Don pedro y el huache (relato)

[pic 1]     Esta historia me fue relatada por mi papá, es una historia verídica en la que él tuvo participación a los 11 años de edad en su pueblo en la ciudad de Guerrero de donde es originario.

      Cada año mi papa y mis hermanos mayores iban a loas orillas del rio balsas en la parte alta del monte yo siempre le decía a mi papa que me llevara pero me decía que estaba muy chico; pero cuando tenía 10 años ya no me aguante y cuando los amigos de mi papa llegaron para ir todos al balsas, me escondí en los costales que estaban en una de las camionetas en donde iban los perros de caza.

     Cuando llegamos a las faldas del monte se bajaron y también a los perros, pensé que me iban a ver pero no bajaron todos los costales, me asome y cuando los vi lejecitos me baje y los seguí, no tardaron en darse cuenta que iba con ellos porque me encontré con una serpiente y grite muy asustado, ahuyentaron a la serpiente, pero mi papá estaba muy enojado con migo, le pedí perdón y pues ya no le quedo de otra más que llevarme, yo estaba muy contento porque vi lugares muy bonitos, encontramos muchos conejos, armadillos, iguanas gigantes, todo eso lo usaban en el pueblo para vender la piel y comer la carne, también recogimos hierbas y frutos de los árboles y de las matas, íbamos cargados con muchas cosas, ya estaba muy cansado así que nos sentamos a comer y descansar; me supo a gloria esa comida y mi papá me dejo alejarme un poco para explorar, después seguimos porque nos faltaba ir a la pesca, así que iríamos hacia el rio.

         Vimos unas aves y los grandes dispararon, mientras eso pasaba yo escuche un sonidito que me llamo la atención, y seguí ese sonido,  camine y camine hasta que descubrí que el sonido venia de un árbol me quise subir  pero me resbalaba, de repente algo me cayó en la cabeza, y era un nido que tenía varios huevitos y dos pajaritos sin plumas, uno ya estaba muerto y el otro estaba llorando yo creo que tenía hambre, así que rasque la tierra y luego encontré gusanitos y se los di aplastados porque mi mama le daba eso a los que teníamos en la casa, y se los pudo comer porque eran muy chiquitos, lo envolví en mi pañuelo y lo metí en mi morral.

    Camine hacia donde estaban los demás pero no los hallaba, le grite a mi papa y nada me empecé a desesperar y gritar y gritar y nada, después empezó a llover muy fuerte, mi para me había dicho que si llovía nos teníamos que proteger porque a estas alturas las lluvias eran más peligrosas que en el pueblo, me puse a llorar y busque donde taparme, me encontré unas rocas muy grandes y ahí me quede hasta que acabo de llover, seguí buscando a mi papá pero ya no sabía para dónde camina, escuche que el río corría  y fui porque creí que ahí estarían los demás porque iban a pescar, me sorprendí cuando vi el rio era más grande que el de mi pueblo y tenía mucha agua, escuche un rugido y cuando voltee vi a un gato gigante que se me quedaba mirando. Me aterre (ahora sé que era un puma) lo único que pensé fue en correr hacia el rio, saque el pajarito para alzarlo y que no se ahogara y me metí al rio pero para mi sorpresa de inmediato me arrastro trate de salirme pero no pude, creí que me iba a morir y me arrepentí de desobedecer a mi papá. Solo me acordaba de salvar al pajarito, ya no supe nada, cuando desperté, creí que estaba muerto y que san Pedro me estaba mirando, mi mamá decía que san Pedro era un hombre barbón y que él te recibía en el cielo, el hombre me dijo “ya te despertaste huache”  y yo le pregunte si estaba muerto, se rio y me dijo que no que me había agarrado cuando el río me arrastraba, y me escucho gritar,  me pregunto que con quien iba y de que pueblo venia, me acorde de mi pajarito y le pregunte si lo había visto, me dijo que estaba vivo, que nunca lo solté, pero que talvez no iba a vivir, me puse a llorar de nuevo. Me dijo que pronto estarían por ahí mis parientes y que yo no podía caminar, me senté y vi que mi pie tenía sangre pero no me dolía, me asusté mucho. El sr, me dijo que me había puesto unas hierbas para desinflamar y calmar el dolor pero que no tenía que apoyar mi pie y que por fortuna para mí no tenía ningún hueso roto.

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