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"EL ADOLESCENTE Y LA LIBERTAD " Por ARMINDA ABERASTURY.


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2012  •  4.992 Palabras (20 Páginas)  •  4.304 Visitas

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“EL ADOLESCENTE Y LA LIBERTAD "

Por ARMINDA ABERASTURY.

Entrar en el mundo de los adultos, significa para el adolescente la pérdida definitiva de su condición de niño.

Los cambios psicológicos que se producen en este período junto a los cambios corporales, llevan a una nueva relación con los padres y con el mundo. Ello sólo es posible si se elabora lenta y dolorosamente el duelo por el cuerpo de niño, por la identidad infantil y por la relación con los padres de la infancia.

Cuando el adolescente se incluye en el mundo con este cuerpo ya maduro, la imagen que tiene de su cuerpo ha cambiado, también su identidad y necesita entonces adquirir una ideología que le permita su adaptación al mundo y/o su acción sobre él para cambiarlo.

Es un período de contradicciones, confuso, doloroso, ambivalente, caracterizado por fricciones con el medio familiar y social.

Estos cambios, en los que pierde su identidad de niño, implican la búsqueda de una nueva identidad que se va construyendo en un plano consciente e inconsciente.

La pérdida que debe aceptar el adolescente al hacer el duelo por el cuerpo es doble:

• la de su cuerpo de niño cuando los caracteres sexuales secundarios lo ponen ante la evidencia de su nuevo status

• y la aparición de la menstruación en la niña y el semen en el varón, que les imponen el testimonio de la definición sexual y del rol que tendrán que asumir, no sólo en la unión de pareja sino en la procreación.

Sólo cuando el adolescente es capaz de aceptar simultáneamente sus aspectos de niño y de adulto, puede empezar a aceptar en forma fluctuante los cambios de su cuerpo y comienza a surgir su nueva identidad.

El adolescente se presenta como varios personajes, ante diferentes personas, a veces ante los mismos padres, que nos podrían dar de él versiones totalmente contradictorias sobre su madurez, su bondad, su capacidad, su afectividad, su comportamiento, aspecto físico, etc. A sí mismo, las fluctuaciones de identidad se experimentan también en los cambios bruscos, en las notables variaciones producidas en pocas horas por el uso de diferentes vestimentas, más llamativas en la niña adolescente, pero igualmente notables en el varón.

• Cuando el adolescente se presenta como varios personajes: es una combinación inestable de varios cuerpos e identidades. No puede renunciar a aspectos de sí mismo y no puede utilizar y sintetizar los que va adquiriendo y en esa dificultad de adquirir una identidad coherente reside el principal obstáculo para resolver su identidad sexual.

• Los cambios en su cuerpo lo obligan al desprendimiento de su cuerpo infantil.

• Los padres tienen que desprenderse del hijo niño y evolucionar hacia una relación con el hijo adulto, lo que impone muchas renuncias de su parte.

Al mismo tiempo, la capacidad y los logros crecientes del hijo lo obligan a enfrentarse con sus propias capacidades y a evaluar sus logros y fracasos. “El hijo es el testigo mas implacable de lo realizado y de lo frustrado ".

“En la adolescencia, una voluntad biológica va imponiendo un cambio y el niño y sus padres deben aceptar la prueba de realidad de que el cuerpo infantil está perdiéndose para siempre ".

La problemática del adolescente comienza con los cambios corporales, y le sigue con cambios psicológicos.

La inserción en el mundo social del adulto con sus modificaciones internas y su plan de reformas, es lo que va definiendo su personalidad y su ideología.

Su nuevo plan de vida le exige plantearse el problema de los valores éticos, intelectuales y afectivos, implica el nacimiento de nuevos ideales y la adquisición de la capacidad de lucha para conseguirlos.

Su hostilidad frente a los padres y al mundo en general se expresa en su desconfianza, en la idea de no ser comprendido, en su rechazo de la realidad, situaciones que pueden ser ratificadas o no por la realidad misma.

Sufre crisis de susceptibilidad y de celos, exige y necesita vigilancia y dependencia, pero sin transición surge en él un rechazo al contacto con los padres y la necesidad de independencia y de huir de ellos.

Son tres las exigencias básicas de libertad que plantea el adolescente de ambos sexos a sus padres:

• la libertad en salidas y horario,

• la libertad de defender una ideología

• y la libertad de vivir un amor y un trabajo.

De estas tres exigencias los padres parecen ocuparse en especial de la primera, pero más profundamente este control sobre las salidas y horarios significa el control sobre las otras libertades: la ideología, el amor y el trabajo.

El adolescente percibe muy bien que cuando los padres comienzan a controlar el tiempo y los horarios están controlando algo más: su mundo interno, su crecimiento y su desprendimiento.

Es necesario dar libertad, y para ello hay dos caminos: dar una libertad sin límites, que es lo mismo que abandonar a un hijo, o dar una libertad con límites, que impone cuidados, cautela, observación, contacto afectivo permanente, diálogo, para ir siguiendo paso a paso la evolución de las necesidades y de los cambios en el hijo.

Toda adolescencia lleva, además del sello individual, el sello del medio cultural, social e histórico desde el cual se manifiesta, y el mundo en que vivimos nos exige más que nunca la búsqueda del ejercicio de la libertad sin recurrir a la violencia para coartarla.

Las necesidades y los límites útiles que permitan a un adolescente desarrollarse hasta un nivel adulto.

Esto exige un clima de espera y comprensión para que el proceso no se retarde ni se acelere. Es un momento crucial en la vida del hombre y necesita una libertad adecuada con la seguridad de normas que le vayan ayudando a adaptarse a sus necesidades o a modificarlas, sin entrar en conflictos graves consigo mismo, con su ambiente y con la sociedad.

EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL.

Por MAURICIO KNOBEL.

NORMALIDAD Y PATOLOGÍA EN LA ADOLESCENCIA.

Este período de la vida, como todo fenómeno humano, tiene su exteriorización característica dentro del marco cultural – social en el cuál se desarrolla.

El elemento sociocultural influye con un determinismo específico en las manifestaciones de la adolescencia, pero también tras esa expresión sociocultural existe un basamento psicobiológico que le da características universales.

La experiencia psicoanalítica del tratamiento de adolescentes que concurren o son traídos a consultas, son por conductas consideradas como "anormal" dentro del marco familiar o social de nuestro medio.

El problema de la adolescencia debe ser tomado

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