EL CONFLICTO
Enviado por cesamy • 26 de Septiembre de 2014 • 472 Palabras (2 Páginas) • 164 Visitas
La negociación, como estrategia más útil para la gestión del conflicto, es una
situación donde dos o más partes interdependientes, reconocen divergencias en sus
intereses y deciden intentar un acuerdo a través de la comunicación. Las partes
cuentan, por un lado, con sus propios recursos, pero necesitan los recursos de la
otra parte, y están dispuestos a intercambiarse entre sí estos recursos. Además,
ambas partes reconocen que el acuerdo es más beneficioso que la ruptura de las
relaciones y están dispuestos a “ceder algo a cambio de algo
Negociaciones Competitivas vs. Negociaciones Colaborativas.
competitivos o colaborativos. Así, frente a una consideración de la otra parte como
"amiga", por parte del negociador colaborativo, existirá la consideración de
"adversario" que establece el negociador competitivo; frente a la insistencia en
alcanzar el acuerdo del colaborativo, el competitivo insistirá en que triunfe su
posición; frente a la posibilidad de llegar a aceptar pérdidas del colaborativo, el
negociador competitivo sólo aceptará acuerdos que le supongan una ganancia, y así
sucesivamente.
Es así que, a la hora de considerar resumidamente las concepciones en las
que se basan ambos tipos de negociación, podríamos señalar los puntos que se
indican en el cuadro de la página siguiente.
Vemos así que hay una notable diferencia en la actitud de los negociadores,
según se planteen uno u otro estilo de negociación. Es más, pudiera ser que estas
diferentes formas de pensar, esas distintas actitudes, sean tomadas antes incluso de
que los negociadores lleguen a conocerse, en respuesta a un planteamiento personal
del concepto de negociación.
En efecto, hay personas que entienden que negociar es, por naturaleza y
antes que nada, un proceso en el que uno gana y otro pierde, lo que les lleva a
presuponer que hay que tratar, desde el principio, de sacar el mejor partido posible.
Para ellos la negociación sólo tiene sentido en forma de competencia.
Por el contrario, otras personas están convencidas de que todas las
negociaciones deben llevarse adelante con el espíritu de que ambas partes ganen y,
por consiguiente, entienden que su deber como negociadores consiste en adoptar
desde el inicio una actitud condescendiente con el otro.
Como crítica a estos planteamientos genéricos debemos decir que ninguno de
los dos extremos tiene razón. La correcta elección del estilo negociador sólo
depende de la naturaleza de la negociación de que se trate, y en consecuencia, la
idoneidad de mantener un estilo competitivo o colaborativo vendrá definido por ella.
Por
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