EL CAMINO A SEGUIR: EDUCACIÓN PARA EL NUEVO MUNDO MORAL

“EL CAMINO A SEGUIR: EDUCACIÓN PARA EL NUEVO MUNDO MORAL”

Emilio Tenti

En 1970 Alvin Toffler escribió en El Shock del futuro que lo que hoy pasa por educación hasta en las mejores escuelas es que miran hacia atrás, hacia un sistema que muere, en lugar de mirar hacia adelante hacia la nueva sociedad que emerge. Esta trilogía concluye con una valoración de la base sobre la que deberá seguir la acción futura, ya que está claro que el pensamiento y las prácticas educativas deben moverse más allá de su actual y anticuada fase positivista, ponerse al día con los avances científicos en curso y desarrollar una teoría coherente para el futuro. No parece factible desarrollar una alternativa radical en el proceso educativo per se; ciertamente, debemos continuar desarrollando estrategias de enseñanza y aprendizaje. Desde luego, el currículum continuará respondiendo a cambios en las necesidades y en los conocimientos. Sin embargo, a través de todos estos cambios, el proceso educativo debe retener su objetivo principal desde que empezó la sociedad, a saber, la humanización de cada generación. La educación tiene como objetivo principal la búsqueda de mejoras genuinas humanas, dichas mejoras deben estar entre los límites de nuestra experiencia en cuanto la llevamos a centrarse en los problemas de un mundo que nace. Si aceptamos la premisa de que la función de una verdadera educación es humanizar a cada persona, encontramos que los problemas que intentamos superar se aceleraron en el siglo XIX. Desde entonces, se ha creado una vasta literatura en torno al fundamental concepto marxista de alineación. Aquí pues están los inicios de la intranquilidad contemporánea. Marx creía que la alineación procede de la separación del trabajo del producto de su trabajo. En el siglo XX, sin embargo, estamos alineados porque el enfoque del holismo natural se derrumbó, y el subsiguiente avance social y educativo fue dominado por el enfoque positivista y explotador, sin embargo La Naturphilosophie nos enseña que somos miembros co-iguales de la tierra, con sus limitados recursos y su única e interconectada estructura de relaciones. Cada uno de nosotros pertenece a ese sistema unitario, y nos hacemos humanos en el grado en que llevamos a cabo esta realización y estamos capacitados, mediante nuestra experiencia, a entrar, creativa y constructivamente, en los asuntos interrelacionados de la vida. La verdadera educación debe tratar de realizar el objetivo holista en cada persona, y eliminar, en la medida de lo posible, las fuentes de alineación. La concepción holista, nos obliga a profundos logros morales. La teoría educativa, pues, como parte de la experiencia actual colectiva

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