EL ROL DOCENTE ANTE LA VIOLENCIA
Enviado por javierego • 15 de Marzo de 2012 • 2.246 Palabras (9 Páginas) • 649 Visitas
“EL ROL DOCENTE ANTE LA VIOLENCIA”
MONOGRAFÍA:
“TIEMPOS VIOLENTOS”
RESPONSABLES
Avila, Javier
Coordinadora: Licenciada Paola Vázquez
Año: 2.009 Sede: Aguilares
FACULTAD DE EDUCACIÓN FÍSICA
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN
FUNDACIÓN FAAIE
INTRODUCCIÓN
Ante los hechos violentos que a menudo ocurren en las escuelas,
muchos investigadores sostienen que ciertos desenlaces bien po-
drían evitarse con sólo ofrecer distintas alternativas de solución.
Un enfoque posible pasa por el desarrollo de competencias socia-
les, entendidas como habilidades , estrategias, procesos actitudi-
nales y cognitivos que se vinculan a situaciones concretas.
Como docentes y a partir del marco teórico conceptual debemos
lograr que nuestros alumnos logren relaciones sociales de calidad
que están caracterizadas por conductas asertivas, competencias
comunicacionales, acciones de carácter cooperativo, participa –
ción social, iniciativa en la toma de decisiones y destreza en el
manejo de los conflictos y/o resolución de problemas.
TIEMPOS VIOLENTOS
En las escuelas argentinas se registraron en los últimos años esce-
nas de violencia protagonizados por los alumnos, armados, suma
dos a episodios de robos de computadoras, de televisores, incen-
dios de aulas por los propios alumnos, agresiones en la cara con
trinchetas y hechos graves de profesores agredidos por los alud-
nos.
Son muchas las evidencias registradas en el mundo acerca de las
nuevas formas que adopta la violencia física en el ámbito de la
escuela.
Otra gran cantidad de episodios se registraron en Estados Unidos,
Alemania, España y Francia. Allí por eljemplo se ha implementa-
do un “ Observatorio de Violencia Escolar” y en función de sus
resultados se propusieron acciones orientadas a la comunidad es-
colar, como por ejemplo : elaborar una lista de signos que relacio
nan violencia con otros comportamientos perturbadores, cuales
son los pasos para prevenir la violencia cómo intervenir y buscar
ayuda.
Cuando un hecho de violencia ocurre suele producirnos tal impar-
to que podemos tender a distorsionar el análisis de sus causas, simplificándolo, buscando chivos expiatorios e incluso culpabili-
zando a la víctima en lugar de responsabilizar al agresor.
Estos hechos tienen muchas causas, y complejas: La escuela , la
familia, las relaciones entre ambas, las oportunidades para el ocio, la influencia de los Medios de Comunicación o la importan-
cia que tiene la violencia en el conjunto de creencias y estructuras
de la sociedad son elementos importantes a tener en cuenta.
Hay experiencias que demuestran que algunos “programas escola-
res de prevención de la violencia pueden resultar eficaces para modificar todas estas influencias.
Podemos mencionar como ejemplo , la lectura crítica de los Me-
dios de Comunicación , que ofrecen grandes posibilidades para la
modificación de creencias y estructuras en relación con la violen-
cia. Al analizar cada caso de violencia suelen encontrarse múlti-
ples condiciones de riesgo, como por ejemplo, la exclusión social
o el sentimiento de exclusión, la ausencia de límites, la exposición
A la violencia a través de los medios , la integración de bandas identificadas con la violencia, la facilidad para disponer de armas
y la justificación de la violencia en la sociedad en la que se produ-
cen. Además no se visualizan los factores de protección que po –
drían resguardar de dichos riesgos: modelos sociales positivos y
solidarios, colaboración entre la familia y la escuela, contextos de
ocio y grupos de pertenencia constructivos o adultos disponibles y
atentos para ayudar.
Los factores de riesgo como los de protección, deben tenerse en cuenta siempre al analizar una situación violenta.
Es muy importante tener en cuenta la evaluación de las consecuen-
cias. Un episodio de violencia deja marcas en las personas y ya no
volveran a ser las mismas.
En determinadas situaciones especialmente cuando los niños están
expuestos a la violencia, pueden aprender a ver el mundo, como si
solo existieran dos papeles: agresor y agredido, ver el mundo en
blanco y negro, este modo de percibir puede llevarles a legitimar la
violencia y considerarla como única alternativa.
Esta forma de ver la realidad deteriora las relaciones que se estable-
cen, reproduciendo en ellas la violencia sufrida en la infancia.
Los estudios sobre las características de los adultos que viven en fa-
milias en las que se produce la violencia reflejan que con frecuen –
cia su propia familia de origen también fue violenta. Existe suficien
te evidencia que permite considerar a las experiencia infantiles de
maltrato como una condición de riesgo.
Al enseñar a copnvivir debemos tener presente que trabajamos con
aspectos intelectuales y emocionales entre los contenidos de ense-
ñanza, quizá con la idea de que sólo se accede al conocimiento a
través de la razón. Sin embargo , nuevos enfoques de aprendizaje
muestran que el reconocimiento de las emociones desarrolla el pen-
samiento y ayuda a mejorar el aprendizaje en otros planos.
Esta propuesta también involucra el desarrollo de estrategias para detectar y evitar las situaciones de riesgo e injusticia.
LA CULTURA DE LA VIOLENCIA
Las imágenes son implacables y el tono de voz de la maestra que pide ayuda telefónicamente nos estremece. Se puede ver y escuchar
La violencia; estalla la locura dentro de un establecimiento educati-
vo. En tiempo real, una voz femenina
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