EL NUEVO ORDEN MUNDIAL - Ensayo

EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Todo enfrentamiento armado, a pesar de la pérdida de vidas humanas, tiene sus pros y sus contras.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el país más beneficiado fue nuestro país vecino del norte: Estados Unidos. Incluso después de la competencia de ideologías y la carrera armamentista que mantuvo durante la Guerra Fría en contra de la desaparecida Unión Soviética, Estados Unidos vuelve a salir victorioso, pues logra imponer su ideología materialista y establecer estratégicamente doctrinas para reactivar la economía de los países europeos y así evitar el desplome de su propia economía.

Aunque a simple vista parezca una victoria consolidada, revisaremos un poco más a fondo la realidad económica de ese país y las consecuencias tanto positivas como negativas, que repercuten en el nuestro.[pic 3]

La desintegración de la Unión Soviética otorgó a los Estados Unidos la hegemonía absoluta en el terreno militar. Su política exterior ha sido un reflejo del papel preponderante de este actor en el escenario mundial y hoy, como nunca antes, lleva a la práctica su doctrina del Destino Manifiesto, el cual es no es otra cosa que la filosofía estadunidense con la que se trata de justificar la manera en que ese país ha entendido su lugar en el mundo y la forma de relacionarse con otros pueblos.

A lo largo de su historia, desde las 13 colonias hasta la actualidad, el Destino Manifiesto ha sustentado la convicción de que Dios eligió a ese pueblo para ser una potencia política y económica, una nación superior al resto del mundo. Y que la forma de demostrarlo es extendiéndose por todo el continente y el resto del mundo, ya que según ellos, les ha sido asignada esa tarea por la Divina Providencia para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno que se traduce en un constante intervencionismo de este país en los diferentes puntos del planeta, hecho que se refuerza por la ausencia de un enemigo claramente diferenciado.

Al término de la Guerra Fría, en el año 1989, la reconquista de la hegemonía económica en la economía mundial por Estados Unidos, es el fundamento de la hegemonía política expresada en la Nueva Política de Seguridad Nacional, la cual se basa en la potencia económica de Estados Unidos y no en su debilidad. 

La globalización de la economía mundial, promovida por los Estados Unidos  posibilitó la reestructuración de su economía y la reconquista de la hegemonía que compartía con Europa y con Japón en esa década.  Esta hegemonía fue conocida como:  “La Tríada”. 

La nueva estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos, establece tres principios claves de la política estratégica estadounidense:

• Asegurar permanentemente su indisputado dominio global de modo que a ninguna nación le será permitido rivalizar o amenazar a los Estados Unidos.
• La disposición permanente de Estados Unidos para desarrollar en forma rápida ataques militares preventivos contra Estados o fuerzas en cualquier parte del globo que sean considerados una amenaza a la seguridad de los Estados Unidos, a sus fuerzas e instalaciones en el exterior, o a sus amigos o aliados.
• La inmunidad de ciudadanos norteamericanos frente a procesos en los Tribunales Criminales Internacionales.

La reestructuración de la economía de Estados Unidos, como hemos dicho, es producto de la globalización y surge como respuesta a las crisis cíclicas.

En las décadas del setenta y hasta mediados de los ochenta, las ganancias globales estaban prácticamente estancadas. A partir de mediados de los ochenta, las ganancias y la tasa de ganancia empiezan a aumentar. El aumento es aún mayor en la década de los noventa.

El gran crecimiento de las inversiones se acompaña de un hecho de gran impacto histórico: las maquinarias y equipos de alta tecnología han tenido una gran disminución de precios. A esto agreguemos la creación de las grandes cadenas multinacionales y las ganancias que le generan a los Estados Unidos alrededor del mundo, que son mucho más que las ganancias globales de todo el país.  

Las ganancias de dichas empresas se han visto favorecidas por una disminución de los intereses netos pagados por las empresas productoras de bienes y servicios a las instituciones financieras y por una fuerte disminución de los impuestos sobre las ganancias. 

A pesar de todas estas facilidades la reconquista de la hegemonía que ha llevado a Estados Unidos a transformarse en la única potencia económica, política y militar a nivel mundial, empieza a ser disputada por el gran desarrollo de China y Japón.

Es claro que la crisis económica iniciada en 2008 y las dificultades que ha tenido el gobierno estadounidense en su intento por articular un proceso de recuperación rápido y sostenible incrementan la percepción del declive, sin embargo, un análisis del papel de E.U. en el mundo debe ir más allá de las percepciones y la intuición.

Aquellos que debaten la tesis del declive económico estadounidense sugieren que la recuperación de E.U. después de la crisis económica de 2008 ha sido mejor, más rápida y más consistente de lo que muchos esperaban. El sector privado también emergió de la crisis, más equipado para cumplir con sus obligaciones, para ahorrar, invertir, gastar y crecer.

Otros afirman que la economía estadounidense sigue siendo la más grande del mundo solo superada por 10 países, en su mayoría pequeños. Los recursos naturales estadounidenses también superan de lejos los de otros países grandes de todo el mundo, además se han habilitado las explotaciones de grandes reservas de petróleo y gas natural. Se predice que E.U. será el productor más grande de petróleo en 2026.

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