Concepto de práctica docente

Práctica docente.

La práctica docente va más allá del simple hecho de actuar y transferir conocimientos a los alumnos, es más que una acción, es una forma de ser y de hacer para la construcción de una educación integral que genere un impacto hacia la transformación del ser humano. No puede limitarse a decir que dicha práctica consiste solo en trasladar y adaptar técnicas, métodos y herramientas de enseñanza-aprendizaje dentro de un aula.

Si bien, los maestros se enfrentan ante diversas disyuntivas donde la estructura curricular y los proyectos políticos-educativos no son proyectados a la realidad del contexto aunando la marcada desigualdad social que desemboca a la enorme diversidad que el docente enfrenta en su escuela, todo ello juega un papel controversial ante el docente; siendo un fuerte impacto para que la práctica misma se enfrente a retos y desafíos que vuelven compleja la labor del docente en la realidad.

Porque por una parte el Estado expone una realidad, pero las condiciones en el contexto escolar de cada escuela vienen a ser otra realidad…

La práctica docente representa un todo, un acto de converger la realidad que se vive día con día en las escuelas, son sus características peculiares, necesidades y requerimientos específicos con los estatutos político-educativos que exige el sistema mismo para lograr como producto la educabilidad de personas que reconozcan su rol como miembros activos de una sociedad. Es conjugar pensamientos, aspiraciones, necesidades para crear una conciencia activa que promueva actitudes de crecimiento integral en los estudiantes.

El rol del maestro conlleva más que desempeñarse como un miembro del acto del proceso de enseñanza, su labor apunta a la recreación y transformación, no quedarse en la escolarización sino aspirar a la educación integral de sus alumnos. Siendo la clave, la mediación pedagógica para lograr esa revelación aún un bajo los desafíos y disyuntivas adversas. Se trata de fortalecer su labor docente en todo su entorno, con todos los participantes del proceso de enseñanza-aprendizaje, de vivir con entereza y absoluta vocación la labor de educar, reconociendo el impacto que genera su labor como un agente de cambio y de innovación.

La práctica docente se trata de construir un proyecto educativo enriquecedor y colaborativo entre colegas que miren a la construcción del éxito de los alumnos.

Porque la práctica docente va más allá del salón de clases, se interconecta con muchos factores que envuelven al docente no solo dentro de la escuela, sino en todo el contexto, donde las relaciones humanas, las condiciones políticas, sociales, culturales, los valores humanos convergen en la labor docente.

LA REFLEXIÓN Y LA INDAGACIÓN son claves para que el maestro se vuelva un ente proactivo, consciente y crítico para transformar creativa e innovadoramente su práctica con base a las necesidades latentes de su contexto. Se trata de un acto de autoevaluación plenamente consciente para crear una nueva forma de correspondencia hacia la educación transformadora.

El propósito de análisis crítico de la práctica docente debe ir en relación de una mejora permanente en la educación de los estudiantes, para ello lo trascendental, radica en reconocer como se desarrolla dicha práctica, es decir, desentrañar cada acto expuesto el proceso y crear un análisis crítico de las acciones que se realizan, reconocer y evaluar cada acto desempeñado para evaluar su impacto, todo ello para crear una actitud de mejora en la práctica, conociendo aciertos, equivocaciones, contradicciones.

La educación debe preparar para la vida, dicho de otra forma: toda educación tiene como finalidad el desarrollo humano, ante esta premisa el docente debe revindicar su rol y hacer una introspección a fondo sobre su desempeño en el entorno educativo, basta con establecer un proceso de auto reflexión y entre colegas colaborar mediante la suma de esfuerzos para crear un proyecto de mejora continua de la educación.

Un docente que educa es aquel que más que "enseñar", es decir limitarse a transmitir y explicar saberes para poseer información, ayuda a trasladar sus alumnos a  la compleja labor de "aprender a aprender”, esta cultura implica una revelación de la vocación y afectividad por la tarea de educar para la vida, promoviendo el desarrollo cognitivo y personal en los alumnos para pasar de una zona de desarrollo real a una próxima a través del pensamiento crítico y activo, haciendo uso efectivo de los recursos, conocimientos, habilidades y actitudes que impulsen a cada alumno a aprender con significado. Educar para la vida es todo un reto debido a la adversidad de situaciones que se involucran en los contextos, lo cual lleva al docente a luchar contra corriente en múltiples escenarios. Y considerando la creciente y fuerte influencia que prevalece en el entorno, es fundamental activar dicho análisis crítico sobre el rol del docente y buscar un proyecto innovador que posicione al maestro como mediador para aproximar al alumno a la apropiación, construcción y recreación del conocimiento.

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