Rol Docente

LA FUNCION DOCENTE

En el albor de los tiempos, el hombre necesitó primordialmente de tres factores: la supervivencia, la curiosidad y la insatisfacción. Ellos fueron los motores psíquicos de la construcción de la cultura.

La amenazante e incomprensible naturaleza ponía constantemente en evidencia su indefensión, y por lo tanto su inestable sobrevida. Su capacidad de observación e imitación de otras especies, le dieron algunos elementos que adaptó, ya sea con el fin de comer, guarecerse, ponerse a salvo, etc., sin lograr nunca la pausa frente al acecho. La insatisfacción y la constante angustia promovieron, junto con su inteligencia, la búsqueda (elemento insaciable) de nuevas alternativas creativas. La curiosidad por otros parajes, las preguntas acerca de los fenómenos naturales y la constante inseguridad, pero también la convivencia con lo que lo rodeaba, no le dejó más remedio que ensayar nuevas herramientas y probarlas sin saber su eficiencia. A posteriori perfeccionarlas constantemente.

En este tránsito, aquello, inventado, descubierto y aprendido en la experiencia práctica, debió ser trasmitido. Ya sea por imitación en la simultaneidad del suceso, como en el relato oral. Debía tener sentido únicamente si aquello era compartido a sus congéneres y transmitido y enseñado en la vida cotidiana del grupo y a las nuevas generaciones, como forma de garantía del aprendizaje de mayor supervivencia generacional. Y éste debía asegurarse que fuera correcto. Era vital. Si no reunía ese requisito era inútil y quien no lo trasmitía era equivalente a no tenerlo. A su vez, quienes no practicaban un saber, éste caía en desuso y se perdía. La trasmisión se configuró por la necesidad de dejar constancia del paso del tiempo y del registro de los logros: surge la necesidad de historizar e institucionalizar a los padres culturales. La constitución de un pasado en sus avatares, los logros y su trayectoria: el sentido identificatorio a través de sus obras y su reconocimiento en las trasformaciones que lo rodeaban en esos momentos. Necesariamente el recorrido en el tiempo suscitó la superación y corrección de lo originalmente aprendido. Este pasaje sin más, significó el reemplazo de un saber paterno, por otro con más ventajas y perfeccionamientos, promovido por el hijo, quien a su vez sería superado por su descendiente. Por lo tanto parecería ser que el primer rol intelectual del hombre fue el de maestro.

En última instancia el objetivo de la docencia, ha sido y es, el de la memoria y supervivencia de la cultura y trasmisión de los saberes, por eso, en los hechos, se lo ha ejercido constantemente. Esto no ha cambiado en nuestros días y el docente es el encargado de ser el transmisor del ideario social en lo cultural, encarnado en su persona y hasta en sus más mínimos gestos y actitudes, como portavoz de la cultura adquirida a través de siglos, de los valores y los conflictos sociales, de los que no se sale indemne, ni se está protegido. Ese es su rol sin que quepa la posibilidad de sortear la responsabilidad:

es su conductor.

En esta cadena de generaciones, se debe explicitar,

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