EL FRAUDE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO

EL FRAUDE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO

KATHERINE OBANDO               

        En una exposición un creador pinta una pared de color blanco y desea que el público pueda imaginar lo que él quiere transmitir con esta “obra”. Pero cómo sabrán los espectadores, ¿qué es lo que el artífice quiere comunicar? Es diferente poner a pensar sobre esto, a una persona del Congo y una de Manhattan, sus contextos socio-económicos son totalmente diferentes, por ende, tanto para la africana, que podía interpretarlo como un sinónimo de libertad, como para la americana, puede ser concebido como el universo, por ende no imaginarán lo mismo entre ellas y el artista. Esto ejemplifica claramente como este es falto de creatividad y crítica, como no pudo pensar al menos que las concepciones de arte para estas dos o para los demás individuos que ven las “exposiciones” tienen unos significados distintos y así mismo, estas las valorarán de manera diferente, convirtiendo así muchas veces su peso intelectual en cifras nulas.

       El artista es tonto, vago y mediocre, deseando que sus obras le traigan grandes ganancias cuando ni siquiera él lo puede calificas como arte. El trabajo que es realizado hoy en día por el artífice, por así llamarlo, no está sometido a duras críticas en diferentes ámbitos como lo están las demás disciplinas como cine, literatura, música o teatro; las cuales son reprimidas no solamente a la opinión popular, sino a un conglomerado de expertos en dichos temas que aciertan o desaciertan en dichos campos. Aunque algunos lo llamemos simplemente basura organizada, el público se irá acostumbrando a ver botes de basura, colillas de cigarro, chicles pegados, y se deslumbrarán ante el proceso creativo de los nuevos valores del arte, pues este artista no utiliza su cerebro o al menos la parte creativa de este. De esta manera, quiere imponer un gran valor a algo tan insignificante, como es un montón de basura arrumada en una calle de new york. 

      Y si bien es verdad el arte contemporáneo es la búsqueda de diversas formas de expresión ¿por qué no aceptarlo? ¿Qué tiene de malo? Simplemente en sus exposiciones no hay una gran reflexión de estas, nadie se detiene a pensar sobre el gran significado que le pueda merecer una obra, más bien el creador se ha convertido en el D. Trump de la disciplina, creyendo que con sus mentiras podrá tener éxito en la búsqueda del capital intelectual que a simple vista estará vacío. No le dejan muy claro al espectador cuál es su.

objetivo, y es pues así, cuando estas esculturas están muchas veces vacías de interpretación. Es ahí, donde el creador sale a defender su trabajo diciendo que no lo entienden, más bien pide que lo crean arte.

      El arte contemporáneo está ahora lleno de artistas emergentes que solamente pintan cuadros, realizan esculturas o cualquier expresión conforme pasa a la moda, expresiones artísticas momentáneas o de acuerdo a las épocas en las que se realicen dichas obras; deseando comenzar a incurrir en el mundo de la economía, queriendo así, generar dinero para su beneficio. Estos, se creen rectos en todas las áreas de la vida cotidiana, aunque se sientan inconformes con lo que esta les está ofreciendo, no tienen manifestaciones de rebeldía o algo parecido, siempre están en su región de confort de su propia concepción del arte. Ahora todos se creen autores, el verdadero problema radica no en la determinación de si sus obras son o no, una demostración de verdadero arte como lo son los trabajos del tiempo Barroco. Por el contario, se está jugando algo más esencial que es la calidad de su trabajo convirtiéndola así, en una cifra nula y sientan que este tipo de “talento” es una total farsa. Y es así, como la creación de este artífice deja mucho que desear a los asistentes.

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