EJE 4: “PROBLEMÁTICAS PEDAGÓGICAS ACTUALES”

INTRODUCCIÓN

La sociedad ha cambiado notablemente en el último siglo. La constitución de las familias (a veces monoparentales), la inserción plena de las mujeres – madres en el ámbito laboral que en muchos casos son el único sostén de la familia, jornadas laborales que se prolongan debido a la situación económica, padres que se dedican al trabajo porque desean ser exitosos o a ellos mismos por querer conservar cierta imagen; son algunas de las situaciones que hacen que los niños quieran llamar la atención y se hagan más notorios ciertos síntomas que se relacionan con situaciones conflictivas escolares y por tanto pedagógicas.

A lo largo de este trabajo se abordarán los síntomas y las problemáticas que afectan a los niños, intentando dar una visión superadora en estas situaciones emergentes en el ámbito escolar.

DESARROLLO

La forma de vida en las últimas décadas, ha permitido que en la escena familiar se instale la soledad, hay escasos momentos compartidos por lo tanto se redujeron los espacios de diálogo. Suele suceder que los chicos hagan síntomas, que en realidad son llamados desesperados de atención, entre ellos: hiperactividad, síndrome de atención dispersa, problemas de aprendizaje y conducta, alteraciones en la alimentación, adicciones varias (tv, celulares, drogas, alcohol, etc.), violencias físicas y verbales, estrés y depresiones. Si bien el síntoma llama la atención del otro, también afecta al niño y, además, es nutrido por el contexto socio cultural.

Se hace referencia a infancia en soledad cuando el niño está en riesgo de no vivir esa etapa en plenitud y se lo trata como un adulto en miniatura.

Los adultos en constante búsqueda de reconocimiento y de éxito, arrastran a los niños y adolescentes, a que vivan a su ritmo y del modo que ellos lo hacen. Parecería que los padres están no disponibles, ausentes.  En esta ausencia familiar es a la institución educativa a quien se le pide hacerse cargo de aquello que la familia “no puede” hacer.

Socialmente se encuentran dos realidades, por un lado, una clase media y clase media empobrecida que están luchando por sobrevivir y, esa carrera se corre en detrimento de tiempos y espacios familiares, pero además los adultos sufren agotamiento psíquico y físico lo cual les evita estar en estado óptimo para criar a sus hijos. Si bien los padres responsables se encargan de las necesidades básicas de sus hijos y, de buscarles una buena escuela, no los acompañan en la realización de procesos que son muy importantes como el de aprender, de jugar, hablar, escuchar, etc.

Por otro lado, muchos padres tienen un narcisismo exacerbado entonces anteponen sus proyectos individuales a los familiares.

La familia se ha transformado en un mero lugar de encuentro entre vidas privadas y ha dejado su rol de célula constitutiva fundamental de la sociedad ya que, hasta los momentos de compartir, por ejemplo, un almuerzo o una cena son invadidos por los medios o el mundo digital.

No son sólo los adultos quienes están ocupados, sino que llenan de actividades las vidas de sus hijos con el objetivo de que aprendan algo para el futuro, o simplemente para mantenerlos ocupados, pero dejan de lado las actividades lúdicas propias de la niñez, meramente recreativas quedando encerrados en un mundo de docentes, reglamentos, consignas, deberes, etc.

En los nuevos ámbitos en que se maneja el niño, en soledad, se carecería de los estímulos lingüísticos y lúdicos que le permitiría construir adecuadamente lo simbólico. Además, permanecen muchas horas solos, manejando tecnologías, sin ningún tipo de monitoreo debido a lo cual se conformarían personalidades abúlicas, pasivas, receptoras en lugar de constructoras, en un mundo visual en que no se produce ni investiga, un mundo virtual.

Los niños presentan patologías tales como: síndrome desatencional con o sin hiperactividad que se ha vuelto totalmente común y; los adolescentes síntoma del vacío existencial (carecen de proyectos de vida, en relación a trabajo y al conocimiento).

Los jóvenes requieren de padres que estén presentes, que luchen, que sepan ser padres, que pongan límites y; en muchos casos no los tienen, es más los padres temen cumplir sus funciones. La ausencia marca a través del desamor y, la falta de límites altera por ejemplo el proceso educativo. Es fundamental en la crianza la palabra y la escucha; ya que el escuchar, el mirar y el hablar hacen a la relación con el otro; lamentablemente muchos niños y adolescentes carecen de ellas.

En este contexto la escuela es el espacio que recibe e invita a niños y adolescentes a integrarse a ella, a habitarla y; ellos lo hacen de distinta manera y llegan cada uno con su singularidad, sus diferentes capacidades y talentos y, distintas posturas sobre lo que es aprender.

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