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Dimensiones del cuidado ¿Cuáles son las dimensiones del cuidado y en qué consisten?


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2015  •  Tarea  •  6.760 Palabras (28 Páginas)  •  1.419 Visitas

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2.3. Dimensiones del cuidado

¿Cuáles son las dimensiones del cuidado y en qué consisten?

Hablar de las dimensiones del cuidado es un término acuñado por enfermeras estadounidenses ya que actualmente es correlación de la práctica de enfermería ya que el cuidado a través de sus dimensiones: social, económica, política, cultural y ética significa ver al ser humano desde sus necesidades, de su realidad de vida, es decir es ver al otro.

2.3.1. Cultura y cuidado de la salud ¿Qué papel tiene la cultura en el cuidado de la salud de las personas?

Este tema parte de la visión de los cuidados en relación con el componente cultural, clarificando aspectos como: el concepto de cultura, la importancia de la cultura en el cuidado de enfermería, las posibles explicaciones sobre el proceso de salud enfermedad en las comunidades. Cultura viene del latín que significa cultivar, hace referencia a los valores internos de la sociedad, también puede hacer reseña a los medios, instrumentos, costumbres de los grupos sociales. Según Feibleman (1994), hace referencia al arte, ciencia, religión es decir a las organizaciones sociales.

Como parte de la cultura general, la cultura de la salud permite al hombre obtener certezas de supervivencia, vivir la necesidad, transformarla o satisfacerla, imaginar el futuro y proyectar cambios, reelaborar el sentido social, manejar la conciencia de la aparición de la muerte, orientar sus relaciones consigo mismo, con los demás y con el entorno, determinar sus modos de desarrollo y prolongar sus expectativas de vida y disfrutarla.

Sánchez (1998), define la cultura de la salud como aquello que el hombre ha hecho y hace para cultivar la vida humana en sus potencialidades físicas, mentales y sociales. La cultura es el eje vital de la cotidianeidad individual y colectiva, no solo a nivel de la supervivencia material, sino por la construcción de imaginarios y significantes que impulsan los deseos de la vida de los hombres, así se construye la identidad como persona, como pueblo de tal manera que se crea un modo de concebir, parir, alimentar, cuidar y cuidarse, trabajar, morir, festejar, perdidas, amar, criar, aprender, conocer, envejecer, divertirse, aburrirse, comunicarse, expresarse, etc. Es decir, todos los modos de hacer y sentir que un grupo cultural asume como propios en el diario vivir y que están dotados de representaciones, símbolos y sentidos que son comunes a cada grupo humano que los hace diferentes de otros grupos.

La cultura de la salud por tanto produce y reproduce sus modos de manera espontánea en la vida cotidiana de las gentes y sus costumbres y de manera específica a través del arte, la ciencia, la tecnología, la ideología, la política, la cosmogonía, la educación, la comunicación, la publicidad y evolución a la par de la cultura general, con sus conocimientos, sus instituciones e ideas.

Por tanto es necesario aclarar cuáles son las creencias de la persona sobre el estado de salud, sobre todo las que determinan la forma en que percibe el control de su propio estado de atención médica. La valoración de las creencias de salud proporciona una indicación de hasta qué punto cree el paciente que puede influir o controlar su salud a través de su conducta personal.

La creencia en el destino es muy fuerte en varias culturas “Lo que haya de ser, será”, refieren. Si una persona sostiene esta creencia, no siente que puede hacer nada para cambiar la evolución de su enfermedad. Un ejemplo es la instrucción a los diabéticos, que a menudo requiere muchos cambios en el estilo de vida referidos a la dieta, ejercicio y estrecho control de la glucemia para prevenir las complicaciones.

Si la persona cree que no tiene ningún control sobre el resultado, es difícil motivarla para que haga cambios necesarios. Ser consciente de estas diferencias puede proporcionar una mejor indicación de la necesidad de información o de recursos adicionales necesarios para los adultos mayores. En países hispanoamericanos en su contexto se habla de , en este sistema se considera que la salud es un equilibrio entre el frio y el calor en el interior de la persona. Los cítricos y algunas aves de corral son alimentos fríos y las carnes y el pan son alimentos calientes. En este contexto calor y frío no se refieren a la temperatura o la condimentación sino a las cualidades innatas a los alimentos. Por ejemplo, se dice que la causa de una fiebre es un exceso de alimentos calientes.

Otro ejemplo de las creencias relacionada con la salud es la de que existe una relación entre la salud y enfermedad así como en la cantidad y calidad de la sangre en el cuerpo. Por ejemplo algunos meridionales dicen que la “sangre alta”, es decir demasiada sangre en el cuerpo produce cefalea y mareos.

El “mal de ojo” o “empacho” se llega a relacionar en algunas localidades de nuestro país a la hechicería, así como las formas de protegerse son propias de esa cultura al colocar cadenas de hilo rojo alrededor de las muñecas, utilización de ojo de venado; la “sobada” para el empacho o tomas de aceite de ricino combinado con otras sustancias, es así la diversidad cultural existente en nuestro país.

Por todo lo anterior es necesario conceptualizar a la salud; se refiere al estado de una persona en un momento dado. Un informe sobre el estado de salud puede incluir la ansiedad, depresión o enfermedades agudas, por lo que describe el problema de la persona en general. El estado de salud también puede describir aspectos tan específicos como la frecuencia del pulso y la temperatura corporal (Kozier, Erb, 2003).

Así entonces el profesional de enfermería tiene la responsabilidad sanitaria cultural y la comparten las personas, las asociaciones profesionales, los organismos reguladores, las organizaciones de prestación y acreditación de los sistemas de salud, instituciones educativas y los gobiernos.

La atención de enfermería profesional es culturalmente sensible, culturalmente apropiada y culturalmente compleja. Este tipo de atención es esencial para cubrir las complejas necesidades de una persona, una familia o una comunidad; consiste en la provisión de atención atravesando las fronteras culturales y teniendo en cuenta el contexto en el que vive la persona, así como de las situaciones en las que se producen sus problemas de salud. Es decir las personas sienten, perciben lo que les ocurre; se atienden conforme sus creencias y costumbres o bien acuden al servicio médico de acuerdo con sus posibilidades económicas lo permitan.

Cuando se habla de cultura sensible se habla de que la persona posee ciertos conocimientos básicos y una actitud constructiva hacia las tradiciones sanitarias de los distintos grupos étnicos que existen en el ambiente en el que desarrolla su trabajo.

Respecto a cultura apropiada significa que el enfermero aplica el conocimiento básico que debe poseer para proporcionar a cada persona la mejor atención sanitaria posible.

El ser culturalmente competente supone que en la atención proporcionada, el enfermero conoce y atiende al contexto total de la situación de la persona y utiliza una compleja combinación de conocimientos, actitudes y habilidades.

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