo, el tiempo que necesita para aprender. Así, propone enseñar de manera amena, promoviendo el diálogo, el debate o utilizando ejemplos y fábulas. Por esto mismo, rechaza el latín como lengua utilizada para la transmisión de estos conocimientos, y apuesta por la lengua propia de cada región. También apuesta por el hábito, la costumbre, como medio para aprender. No contempla el castigo como reprimenda por no haber aprendido la lección, sino como correctivo moral.

Comenio cree que es necesaria la libre circulación de ideas para el avance de la ciencia o noticia de las cosas, que define como el conocimiento interno de las mismas. Pero no la alcanzaremos si no somos capaces de fijas unos objetivos a alcanzar, que nos permitan procesar la abundancia de información que recibimos por todos lados. Y, para esto, es necesario el trabajo en equipo que permita el compartimiento de ideas.

Esta investigación que hay que llevar a cabo para conocer las cosas, es la que el adolescente debe aprender. Para ello, es necesario que preste atención, sepa deducir, se le muestren las causas y trabajar en un contexto rico en estímulos. Propone que los conocimientos se adecúen a la velocidad de aprendizaje del alumno, y que los contenidos aumenten progresivamente su dificultad. Y considera que tras la adolescencia la inteligencia se “corrompe”.

Organiza el proceso de enseñanza, según la edad del estudiante, en cuatro tipos de escuela: la escuela maternal, equivalente a la Educación Infantil, hasta los seis años; la escuela elemental, equivalente a Primaria, hasta los doce años; la escuela latina o gimnasio, equivalente a la E.S.O. y Bachillerato, hasta los dieciocho años, con un examen final para comprobar quién puede entrar en la academia; la academia,

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