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EL PAPEL DEL PROFESOR EN LA FORMACIÓN DE VALORES


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2013  •  2.730 Palabras (11 Páginas)  •  493 Visitas

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Introducción. ¿Hasta dónde es responsable el profesor en la formación en valores?

Este texto pretende establecer una reflexión en cuanto al papel que deben desarrollar los profesores en la formación en valores, ya que el trabajo fundamental del un docente es la trasmisión de conocimientos sobre la materia específica que imparte, por lo que formar a los alumnos en valores se podría llegar a considerar un trabajo extra u opcional, pues lo importante es preparar a los estudiantes para insertarse al mercado laboral.

En esta reflexión sostengo que papel del docente debe ser el de un formador en valores y conocimientos, a causa de que el profesor ha jugado históricamente en las grandes civilizaciones, un papel no solo de trasmisor de conocimiento a los alumnos o del vigilante de la disciplina, más allá de esto su labor ha sido brindar al estudiante una formación integral, además de ser un acompañante, un camarada, que está cerca de sus alumnos y que incluye los valores en la educación de éstos , así este maestro contribuye a formar mejores ciudadanos y coadyuva al fortalecimiento social.

Propongo pues hacer una revisión del papel de maestro desde cuatro puntos de vista, el griego, en la modernidad, desde la perspectiva de la escuela tradicional y la escuela nueva, para poder encontrar cómo una educación integral impacta en un mayor beneficio para el estudiante y para la sociedad. Por otro lado sostendré cómo la falta de educación y valores han erosionado nuestra sociedad (con violencia, delincuencia, etc.) y cómo es que la educación de calidad en valores es una respuesta a esto.

La pregunta sería, ¿es responsabilidad del profesor educar en valores? y ¿qué trascendencia tiene la falta de valores en la educación en la sociedad?

El ejemplo griego y la formación de valores y la pérdida de la formación de valores y la posmodernidad.

Para comenzar definiremos los consideramos valores, retomando al filósofo Cándido Aguilar, (2008. Cit. Bujardón) quien los define de la siguiente manera “Valores humanos es la significación socialmente positiva que tiene la realidad para el hombre como elemento fundamental de sus relaciones sociales y que tiene como su contrapuesto el antivalor”.

Para poder ver y entender la responsabilidad del profesor en la formación en valores es bueno revisar algunos antecedentes históricos, por ejemplo, el maestro tiene una de sus concepciones más completas en la antigua Grecia, que está considerada como la cuna de la educación humanística, donde los profesores eran los encargados de la formación moral y espiritual de la juventud. La sociedad griega no puede ser concebida sin la figura del maestro sabio, guía de la sociedad. (Remolina De Cleves, Velásquez, Bertha M & Calle, 2004).

Tanto los griegos como los romanos basan el éxito de su desarrollo social en los grandes maestros como Sócrates, Platón, Aristóteles etc., no olvidemos que éstos también han llegado a ser, con el tiempo, grandes maestros de la humanidad y guías del saber mundial.( Remolina De Cleves et al, 2004)

Sin embargo el desarrollo social e histórico trajo cambios en la concepción de la educación y vamos a dar un salto hacia la visión del modernismo en cuanto al papel del profesor.

Situamos el modernismo entre los siglos XII y XV comprendiendo periodos del Renacimiento, hasta el gran refuerzo que trajo a esta corriente, la ilustración en el siglo XVIII. En estos periodos los valores cambian, se concibe la libertad como uno de los valores más preciados, en contraposición a la opresión religiosa de la iglesia que era la poseedora de conocimiento, además de tener con Descartes la idea del sustento de la educación basada en la razón. (Remolina De Cleves et al, 2004).

Como menciona Luis González Seara esta escuela moderna buscaba educar ciudadanos que tuvieran bases seculares, donde los derechos y libertades fueran encaminados a fortalecer la democracia y el sistema de mercado donde se vive (Remolina De Cleves et al, 2004), dejando de lado, en mi punto de vista, una formación de valores, por el temor de que ésta llegara a ser o parecer religiosa o moral en un sentido retrograda y dogmático.

La educación con estas bases seculares, tiene hasta nuestros días un fuerte arraigo, en México vemos, por ejemplo, la idea de la educación laica y gratuita, como una de las conquistas de la Reforma, sin embargo en muchas ocasiones en la educación pública en el afán de ser laicos, se prioriza la obtención de conocimientos como la única obligación de los docentes.

El papel del profesor en la escuela tradicional y el papel del profesor en la escuela nueva.

A parte de los rasgos de las escuelas de la época moderna mencionados anteriormente, la escuela en México cuenta con características de la llamada escuela tradicional, cuyo origen data del siglo XVII, donde la educación se impartía en los internados religiosos, en éstos se priorizaba- por sobre todo, la vigilancia al alumno- para que éste no cayera en sus apetencias naturales y deseos y se condujera de manera recta. (Palacios, 2010)

El papel del profesor en dicha corriente pedagógica es claro, debe guiar y dirigir a los alumnos, él es quien les traza el camino que deben seguir, lo deben imitar y obedecer para acostumbrarse a hacer la voluntad de sus superiores de manera inmediata. (Palacios, 2010)

En este tipo de educación los castigos y la disciplina son fundamentales para guardar el orden, (Palacios, 2010) es de esperarse que la relación alumno maestro sea lejana; pues lo importante aquí es transmitir conocimiento y no se concibe crear una relación afectiva entre éstos, por lo tanto, es complicado que en este tipo de educación el profesor vea al alumno como un ser que necesita formación en valores.

Esta corriente pedagógica cree que incluso el miedo es aceptable, mientras ayude al alumno a cumplir con sus deberes, como menciona Palacios (2010):

Se trata de estimular constantemente el progreso del alumno. Ratichius está convencido de la eficacia del castigo pues éste obliga a trabajar a los alumnos, los cuales, aunque al principio lo hagan por temor, acaban tomando gusto a su trabajo y encontrando placer en él.(p.3)

Sin embargo, hoy en día podemos observar que la educación tradicional, que es la que predomina en la educación básica y media en México, está demostrando carencias en cuanto a la calidad de los conocimientos más básicos que debe transmitir; por lo que no podemos esperar que un conocimiento que se considera secundario, como los valores, sean impartidos con calidad.

La

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