EL REGALO DEL PERDON
Enviado por clauiveth • 3 de Marzo de 2016 • Trabajo • 1.083 Palabras (5 Páginas) • 249 Visitas
El regalo del perdón
¿QUIÉN NECESITA PERDÓN?
Todos hemos pecado: ¿Hay algún ser humano, al margen de Cristo, que no haya pecado nunca? (Ro. 3:10-12; 1ª Jn. 1:8).
Nota: Toda persona que ha vivido y vive en este mundo nace con una tendencia inherente al mal que recibe en última instancia de Adán. La Escritura es clara a la hora de presentar la condición de la humanidad entera: no hay nadie que se salve, porque todos han pecado desde que Adán pecó. No hay nadie en este mundo que haya podido vivir a la altura de las circunstancias de principio a fin.
Impotencia total: ¿Cuál es nuestra realidad? (Jr. 2:22; 13:23; Is. 64:6)
Nota: Dios declara cual es nuestra condición desesperada. Él no quiere que nadie se llame a engaño. En esta sociedad moderna todavía hay gente con ganas de hacer el bien y de ayudar, pero aún esas buenas intenciones sino están motivadas y controladas por Dios no son más que trapos de inmundicia, quizás “buenos trapos”, pero “trapos” finalmente.
¿QUIÉN NECESITA ARREPENTIRSE?
El mensaje de Dios: ¿Cuál fue el mensaje de Juan el Bautista y del mismo Jesús? (Mt. 3:1-2; 4:17).
Nota: El mensaje de Dios siempre ha sido el mismo: un llamado al arrepentimiento. Los profetas de Dios se caracterizaban por su llamado al arrepentimiento (Is. 58:1; Jr. 26:13). Ese mensaje va dirigido a todo ser humano que haya habitado o habite en esta tierra.
Definición de arrepentimiento: ¿Qué significa arrepentimiento? (Lc. 15:11-24).
Nota: “El arrepentimiento comprende tristeza por el pecado y abandono del mismo. No renunciamos al pecado a menos que veamos su maldad. Mientras no lo repudiemos de corazón, no habrá cambio real en nuestra vida” (El Camino a Cristo, 23). El relato del hijo pródigo revela el proceso del arrepentimiento. Éste se gesta cuando el pecador a la luz de la Palabra de Dios se da cuenta de que no ha actuado ni pensado de la mejor manera. El texto dice que el hijo “volvió en sí”. Nadie puede “volver en sí”, es decir, arrepentirse, si previamente no ha permitido que Dios lo convenza de su necedad. Así, arrepentirse no es más que reconocer que uno no lo ha hecho bien, y al mismo tiempo implica un deseo de realizar lo correcto. Después que el hijo reconoce su error no se queda allí parado. El hijo quiere beneficiarse del bien que experimenta aquel que confiesa el mal que ha causado a quien perjudicó.
¿Puede el hombre arrepentirse por sí mismo? (Ro. 2:4; Jn. 16:7-8).
Nota: El hombre es incapaz de arrepentirse por sí mismo. Es Dios quien nos convence de pecado y de maldad y nos hace sentir nuestra necesidad de ir a Jesús. Y es, precisamente, cuando vamos a Jesús que podemos sentir verdadero arrepentimiento. La verdad fundamental es que no necesitamos arrepentirno para ir a Jesús, sino más bien nos arrepentimos porque hemos ido a Jesús. En otras palabras: “La Sagrada Escritura no enseña que el pecador deba arrepentirse antes de poder aceptar la invitación de Cristo: ‘Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso’… Tan imposible es arrepentirse si Cristo no despierta la conciencia como lo es obtener el perdón sin Cristo” (El Camino a Cristo, pág. 26). “Si percibís vuestra condición pecaminosa, no aguardéis hasta haceros mejores a vosotros mismos. ¡Cuántos
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