¿Dónde Inicia La Formación Docente?

¿Dónde inicia la formación docente?

Luis Felipe Gómez López

María del Pilar Flores Ramírez

¿Qué empleo más noble o más valioso para el estado, que el del hombre que enseña a la nueva generación?

Marco Tulio Cicerón

Introducción

Como señalaba el filósofo romano hace más de dos milenios, pocas actividades tan valiosas para una nación como la de los profesores, cuya actividad, en México, está severamente cuestionada por su falta de resultados mostrada por los estudios PISA 2000, 2003, 2006 y otros (Backhoff et al. 2006; OCCDE, 2001; OCCDE 2004; OCCDE, 2007; Santos, 2005).

Si se quiere incidir en la mejora de la calidad educativa, la formación docente es el elemento fundamental, pues de poco servirían un currículum pertinente y bien organizado, buenos materiales educativos y la infraestructura apropiada si quien orquesta todos los elementos para el proceso educativo intencionado, el docente, no fuera capaz de utilizar los recursos disponibles para ayudar al alumno a llegar al resultado deseado, pero ¿dónde inicia la formación? La idea que subyace a este trabajo es que la formación debe iniciar con la identificación de las necesidades, a partir del análisis riguroso de la información empírica sobre un asunto particular en que se quiera centrar la formación. Para ello se presenta como ejemplo una investigación sobre la manera de enseñar una competencia específica.

Este estudio partió del interés de caracterizar las prácticas de enseñanza de competencias lectoras de los docentes de primero y segundo de primaria, así como de las concepciones que tienen de este proceso, con la finalidad de llevar a cabo una capacitación fundada en las necesidades percibidas. La pregunta general que se respondió fue:

¿Cuáles son las estrategias de enseñanza empleadas por los profesores de 1º y 2º grado de primaria para desarrollar la comprensión lectora en sus alumnos y qué concepciones de lectura le subyacen?

La razón principal para formar a los docentes en la enseñanza de la competencia lectora es la consideración de que la comprensión, uno de sus componentes fundamentales, es una construcción social que se desarrolla en la interacción con otros; por lo tanto, uno de los factores más importantes que determinan la adquisición y despliegue de las competencias lectoras es la manera de enseñar en las aulas. La calidad y variedad de estas interacciones a través de las cuáles los docentes median entre los niños y los textos tiene un impacto sobre el logro de la competencia, principalmente en los primeros grados, donde se puede concentrar la atención en el dominio de las habilidades de decodificación y dejar de lado los aspectos relacionados con la comprensión.

Otra razón es que la comprensión lectora continúa siendo una meta no lograda a cabalidad en la educación básica como lo señalan diversos estudios (Backhoff et al. 2006; OCCDE, 2001; OCCDE 2004; OCCDE, 2007; Santos, 2005) y de que es una necesidad sentida en las escuelas, por lo que constituye un problema que preocupa a la sociedad, por tanto, esta necesidad documentada y sentida requiere ser abordada y comprendida desde el interior del proceso de enseñanza.

La capacitación docente

Tanto en las escuelas públicas como privadas existe interés en la capacitación continua del profesorado; en el caso de las públicas existe el programa de Carrera Magisterial que ha puesto un fuerte énfasis en la actualización docente. Pero de acuerdo con Santibañez et al. (2007) pareciera que los cursos de actualización docente no están fuertemente relacionados con mejores resultados en las pruebas de preparación profesional y aprovechamiento escolar, o con los resultados de las evaluaciones colegiadas del desempeño profesional.

En las escuelas privadas también se lleva a cabo la capacitación, pero con programas específicos de acuerdo con las posibilidades e intereses de cada institución y con los cursos que la Secretaría de Educación estatal proporciona.

Sobre el tema que nos ocupa, los planes y programas de la SEP, presentan un enfoque comunicativo y funcional, con lo que se pretende desarrollar habilidades para hablar, escuchar, leer y escribir, con énfasis en las prácticas comprensivas. Este enfoque es promovido en las escuelas a través de los talleres de actualización magisterial, esperando que una concepción diferente de la lectura y de la comprensión lectora en particular, modifique las prácticas de los docentes.

El esfuerzo realizado en los aspectos de capacitación docente contrasta con los resultados obtenidos en las últimas evaluaciones del desempeño lector referidas anteriormente, pues se esperaría que docentes más capacitados ofrezcan mejores experiencias de aprendizaje a sus alumnos; sin embargo, esto no se ve reflejado en los resultados.

Los estudios realizados recientemente sobre las prácticas docentes, (Treviño et al, 2007), muestran claramente que en las escuelas primaria del país existe diversidad de prácticas para la enseñanza de la lectura, con orientaciones comprensivas o procedimentales que varían según los diferentes contextos.

La enseñanza de la competencia lectora

Frecuentemente los profesores piden a los alumnos que identifiquen las ideas principales en los textos sin haberles enseñando cómo hacerlo. También esperan que utilicen estrategias para comprender mientras leen sin haberles enseñado tales estrategias de manera explícita (Pressley, 2006). Esto a pesar de que se sabe que los lectores exitosos fijan el propósito de la lectura, monitorean su comprensión, relacionan el contenido de la lectura con su conocimiento previo y utilizan una variedad de estrategias de comprensión (Denton, Bryan, Wexler, Vaughn, & Reed, 2007; Pressley, 2006). Por ello, diversos autores señalan la importancia de enseñar estrategias para mejorar la comprensión lectora (Biancarosa & Snow, 2004; National Association of State Boards of Education, 2006; Kamil, 2003).

Los profesores pueden ayudar a la comprensión modelando los pasos para lograr la comprensión, proporcionando práctica estructurada, dando ejemplos y retroalimentando el desempeño de los alumnos (Roberts, Torgesen, Boardman y Scammacca, 2008).

Hay diversas concepciones acerca del significado de la comprensión de textos, algunas enfatizan la representación (Kintsch y Van Dijk, 1978), otras la interacción entre lector y texto (Durkin, 1993); las actividades y productos (Perkins, 1995) y algunas más los factores que la determinan (Brown y Palincsar, 1984). Para este trabajo se adopta la definición de Carrasco (2001), que dice que “leer es un proceso de construcción determinado culturalmente, durante el cual el lector, con los

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