Economia POlitica
Enviado por merywellc • 28 de Enero de 2015 • 2.499 Palabras (10 Páginas) • 176 Visitas
Economía Política: de las teorías clásicas a Karl Marx.
Teorías clásicas.
La economía clásica es una escuela de pensamiento económico cuyos principales exponentes son Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus y John Stuart Mill. Es considerada por muchos como la primera escuela moderna de economía y en ocasiones se ha expandido para incluir a autores como William Petty, Johann Heinrich von Thünen o Karl Marx.
La publicación del libro de Adam Smith titulado Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (generalmente conocido como La riqueza de las naciones) en 1776 se considera normalmente como el comienzo de la economía clásica. La escuela estuvo activa hasta mediados del siglo XIX y fue sucedida por la escuela neoclásica, que comenzó en el Reino Unido alrededor de 1870.
Los economistas clásicos intentaron y en parte lograron explicar el crecimiento y el desarrollo económico. Crearon sus "dinámicas de crecimiento" en una época en la que el capitalismo se encontraba en pleno auge tras salir de una sociedad feudal y en la que la revolución industrial provocaba enormes cambios sociales. Estos cambios también provocaron la cuestión de si se podría organizar una sociedad alrededor de un sistema en el que cada individuo buscara simplemente su propia ganancia (económica).
Los economistas clásicos reorientaron la economía, alejándose del análisis previo que se centraba en los intereses personales del gobernante y un interés basado en las clases sociales. El fisiócrata François Quesnay y Adam Smith, por ejemplo, identificaron la riqueza de la nación con el producto nacional bruto, en lugar de con la tesorería del rey o del estado. Smith veía este producto nacional como el trabajo aplicado a la tierra y al capital. Una vez que la tierra y el capital son apropiados por los individuos, el producto nacional se divide entre trabajadores, terratenientes y capitalistas, en la forma de salario, renta e interés.
Tendió a enfatizar los beneficios del libre comercio, un análisis organizado alrededor del precio natural de los bienes, y la teoría del valor como costo de producción o la teoría del valor del trabajo.
Teoría del valor-trabajo
La teoría del valor-trabajo (TVL, también teoría laboral del valor o TLV) es una teoría que considera que el valor de un bien o servicio depende de la cantidad de trabajo que lleva incorporado.
Adam Smith consideraba que el trabajo era la unidad de medida exacta para cuantificar el valor. Para él, el valor era la cantidad de trabajo que uno podía recibir a cambio de su mercancía. Se trata de la teoría del valor comandado o adquirido. Aunque no era el factor determinante de los precios, estos oscilaban hacia su precio de producción gracias al juego de la oferta y la demanda.
Posteriormente David Ricardo desarrolló una teoría del valor-trabajo incorporado en su obra Principios de economía política y tributación (1817). En dicho ensayo afirmaba que todos los costos de producción son costos laborales que se pagan de una forma directa o acumulándolos al capital. Pensaba que los precios dependerían de la cantidad de trabajo incorporado en los bienes o servicios.
Teoría de la acumulación. Adam Smith sostenía que el bien individual, el egoísmo de que cada uno buscara su propio bienestar máximo, era lo que iba a generar el progreso económico y la acumulación del capital, el propuso un modelo capitalista con esa teoría
Ley de los rendimientos marginales descendentes. La ley de los rendimientos decrecientes es una de las leyes más difundidas de la economía. Afirma que a medida que se añaden cantidades adicionales de un factor productivo en la producción de un bien, manteniendo el empleo del resto de los factores sin variación, se alcanza un punto a partir del que la producción total aumenta cada vez menos hasta que incluso empieza a disminuir. Esta ley es central en la teoría de la producción, una de las principales divisiones de la teoría microeconómicas neoclásica.
Ley de los mercados. En economía, la ley de Say es un principio atribuido a Jean-Baptiste Say que indica (1803) que no puede haber demanda sin oferta. Cuantos más bienes (para los que hay demanda) se produzcan, más bienes existirán (oferta) que constituirán una demanda para otros bienes, es decir, la oferta crea su propia demanda. Expresado en palabras del mismo Say:
La ley de Say también es conocida como la «ley de los mercados». Ésta propone que la producción total de bienes en una sociedad o sistema económico determinado implica una demanda agregada que es suficiente para comprar todos los bienes que se ofrecen. Es decir, hay una continuidad en el dinero circulante. Una implicación importante de lo anterior es que una recesión no ocurre por un fallo en la demanda o por carencia de dinero: dado que el precio de venta de cada producto genera ingresos o beneficios suficientes para comprar otro producto sigue que nunca se puede dar una insuficiencia de la demanda puesto que aunque las personas ahorren en el presente deberán usar (ya sea consumir o invertir) ese dinero más adelante. Incluso en el caso en que muchos guarden su dinero, la situación no se modificará en lo substancial: los precios bajarán y se adaptarán al menor flujo de ingresos, sin afectar mayormente el empleo de recursos económicos (de la misma manera que un aumento del circulante no incrementa la demanda, una reducción del circulante no la disminuye; sólo los precios cambian).
Otra implicación de importancia es que la prosperidad debe ser aumentada estimulando la producción, no el consumo. En las palabras de James Mill: “Si el poder de compra de una nación se mide exactamente por el producto anual ... cuanto más se incremente el producto anual, más - por ese mismo acto - se expandirá el mercado nacional, el poder de compra y las compras reales de la nación”.2
De acuerdo a von Mises es importante entender el contexto más general de la proposición de Say. Ese contexto sería el debate iniciado por Malthus acerca de la crisis que se derivaría producto del incremento de la población (lo que llevaría no solo a crecientes demandas sobre los recusos naturales sino también, eventualmente, a un "exceso" de población, exceso que no se podría emplear productivamente). Es en relación a eso que el argumento de Say adquiere su significado: «El dinero es solamente el medio de intercambio generalmente empleado; desempeña sólo el papel de intermediario. Lo que, en definitiva, el vendedor quiere recibir a cambio de las mercancías vendidas son otras mercancías». Es decir, agrega von Mises, «Las mercancías se pagan en última instancia no con dinero, sino con otras mercancías» (op cit).
En otras palabras, la ley de Say se
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