EL PERIÓDICO: CONCEPTO Y PRÁCTICA

1. El Periódico: Concepto y Práctica 4

1.1. Un producto “perecedero” 4

1.2. Un poco de historia 4

1.3. La complementariedad de los soportes 6

1.4. Condicionantes productivos 6

1.5. La publicidad 7

1.6. La colocación de la publicidad 7

1.7. El flujo de trabajo 7

1.8. ¿Qué perfiles nos encontramos? 8

1.9. Ingresos y gastos 9

1.10. Los recursos informáticos 10

2. El Periódico: La Producción 11

2.1. Gestión de contenidos 11

2.2. Peligros en la creación del producto en las diferentes fases 11

2.3. Salida del producto 12

3. Algunos términos 13

1. EL PERIÓDICO: CONCEPTO Y PRÁCTICA

1.1. Un producto “perecedero”

El término “perecedero” nos puede inducir a confusión, pues no se refiere a la empresa informativa como negocio, sino al propio producto como testigo de la actualidad, cambiante de acuerdo con el ritmo de la sociedad actual y con el desarrollo de las comunicaciones.

La caducidad en la Prensa, independientemente del medio, vine dada por la propia periodicidad de la misma y el momento de la impresión del producto. Así, una revista mensual, una vez impresa, se mantiene durante un mes con muchas posibilidades de que la información que contiene sufra múltiples variaciones durante este periodo. De manera similar y proporcional ocurre con las quincenales y semanales y los propios diarios.

Esto hace que también, en función de esa periodicidad, el contenido sea diferente en cuanto al tipo de periodismo de actualidad, investigación, reportajes, documentación u opinión y al lector que se dirige.

Esta circunstancia podría hacernos pensar que estamos ante un producto con pocas posibilidades ante otros soportes como la Radio, la Televisión o las nuevas tecnologías informáticas como Internet en cuanto al apartado de actualidad, por la inmediatez que ofrecen éstas en cuanto a la última hora de los sucesos y a la facilidad de rectificación ante una información errónea.

En mi opinión, nada más lejos de la realidad. Si bien en los últimos años en España han desaparecido cabeceras, incluso algunas con un peso específico importante entre los lectores, la realidad es que el número de lectores ha aumentado considerablemente. Esto ha ocurrido en parte por la proliferación de publicaciones gratuitas y la caída de esas cabeceras vinieron dadas por una mala gestión económica o un peor estudio de mercado provocado por una especie de “efecto llamada” ante la aparición de los primeros gratuitos.

Además, también existe una ventaja importante y que es la posibilidad de acceder a la información, artículos, reportajes…, en el momento que deseemos, cuando tengamos tiempo, contra el inconveniente de los medios interactivos, donde la información está siendo continuamente renovada y sustituida por otra más actual o, como en el caso de la Radio y la Televisión, en las que hay que estar en el momento que se emite para no perderse la información.

Incluso, si somos seguidores de servicios informativos o magazines de estos medios, podemos comprobar que existe un ciclo informativo en el que se repiten las noticias, que suele comenzar en las últimas horas de la tarde hasta última hora de la mañana del día siguiente, horas que coinciden con los cierres habituales de los diarios y las últimas horas de venta de los mismos. De hecho los diarios vespertinos han ido desapareciendo o convirtiéndose en matutinos: el último experimento fallido es el del gratuito ADN.

1.2. Un poco de historia

La primera publicación periódica aparece en Alemania a mediados del siglo XV bajo el nombre de Nuremberg Zeitung y desde ese momento comienzan a aparecer numerosas gacetas que, principalmente contienen informaciones del extranjero, como consecuencia de la presión de la censura ejercida sobre ellas. Algo que se ha mantenido hasta la actualidad en algunos países. En España, el primer periódico apareció en la primera mitad del siglo XVII y fue una traducción de la “Gazette Parisien”.

En la segunda mitad de ese mismo siglo aparece la primera publicación periódica española que evolucionando en la historia bajo diferentes nombres, “La Gaceta”, “La Gaceta de Madrid”, “La Gaceta de la República” y alguna interrupción, se convertiría en lo que hoy conocemos como “BOE”, y que ha pasado a convertirse en una publicación exclusivamente digital.

Como consecuencia de la

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