EL QUINTO ACUERDO

EL QUINTO ACUERDO

El poder de la duda: sé escéptico, pero aprende a escuchar

Se especifica claramente la diferencia entre la verdad y la mentira, viendo desde la perspectiva a la verdad que no necesita credibilidad; podemos creer o no en ella pero nunca deja ser “La verdad” no necesita que nadie la alimente para existir, a diferencia de la mentira la cual es una situación hambrienta de credibilidad ya que sin que nadie la alimente deja de existir, no sobreviven al escepticismo y desaparecen de la misma manera en que fueron inventadas, no tienen vida propia.

Lo más importante que debemos hacer es aprender a escuchar, ya que esto nos convierte en seres respetuosos con los demás, nos enseña a entender y reconocer exactamente qué es lo que quieren los demás sin que interpretemos o caigamos en la duda y no confirmemos con exactitud qué es lo que nos quieren decir, o lo que nos quieren pedir; simplemente llegamos a un punto donde tenemos el conocimiento pleno de lo que se nos está comunicando.

Al aprender a escuchar podemos entender lo que otras personas quieren, pero esto no significa que solo porque sepamos lo que los demás quieren tengamos que dárselos a plenitud, ya que la gente busca captar nuestra atención de cualquier manera posible, ya que con esta pueden descargar cualquier tipo de información que nos quieran hacer llegar; llámense verdades o mentiras, o peticiones reales o egoístas, simplemente es una forma de actuar de los demás donde nos demandan cualquier cosa que se requiera y está en nosotros saber escuchar claramente y comprender lo que se nos está diciendo.

El problema de no aprender a escuchar es que al no hacerlo, nunca comprendemos lo que nos quieren decir, simplemente sacaremos conclusiones de lo que “creemos escuchar” o muchas veces de lo que “queremos escuchar” basándonos en nuestras propias interpretaciones y esto provocará que reaccionemos a tener conclusiones erróneas o impulsivas basando lo que “entendimos” bajo nuestro propio criterio y no bajo la realidad con la que nos fue comunicado.

Es de vital importancia que se tenga comprendido que no porque lo que alguien nos diga lo escuchemos y comprendamos quiere decir que es la verdad, ya que pudiera no serlo; o viceversa, lo que nosotros creemos o pensamos no necesariamente es la verdad, por lo cual debemos distinguir y captar que un mensaje de una persona es la mitad del mensaje real y la otra mitad somos nosotros mismos al entender o comprender lo que estamos escuchando; simplemente no podemos dar por hecho todo lo que escuchamos de los demás o que nosotros mismos pensamos como un todo; cada uno es responsable de lo que dice y de lo que entiende ya que los significados se dan de manera individual, por lo cual nuevamente recae la insistencia de saber escuchar, para que le mensaje tanto dado como recibido tenga un porcentaje alto de interpretación dual y no simplemente una comprensión errónea por ambas partes.

Si realmente ponemos en práctica el Quinto Acuerdo y comprendemos su significado, comenzaremos a ver y vivir el hecho de que no es necesario creer lo que uno ve o escucha, ya que nosotros en el fondo sabemos lo que es o no aún con la ausencia de palabras, ya que la verdad no necesita de ellas, la verdad no tiene sonido, no tiene necesidad de ser escuchada, es algo que se sabe aún desde antes de siquiera externarlo; se puede sentir y pensar sin necesidad de nada más; el autor lo denomina “conocimiento silencioso”.

Sé escéptico, pero aprende a escuchar y entonces elige.

El punto es simple, nosotros somos enteramente responsable de todas las decisiones y elecciones que hagamos en nuestra vida, nadie tiene el control de nosotros mismos, es NUESTRA VIDA, por lo cual lo que hagamos nosotros mismos con nuestra propia vida es responsabilidad de cada uno, y no debe ser asunto de nadie más, ya que cada quien vive, siente y piensa su propia vida. Cada uno de nosotros es víctima o responsable de todo lo que uno crea o imagina, somos responsables de nuestros pensamientos, de nuestras ideas, de todas las supersticiones o distorsiones de nuestros pensamientos y nuestro conocimiento; está en nosotros saber qué decisión elegir o tomar ante lo que escuchamos, y darle un lugar a nuestra responsabilidad por la elección que tomemos respecto a un todo, y comprender que somos los únicos que tenemos el control de nosotros mismos, podemos crear o destruir según nos pongamos con las riendas de nuestra mente.

El sueño de la segunda atención de los guerreros

¿Realmente todo lo que hemos aprendido es la verdad? El segundo sueño de los guerreros es mantener una clara idea de lo que es la verdad, por lo cual se basa en la duda que generamos al darnos cuenta si realmente lo que conocemos como verdad lo es como tal, es ponernos a desafiar nuestras creencias, cuestionar e interrogar todas las opiniones y pensamientos que tenemos respecto al aprendizaje que hemos tenido en nuestra vida. La mejor forma de conocer si es la verdad o no, es revisar nuestra mente y ver si todo lo que hacemos realmente lo queremos hacer o no, o simplemente es el control que nuestra domesticación ha creado en nosotros para interpretar como verdad nuestros hechos y creencias, y comenzar a rebelarnos ante la situación real de la verdad y no lo que nuestra propia mente interpreta como tal.

Como personas y seres humanos que somos, basamos nuestro pasado como una realidad, cargamos una historia pesadísima como “un pesado cadáver” como lo interpreta el autor, y lamentablemente la gran mayoría de las personas acogemos ese cadáver como un estilo de vida, y aunque la mayoría de las veces es realmente pesado para nosotros, lo compartimos con la gente que nos rodea y con la gente que amamos definiéndolo como nuestra verdad basándonos en algún pasado que nos dejó marcados, nos mantenemos con culpabilidad y vergüenza así sea por algo que paso hace mucho tiempo, y nos compramos nuestro propio cuento dando excusas

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