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ETIENNE LOUIS BOULLÉE


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2019  •  Reseña  •  1.728 Palabras (7 Páginas)  •  580 Visitas

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Ensayo sobre el arte

ETIENNE LOUIS BOULLÉE

En este apartado de las siguientes páginas hemos de analizar un fragmento sobre el pensamiento arquitectónico de este arquitecto, nos referimos a Étienne Louis Boullée (nacido en París, Francia en 1728) específicamente en su obra ‘Ensayo sobre el arte’, Boullée plantea muy específicamente sus ideas sobre la relación ligada entre el arte y la arquitectura, en sus notas Boullée nos plantea seriamente la importancia que tiene el arquitecto en la vida de una nación, se tomó el tiempo necesario para tomar en su estudio el por qué la arquitectura no ha logrado alcanzar el máximo de su proceso, tiene una noción muy en clara al definir sin confusiones la arquitectura de la ciencia.

Boullée nos abre el panorama sobre los monumentos que surgen a lo largo de su tiempo, y crítica de manera objetiva sus orígenes, el autor no sólo se encierra a estudiar los temas que ya en su mente la rodean, si no que hace una comparación con los nuevos temas que surgen; para el concebir la verdadera felicidad se basa en que el hombre haga lo que llene su espíritu, es decir, mientras al hombre no sea limitado a expresar su amor, todo lo relacionado a ello, será sinónimo de resultados perfectos, comentaba que el hombre buscaba destruir, todo lo relacionado con el arte y la ciencia, dejando vacío el espíritu. Constituye la arquitectura entonces como un arte “la arquitectura es un arte por el cual son satisfechas las necesidades de la vida de la sociedad” (Boullée, 1985) por tanto, considera que mediante los monumentos se expresan los sentimientos, desde su punto de vista considera que los griegos no hicieron una interpretación idónea sobre la belleza de sus obras, él lo llama como ‘la poesía de la arquitectura’, y desde su expresión menciona sobre cómo sería la correcta descripción a diferencia de como lo hace otro autor, del templo de Júpiter, Templo de Venus, Templo de Minerva y el Templo de Plutón. Considera puntualmente que el arquitecto debe dominar la naturaleza para alcanzar el nivel de perfección en sus obras que dominen los sentidos de los espectadores, tiene en idea que los principios de la arquitectura se basan en” la simetría, la imagen del orden, ya que toda disparidad es indignante en un arte fundamentado sobre los principios de la paridad” (Boullée, 1985). Para ello, crea los planes que divide en cuatro divisiones cada una con sus propias características, es decir, plantea que cada vivienda ya sea perteneciente a los artistas o seguidores debían ir acompañados del buen gusto arquitectónico; por tal motivo la  vivienda destinada a un pintor, escultor o arquitecto debía tener elementos que pudieran asociarse fácilmente con el dueño de la vivienda, partiendo directamente desde esa parte exactamente, empieza a considerar la importancia que juega el arquitecto, si antes de sus primeras ideas ya le daba relevancia, ahora con más razón se apega a la idea de que todo gobernante debería tener conocimientos arquitectónicos, ya que son quienes se encargan de dirigir todo un pueblo y por tanto, el desarrollo de sus ciudades es vital para su debida evolución.

En la segunda parte del libro el autor, comienza un análisis sobre el verdadero significado de la arquitectura, a diferencia de otros él no está de acuerdo con la definición de Vitruvio, al concebir la definición como “el arte de construir”        , entonces, para él ni Vitruvio, ni Blondel pueden definir lo que debe entenderse por arquitectura, ya que ninguno tiene una idea que constituya su propio arte. Pone como ejemplo la disputa entre Perrault y Blondel, el primero negaba casi de manera rotunda que la arquitectura se basara en la concepción de la naturaleza, si no que todo lo contrario, era dominado por ‘un arte fantástico’ puramente inventado, mientras que Blondel no pudo argumentar con firmeza sus ideas, y dejando la idea central en el aire.

De esto nace su argumento de considerar que la arquitectura está en desarrollo, y que ninguno tiene los principios certeros sobre este arte.

De esta forma considera que la acción de admirar nace entonces de la costumbre de ver y para todo aquello que nosotros percibimos bello no lo es del todo, si no que se queda como una opinión vaga de nuestra percepción, sin entender su contexto.

Existen razones que han obstruido la evolución de la arquitectura, y por lo tanto los arquitectos jóvenes no alcanzan el mayor grado de satisfacción, uno de esos obstáculos es que la limitación de su estudio, cuando esto sucede se pierde la importancia que tiene, y pierde el interés. Otro obstáculo, es volver fría a la arquitectura, en el hombre de negocios la arquitectura se ve limitado y de igual forma el arquitecto también, se tiene que limitar a su arte, a expresarse libremente y regirse sobre lo solicitado solamente, no crea un criterio sobre la proyección de su obra, e intervienen demás críticos que lo hacen dudar de su capacidad, al no concebir su obra maestra como la imagina, esta se vuelve fría, carece de un sentimiento, de un carácter propio. Tan solo estos son algunos ejemplos, y se pueden desglosar más, son inexplicables los momentos buenos y malos por lo que un arquitecto joven tiene que pasar, y se ve casi obligado a expresarse

Para Boullée la proporción no es el elemento que constituye como primera ley la arquitectura, por tanto considera y establece que la regularidad compone este conjunto, es decir nace de una regularidad, de esta forma las obras que nos han presentado deben proponer la simetría, por tal razón considera la esfera como un cuerpo perfecto que se encuentra bajo los criterios de sus ideales.  

Aquellos monumentos destinados a los actos religiosos como es el caso del día del Corpus, deben generar sentimientos de exaltación en los espectadores, e incitar a las veneraciones profundas, por esta razón deben siempre mantenerse con carácter imponente, de esta forma Boullée da su propia perspectiva de cómo sería la correcta interpretación de este lugar, y con ornamentos “los más bellos de la naturaleza”, y su entorno rodeado de por campos de flores con aromas ofrecidos como divinidad. En el monumento de Acción de gracias, según sus descripciones, es carente de bellezas naturales, y la arquitectura es capaz de reunir todas esas características. Igualmente habla de más obras, habla de las características que estas deben poseer para que cumplan con la verdadera belleza, una de esas características es el carácter, es decir, debe capturar nuestra atención, debe ser impresionante a nuestra vista, por ello desde su punto de vista habla sobre cómo debería o debieron ser algunas tipologías, por ejemplo, la basílica, según Boullée, está debe ser digna del creador, debe ser ordenada, dejando de lado la excesiva ornamentación, hace un énfasis sobre la basílica de san pedro, que va en contra de su pensamiento, su tamaño para él es aparentemente muy pequeña a diferencia de la monumentalidad que debería de tener y esto se debe al ornamento que hace pesada la obra, el teatro debe ser amplio, como un templo de buen gusto arquitectónico, y dándole importancia al usuario contando con lo que nosotros conocemos como salidas de emergencia. De la misma forma habla sobre los camerinos y los palacios, este último debía ser majestuoso e imperante. Otra obra en la que basa parte de su criterio es el Coliseo Romano, considerándola como una obra desechable, ya que esta no cumple con su objetivo, planea una reconstrucción de esta, donde pueda cumplir con sus ideales de belleza. La biblioteca pública, es una de las obras que debe consagrar un arquitecto ya que es un monumento apreciado por la nación por guardar todos los conocimientos que se adquieren. Por lo que al igual que las demás obras, su monumentalidad es esencial para su belleza. Por ello define dos defectos de la biblioteca: 1°. No tener suficiente amplitud para contener los libros y 2°. Tener la desventaja de estar distribuida mediante galerías en diversos sentidos (Boullée, 1985). Da una  verdadera importancia a los monumentos funerarios o cenotafios, toma como idea que deben ser perdurables los principios de los egipcios, su idea de la producción de un cenotafio se centraba en un recinto del cual el centro era monumento principal, al considerar este tipo de edificación triste y solemne, deja de lado toda riqueza que caracteriza la arquitectura, basándose en las formas regulares perfectas, al interior de los recintos juega con la iluminación, “la persona vulgar contempla sin interés los efectos de la naturaleza que ve habitualmente, y que al no tener para él el atractivo de la novedad ya no provoca su curiosidad. No ocurre lo mismo con el artista que encontrado siempre descubrimientos por hacer, pasa la vida haciendo observaciones sobre la naturaleza” (Boullée, 1985. p. 125) desde los inicios de este libro, Boullée ha argumentado su gran pasión por la naturaleza, al igual que Newton gran estudioso de la naturaleza y del hombre, por ello consagra a Newton en su famoso cenotafio, esta obra que corresponde a los principios básicos del dibujo técnico. Habla también acerca de una arquitectura militar que, no es más que la arquitectura civil que se encarga de darle un carácter propio a una ciudad en sus fortificaciones destinadas a la defensa de las plazas. Destinaba las características de tener muros de apariencia indestructibles en las ciudades, con representaciones de guerreros que representan el heroísmo de sus habitantes.

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