ENSAYO SOBRE HISTORIA DEL CINE

EL CINE Y SUS ALTARES DE ADORACIÓN POR LA SOCIEDAD

Por: Laura S. Balceiro Díaz

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Universidad Tecnológica de Bolívar

Todos, alguna vez en nuestras vidas hemos disfrutado del séptimo arte: El cine. Bien conocido como “la fábrica de sueños” (Ilya Ehrenburg) o por su efecto de “opio óptico” según Audiberti; este, nos deslumbra con sus tantas ideas e innovaciones en historias que desde un principio tuvieron como base a la sociedad misma y sus acciones cotidianas. Y es que el cine, reconocido por su comunicación expresiva nos construye su propio lenguaje y nos hace ver sus cualidades mas allá de lo que respecta como arte, el cine es soñar e incluso un ritual casi religioso pero cuyos inicios fueron lentos y llenos de escepticismo. Una creación genial que nos ha demostrado la capacidad del hombre para crear por medio de la imaginación y su ambición por ser cada vez más moderno.

Para poder hablar de cine tenemos que hablar de sus orígenes y de como una cosa llevó a la otra, es que en lo que a mí respecta, hablar por hablar no debería estar permitido; por lo tanto, las bases de este tema serán muy necesarias para que como estudiante de comunicación audiovisual el mensaje sea completo.

Y es que este medio nació como un mito, mejor conocido como “el mito de la reproducción gráfica” pero en términos resumidos a este mito, les hablo de la necesidad del hombre por redescubrir su entorno, el hecho de darnos cuenta que en aquella época primitiva la realidad que nos rodeaba no era estática sino que cambiaba, y entonces obtuvimos un lienzo perfecto en aquella época, las piedras o paredes donde los dibujos de los jabalíes y su proceso para cazarlos era la historia propuesta.

Mediante estas manifestaciones gráficas que a través del tiempo se fueron conociendo y siguen siendo estudiadas, se puede resaltar la vocación cinematográfica (Gubern, 1969) que no era exactamente cine pero si resultó siendo la base de todo lo que veinte mil años después usarían algunos pintores futuristas italianos y resultaría un antecedente de los dibujos animados.

Podemos comparar con estos inicios de la narración cinematográfica a las historietas gráficas con viñetas que mostraban planos diferentes y muchísimos ejemplos como estos nos han de mostrar el afán de los artistas por reproducir el movimiento. Pero un ejemplo o invento destacable fue la linterna mágica creada por el alemán Athanasius Kircher en 1640 y luego rebautizada como “linterna terrorífica” por sus proyecciones fantasmagóricas (por si no queda claro, hablamos de ese juego infantil de sombras proyectadas en formas de conejo y otras más utilizando las manos)

Para poder dar el siguiente paso, en lo que consiste el invento como tal del cine y su surgimiento no podemos pasar por encima de lo básico, y es que como estudiantes de comunicación audiovisual sabemos que la base de todo esto fue: la fotografía, perfeccionada por Joseph- Nicéphore Niepce en 1816 y luego, conocida como “la expresión de las emociones en el hombre y los animales” (Darwin, 1872)

La fotografía se perfeccionó como arte, buscando más rapidez en los preparados y acompañada de los avances de la ciencia en cuanto a la química. Y entonces entra de nuevo la ambición del ser humano: La idea de ver el cambio de los gestos o de los labios al hablar, eso fue parte de la curiosidad que trajo consigo el manejar aun mejor el poder que daba esta técnica. Tal como lo afirmó Nadar en 1887: “mi sueño es ver como la fotografía registra las actitudes y cambios de fisonomía de un orador a medida que el fonógrafo registra sus palabras”.

Lo anterior fue esencial para dar un paso más cercano al cine, paso donde uno de los actores fundamentales fue el médico Peter Mark Roget que planteó la tesis sobre la persistencia retiniana que se trataba de la cualidad o imperfección del ojo humano que nos permite disfrutar del cine y la televisión; (Gubern, 1969) basándose este arte en la inercia de la visión haciendo que las imágenes proyectadas no se nos borren de la retina instantáneamente.

Es así como se fue formando la plataforma del cine, combinando la fotografía que consistía en la materia prima y el principio de persistencia retiniana que permite apreciar el movimiento. Y entonces entra lo que fue llamado la cronofotografía, es decir, el afán por conquistar el movimiento (¡la mejor parte diría yo!).

Al leer los primero capítulos del libro “La historia del cine” de R. Gutern me llamó mucho la atención esta parte como se realizaron los experimentos con la cronofotografía, y es que consistía en una especie de disparos literales de la cámara guiados por el galope de un caballo. El autor nos cuenta de una apuesta que realiza el millonario Leland Stanford sobre lo in- creíble que le parece esta técnica y como el mejor fotógrafo de esos tiempos Eadweard Muybridge le demuestra en una pista de carreras y con veinticuatro cámaras cuyos disparadores se encontraban atados a una cuerda que permitía que cada vez que el caballo pasara por ahí la halara y así se registraba cada uno de sus movimientos en el transcurso de su galope. (¡Excepcional!)

Con esto podemos ver que cada vez fue más y mas la curiosidad del hombre por conocer de este invento y entonces quedamos en esa parte de ¿Cómo proyectar las imágenes o fotografías en una pantalla? Pues, se supone que sí conocemos el cine como tal, “en la gran pantalla”, pero vayamos a paso lento

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