Discurso Cuba

Discurso del Canciller de Cuba ante la ONU

Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Asuntos Exteriores de Cuba, lanzó ante la Asamblea de las Naciones Unidas un durísimo alegato contra el nuevo orden internacional en lo que considera una "época marcada por la amenaza a la supervivencia de la especie humana". Según Parrilla, "el gobierno de EEUU y de la OTAN no podrán revertir esta tendencia mediante un nuevo reparto del mundo por la fuerza de las armas, pero hay un serio riesgo de que, intentándolo, lo hagan ingobernable".

El ministro cubano denunció la "desestabilización y destrucción de los Estados; la proliferación de grupos violentos y extremistas; el desgarramiento de las naciones, las culturas y las religiones, de lo que surgirán graves peligros para la paz y la seguridad regional e internacional".

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Tras reclamar la necesidad de "otro orden internacional, sin lugar para la filosofía de la guerra y del saqueo de los recursos naturales", exigió "el cese de la intervención extranjera en Siria, pues, dijo, no es posible que potencias occidentales alienten, financien y armen grupos terroristas para lanzarlos contra un Estado mientras intentan combatir sus crímenes en otro, como ahora sucede en Irak".

Parrilla también criticó severamente las políticas de la OTAN en Europa, y especialmente "el intento de desplegar la OTAN hasta las fronteras de Rusia, que tendrá graves consecuencias para la paz y la seguridad internacionales y para la estabilidad de Europa". "Las sanciones contra Rusia", dijo, "son inmorales e injustas".

Muy aplaudida fue su petición de que Palestina sea "ya un Estado miembro de las Naciones Unidas, que ha de ser establecido dentro de las fronteras de 1967 y con capital en Jerusalén oriental".

Antes de solidarizarse con Venezuela, "que lucha y se defiende de acciones desestabilizadoras y de la injerencia externa", Ecuador, "frente a la expoliación y el daño ecológico causado por las transnacionales", y Argentina "frente a los fondos especulativos", Parrilla consideró urgente la necesidad de que "el Consejo de Seguridad sea reconstruido sobre bases de democracia, transparencia, justa representatividad de los países discriminados como Miembros Permanentes y No Permanentes (…) sin dobles raseros, procedimientos oscuros ni anacrónico veto".

Hubo en sus palabras un recuerdo para los "1.200 millones de personas que viven en la pobreza extrema, los 842 millones que sufren hambre crónica, los 774 millones de adultos analfabetos y los 57 millones de niñas y niños no escolarizados, haciendo hincapié en que ha faltado y falta voluntad política en los gobiernos de los Estados industrializados donde prevalece un ciego e ineficaz egoísmo (…)

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