Economía Institucional
Enviado por eltwiser • 19 de Junio de 2013 • 3.474 Palabras (14 Páginas) • 425 Visitas
Economía Institucionalista
Thorstein Veblen
(Manitowoc, EE UU, 1857-Menlo Park, id., 1929) Economista y sociólogo estadounidense. Se licenció en filosofía por la Universidad Johns Hopkins y se doctoró por la de Yale. Sin poder encontrar trabajo como profesor, se matriculó de nuevo en la Universidad de Cornell, donde conoció a J. L. Laughlin, quien le invitó a ingresar en el departamento de economía de la recién creada Universidad de Chicago. En 1899 apareció su obra más famosa, La teoría de la clase ociosa, en la que Veblen analizó la estructura económica de su época desde la óptica del darwinismo, y criticó mordazmente la ostentación que de su estatus social hacían constante gala las clases más favorecidas. Profundizó en el análisis del contraste entre la racionalidad del proceso productivo industrial y la irracionalidad en el ámbito de las decisiones financieras en la obra Teoría de la empresa económica (1904). Por su énfasis en los usos y costumbres sociales como fenómenos explicativos de la actividad económica, se le considera el fundador de la corriente institucionalista del pensamiento económico.
Instituciones formales e informales.
Para el institucionalismo son objetos de estudio tanto las instituciones formales como las informales. Las primeras son las constituciones, códigos, leyes, contratos y demás elementos, generalmente plasmados por escrito, de la pirámide jurídica que rige la vida de una comunidad, mientras que las instituciones informales pueden ser extensiones, interpretaciones y modificaciones de reglas formales; normas de comportamiento social reconocidas que son premiadas o sancionadas; acuerdos, códigos de conducta y convenciones que provienen de costumbres, tradiciones y en general de lo que se conoce como cultura. Las instituciones no sólo conectan el pasado con el presente y el futuro, sino que proporcionan una clave para explicar la senda del cambio histórico.
Las instituciones informales son relevantes por sí mismas y no un mero apéndice de las formales y, coyunturalmente, pueden ser más importantes. Como evidencia se argumenta que una misma constitución o marco legal produce resultados distintos o inclusive opuestos en diversos países, debido a su distinta cultura. Lo importante, en última instancia, no es tanto la ‘legislación’ o ‘leyes’ formalmente vigentes, sino las pautas de comportamiento interiorizadas por los individuos en su proceso de adaptación al orden social (Prats, 2001) que generalmente corresponden a la ley escrita, pero pueden no hacerlo.
Las instituciones son creadas y modificadas por los seres humanos, por lo que esta teoría está relacionada con el comportamiento de los individuos, el cual es acotado y restringido por las instituciones que imponen límites y condicionan su toma de decisiones. Las instituciones constituyen la estructura de incentivos de una sociedad, por lo que son los determinantes del desempeño económico.
Se tiene control sobre la modificación de las reglas formales que pueden cambiarse con relativa facilidad. Cuando las instituciones formales cambian y las reglas informales no lo hacen, pueden generarse incongruencias y por lo tanto tensiones entre ellas. Las reglas informales surgen con la cultura y cambian de manera más lenta, de forma incremental, y el hombre tiene poco control sobre ellas en el corto plazo, al igual que en su aplicación, cumplimiento o aplicación, que siempre es imperfecto o incompleto y sólo puede ser sancionado socialmente. Una institución informal puede contradecir e imponerse sobre una o un conjunto de reglas formales.
Se conjetura que una institución informal de uso generalizado y persistente puede convertirse en institución formal con el paso del tiempo y con la transición de una sociedad simple a una más compleja y la especialización y división del trabajo que trae dicha transformación También se pueden dictar reglas formales para limitar o tratar de acotar las instituciones informales. De igual forma, una institución informal puede evolucionar gradualmente como extensión de una norma previa , formándose una dinámica de construcción del marco institucional.
Por lo anterior, conocer el sistema institucional de un país implica no sólo el estudio de sus instituciones formales, sino que exige el análisis cuidadoso de las convicciones, valores, principios o creencias que pautan el comportamiento real y determinan la interpretación de las normas formales, las completan o hasta producen in extremis su inaplicación.
Una característica importante de las instituciones es que éstas no son creadas necesaria o usualmente para ser socialmente eficientes. Al menos las reglas formales son creadas para servir los intereses que tienen el suficiente poder de negociación para hacerlo. Es decir son moldeadas al servicio de los más poderosos en la sociedad. A nivel intersubjetivo, la percepción de los ciudadanos acerca de la justicia y equidad del conjunto de reglas o instituciones vigente influye en los costos de negociación. Si ésta es positiva, los costos son menores y si es negativa, los costos aumentan.
Por qué se le llama teoría evolucionista de la economía:
Veblen, propone una teoría evolucionista de la economía opuesta a la teoría neoclásica. Para este autor, la fuerza principal de esta evolución estaba en la tecnología definida de manera muy amplia para comprender todo tipo de “útiles”, incluido el lenguaje y los comportamientos humanos ligados. La ciencia y la técnica representan el motor del cambio. Ellas definen un potencial de mutación del proceso productivo que repercute sobre las instituciones culturales, sociales y políticas.
En ese marco habría una primera fase de industrialización mecánica, en que la producción está en manos de capitalistas-propietarios-empresarios. Conjugan poder económico financiero con capacidad técnica-organizacional. Las empresas son de dimensión reducida y ninguna está en medida de controlar el mercado. Según Veblen en tal situación la búsqueda de la ganancia por los empresarios privados es por medio de la mayor eficiencia y bajo el efecto de la competencia. En ese contexto, la búsqueda del interés individual no bloqueado por las instituciones políticas y regulado por la competencia, favorece el bienestar social y colectivo. Se trataría de la fase del capitalismo liberal.
Dicha fase se va terminando a fines del siglo XIX dado el progreso de la tecnología que permiten grandes economías de escala, ligadas a una producción de masa y que requerían inversiones considerables. En esta nueva fase se produce crecientemente el divorcio entre los fenómenos económico financieros y los de organización de empresas. La propiedad y la gestión de las empresas se separan. Surgen los “capitanes”
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